Designaron al embajador en Brasil

Los gobiernos de la Argentina y Brasil intercambiaron ayer gestos evidentes, casi simultáneos, del empeño que ambos países ya dedican a optimizar la relación bilateral.

Cuando faltaban cinco minutos para las 15, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini solicitó personalmente al embajador de Brasil en Buenos Aires, Sebastiao do Rego Barros, el plácet para la designación del nuevo embajador argentino en Brasilia, JuanJosé Uranga.

Y a las 15 en punto, Do Rego Barros comunicó al canciller la decisión favorable de su gobierno. Lo hizo en el despacho del canciller, inmediatamente después de cortar una conversación telefónica con el presidente Fernando Henrique Cardoso, quien en cuestión de minutos otorgó el plácet de estilo y expresó su satisfacción por la elección argentina, contaron a La Nación fuentes diplomáticas.

"El tiempo récord en el que fue concedido el plácet demostró las excelentes relaciones entre los dos socios del Mercosur", destacó el canciller.

"Comencé mi carrera en Brasilia hace más de 32 años, por lo que estoy muy honrado de volver allí, ya por tercera vez", comentó Uranga en diálogo con La Nación . Luego, se definió como "un profesional de carrera" que, si tuviera que elegir un partido político, "se inclina por la UCR", dijo.

Sus preferencias por Brasil son muy conocidas en el PalacioSan Martín. Durante la gestión de Guido Di Tella, incluso, intentó regresar al vecino país y fue uno de los dos candidatos a ocupar la embajada allí en 1997. El otro fue su amigo Hugo Herrera Vegas, elegido en esa pequeña puja interna.

Pero en los últimos días, Herrera Vegas fue destinatario de noticias contradictorias. El último viernes 10, Rodríguez Giavarini confirmó en su puesto a Herrera Vegas, quien ayer, en Brasilia, se enteró de lo contrario.

Embajadores testigos

Quizá por azar, o por una estrategia cuidadosa pero no explicada oficialmente, tres de los nueve embajadores elegidos por el Gobierno en los últimos diez días tuvieron un papel preponderante en la causa en la que se investiga el tráfico de armas a Ecuador y Croacia, que tiene al ex canciller Guido Di Tella como uno de los imputados.

Uranga fue convocado a declarar en septiembre del año último por el juez Jorge Urso. Y aunque pudo haber declarado por escrito, prefirió tomarse un avión desde Bruselas, donde celebrará el próximo fin de año, para prestar declaración durante dos horas y referirse a un cable de otro embajador, Arturo Ossorio Arana.

Casualmente, Ossorio Arana es otro de los diplomáticos que gozan de nuevo destino: irá a Bolivia. El embajador, mientras estuvo en Perú, firmó un cable en febrero de 1995, por el que comunicó a la Cancillería la advertencia de la inteligencia peruana sobre una supuesto desvío de armas argentinas a Ecuador.

El tercer embajador elegido cuyo testimonio ante Urso perjudicó al anterior gobierno fue Vicente Espeche Gil, quien ocupará la embajada ante la Santa Sede. En 1991, el diplomático redactó un informe que adelantó las posibilidades de que se concretara un desvío de armas. Ese texto está en manos de la Justicia.

Con destino Mercosur

"El destino Brasil para la Argentina es primordial", sostuvo Uranga, tras lo cual dijo que "estrechar ese vínculo es urgente".

Seguro de ello, Rodríguez Giavarini ya pensó los nombres para el resto de las embajadas en el Mercosur. Anoche, se reiteró en el PalacioSan Martín que a Uruguay irá Juan Manuel Casella. Daniel Olmos irá a Chile y Ossorio Arana a Bolivia. Y el embajador José María Berro Madero volvió a Paraguay, de donde había regresado hace dos meses.

"El Mercosur debe fortalecerse y hay que prestarle atención", concluyó Uranga, especialista en asuntos comerciales de América latina.

Un destino reiterado

A los 63 años, el embajador Juan José Uranga regresará a Brasil, el destino donde logró los principales ascensos en su carrera diplomática.

Ingresó en el Servicio Exterior en 1965. Su primer cargo en una embajada llegó dos años después: Brasil, adonde regresó en 1985 como ministro consejero.

Antes, ocupó cargos en la embajada en Uruguay, se convirtió en subdirector del departamento América latina de la Cancillería y, luego, debió mudarse a los Estados Unidos para desempeñar tareas en la embajada en Washington, desde 1981 hasta 1982.

Inmediatamente, integró la misión argentina ante la OEA.

Durante los últimos meses de la presidencia de Rául Alfonsín fue director de América de Sur y en 1991, el canciller Guido Di Tella lo designó director general de Política Latinoamericana.

Siguió la embajada en Bolivia, el cargo de subsecretario de Política Latinoamericana, donde fue identificado como un experto en los temas de la región. Hasta ayer, fue embajador ante la Unión Europea, en Bélgica.