Una oposición constructiva, que no renunciará a sus valores
Desde que se conocieron los resultados de las elecciones, en Juntos por el Cambio nos comprometimos a trabajar como una oposición constructiva y responsable, ayudando al nuevo gobierno a contar con las herramientas necesarias para llevar adelante su gestión con el mayor éxito posible.
Sin embargo, a tan solo siete días de gestión, el primer proyecto presentado por el Poder Ejecutivo en el Congreso de la Nación contempló una extraordinaria e injustificada delegación de 11 facultades legislativas y la declaración de 9 emergencias en simultáneo, duplicando las declaradas en la Ley de Emergencia Económica sancionada en el año 2002, en el marco la peor crisis social, política y económica de nuestra historia.
Para ello, se quiso imponer una visión ficticia de "tierra arrasada", insinuando una situación más grave que la atravesada por nuestro país luego de la crisis de 2001, aunque nada de ello se condice con la realidad. Somos igualmente conscientes de que muchos sectores de la sociedad se encuentran atravesando situaciones difíciles, pero no tenemos dudas de que hoy estamos mejor que en 2015.
En los últimos años, logramos llegar al equilibrio fiscal, un histórico problema en nuestro país. Y lo logramos no solo bajando el gasto, sino también bajando los impuestos y fortaleciendo el federalismo fiscal. Además, recuperamos la soberanía energética y logramos que por cuarto año consecutivo las exportaciones aumenten. Si bien es cierto que existen numerosos desafíos por delante, muy lejos estamos de encontrar motivos que justifiquen la declaración de múltiples emergencias y la delegación de tamañas facultades en el Poder Ejecutivo.
Somos consistentes con lo que hemos hecho cuando fuimos gobierno. Tomamos la decisión política de terminar con 16 años de emergencia económica, dejando atrás un estado de excepción permanente, para comenzar a transitar un camino de respeto a la división de poderes y fortalecimiento de las instituciones de la República.
A pesar de haber gobernado con minoría en ambas cámaras del Congreso y de haber recibido una gravísima situación económica, a diferencia del kirchnerismo, nunca pretendimos arrogarnos las competencias del Congreso. En ese camino, terminamos con los superpoderes que se otorgaban al Jefe de Gabinete de Ministros y que daban vía libre para realizar readecuaciones presupuestarias sin ningún límite.
Por ello, fuimos el único interbloque que no dio quórum en el recinto, y rechazamos la ley que, bajo la engañosa denominación de "régimen de solidaridad social y reactivación productiva", trajo encubierto un impuestazo a la clase media y a los sectores productivos de nuestro país, con un brutal ajuste a los jubilados, suspendiendo la movilidad jubilatoria y congelando las jubilaciones. Congelamiento que, de manera inexplicable y por un cambio de último momento realizado por el oficialismo, no afectará a las jubilaciones de privilegio que cobran jueces, diplomáticos y funcionarios previstas en sus regímenes especiales.
Somos una oposición constructiva y responsable, pero nunca renunciaremos a nuestros valores y al compromiso que asumimos con nuestro electorado. No vamos a acompañar ningún intento de concentración de poder ni atropello a las instituciones republicanas de quienes durante doce años hicieron uso y abuso de facultades extraordinarias, y que terminaron en descalabros económicos, arbitrariedades, el colapso de nuestro sistema energético y un enorme agujero fiscal.
La autora es Diputada nacional de Juntos por el Cambio