La Llegada
Hola Cari!
Me encantaría poder decirte que mi llegada a Sudáfrica estuvo plagada de aventuras, contarte todas las cosas divertidas que me pasaron, contratiempos, anécdotas y trajines (como diría mami). Pero la verdad es que, a pesar de haber sido un viaje largo (24 hs), de tres vuelos (Bs. As. - San Pablo - Johannesburgo - Port Elizabeth), por suerte todo salió como tenía que salir. No nos quedamos dormidos, no nos olvidamos el pasaporte, no tuvimos que correr para tomar las conexiones, no tuvimos problemas con las valijas, no perdimos ningún vuelo... ni siquiera se atrasaron. Todo salió demasiado perfecto! Jajaj
Pero sí hay dos pequeños momentos que rescato de este viaje, que te quisiera contar.
Por un lado, el amanecer africano desde la ventanilla del avión, que comenzó como una fina línea rojo sangre impresionante en la oscuridad total...
Y por otro, que segundos antes de aterrizar en suelo sudafricano, en Johannesburgo, tenía los auriculares puestos en el canal de rock y empezó a sonar este tema:
Sabés que me gusta mucho el rock, pero hubo algo en ese instante que fue extra mágico, el avión a metros del suelo, esos segundos de nerviosismo y ansiedad por tocar el pavimento, con la intro de este tema de fondo, me transmitió como una fuerza avasalladora, la sensación de estar expectante a todo lo que se viene y que cualquier cosa que pase la voy a poder sobrellevar! Fue electrizante!
Minutos después, sin embargo, hice un paréntesis en mi cabeza y caí en la cuenta de donde estaba, que no había vuelta atrás y que voy a estar tres meses lejos. Y pensé en los últimos días que pasé en Buenos Aires y me di cuenta que estuve como en piloto automático, haciendo todo lo que tenía que hacer, preparativos, despedidas, etc… pero sin dimensionar demasiado la situación. Lo peor fue el momento en que pensé en la última vez que nos vimos, Cari… me faltó darte un abrazo fuerte!! Nos saludamos como si nos fuéramos a ver en pocos días! Quizás sentí que igual, a través del blog, la lejanía no se iba a sentir tanto, como si estuviésemos a pocas cuadras. Y ahí cerré el paréntesis y me propuse disfrutar de todo lo que se viene!!
Llegamos a Port Elizabeth al mediodía y nos recibió nuestra pareja amiga tucumana en el aeropuerto y después nos prepararon una rica picada en su departamento. Ellos viven acá hace 3 años y les encanta! Porque hace falta decirlo, PE es una ciudad chica, pero muy muy linda y tiene de todo. Con vistas increíbles al océano índico (si uno tiene suerte puede encontrarse con ballenas, delfines y pingüinos), el deporte favorito, además del Rugby, es el Surf… la gente es muy simpática (por algo la llaman "The Friendly City", la ciudad amigable), tiene a pocos kilómetros parques nacionales y privados con los clásicos animales que uno espera ver en África, entre ellos los Big Five (Elefante, León, Búfalo, Rinoceronte y Leopardo) y si tomás la ruta, se combinan en el paisaje montañas, ríos, bosques, selvas y playas interminables.
El sábado a la noche aprovechamos para juntarnos a cenar con los argentinos que conocemos acá, a sociabilizar un poco! Pero el domingo (después de dormir 11 hs seguidas… vaya Jet Lag!), aprovechamos la tranquilidad y el día divino, agarramos el auto y nos fuimos derechito a uno de los lugares que más nos gustan y al que ansiábamos volver desde que estuvimos acá el año pasado, la ruta que lleva a Sardinia Bay. Llevamos algo para picar, elegimos una roca entre las garzas y gaviotas y disfrutamos de este atardecer alucinante.
Espero con ansias tu nuevo post Cari! Pasaron sólo tres días, pero ya te extraño!!