Votar desde la fe
El pedido formulado por el arzobispo de la ciudad de Buenos Aires Antonio Quarracino a los candidatos de las principales fuerzas políticas capitalinas para que se comprometan a incluir en el estatuto organizativo de la ciudad una cláusula que garantice el derecho a la vida desde la concepción ha tenido en principio favorable acogida.
Fernando de la Rúa Graciela Fernández Meijide y Alicia Pierini aceptaron en nombre de la Unión Cívica Radical el Frepaso y el justicialismo consagrar en la futura norma básica de Buenos Aires ese principio que la Iglesia considera esencial y que en sus efectos prácticos significa tornar jurídicamente imposible cualquier intento de despenalizar el aborto.
Patricia Bullrich representante de Nueva Dirigencia la lista que postula a GustavoBeliz como jefe de Gobierno se manifestó en desacuerdo. A su juicio el tema del aborto debe ser definido por consulta popular.
La protección a la vida humana desde la concepción está ya incluida en la Constitución Naciónal que en su artículo 75 inciso 23 segundo párrafo dispone que corresponde al Congreso de la Nación "dictar un régimen social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo desde el embarazo hasta la protección del período de enseñanza elemental".
El constituciónalista Néstor Sagüés al comentar la reforma de la Constitución de 1994 señala que esa norma "evidencia la protección constituciónal de la persona por nacer y la consecuente condena constituciónal al aborto discreciónal o libre. Lo que el estatuto organizativo podría hacer entonces es refirmar como lo hacen algunas constituciones provinciales el principio básico sentado en la carta naciónal.
En ese punto como en otros los convenciónales estatuyentes podrán utilizar como elemento de consulta si lo desean los documentos que la Conferencia Episcopal Argentina emitió con motivo de la reforma constituciónal de 1994 reunidos en un pequeño volumen que la Oficina del Libro del Episcopado editó en marzo de 1994.
Si bien lo que está en juego en este caso no es exactamente una constitución sino un estatuto organizativo (algo que parecería situarse a mitad de camino entre una carta constituciónal y una ley orgánica) muchos de los principios enunciados por los obispos para la reforma de 1994 resultarán de utilidad seguramente a los convenciónales estatuyentes que resulten elegidos el domingo próximo y que deseen tener en cuenta la opinión instituciónal de la Iglesia.
Más allá del punto específico del aborto la respuesta de los candidatos a la solicitud de Quarracino ha servido para confirmar el contexto de desideologización en que se desenvuelve la puja electoral del domingo próximo acorde -en ese sentido- con el rumbo que la vida política ha adoptado en general en el país y en el mundo.
En otro tiempo una propuesta de la Iglesia hubiera puesto en movimiento los reflejos ideológicos o los prejuicios de las distintas fuerzas en un sentido o en el otro.
Sin reduccionismos El cuadro político del distrito metropolitano presenta hoy un entrecruzamiento de concepciones ideológicas que no deja espacio para los reduccionismos o las definiciones doctrinarias rígidas. De los cuatro candidatos a jefe de Gobierno el que tiene un perfil más acentuado de militante católico es sin duda GustavoBeliz pero en el contexto actual eso no parece pesar demasiado en el ánimo del electorado próximo a la Iglesia como tampoco pesarán seguramente en sentido contrario las raíces socialistas del candidato del Frepaso Norberto La Porta.
En la Argentina los ideologismos quedaron atrás y los matices diferenciales tienen que ver con factores que no son identificables en función de las preferencias de carácter religioso.
Entre los temas que pueden ser objeto de controversia en el seno de la convención estatuyente no parece probable que vayan a figurar los clásicos conflictos sobre la invocación -o no- a Dios como fuente de razón y justicia la libertad religiosa o la relación instituciónal entre la Iglesia y el poder civil.
Sólo en el campo educativo podrían surgir acaso disidencias o desencuentros en los cuales la pertenencia a una fe religiosa pudiera resultar un factor de influencia.
La presencia de la Iglesia en el campo político se ha diversificado al máximo y la adhesión a un credo ha dejado de ser un elemento de polarización política. Dicho en otros términos ya no se vota desde una parcialidad religiosa. La fe en todo caso ayuda a iluminar las conciencias. Nada más y nada menos que a eso.