Controversia: pese a la oposición de algunos convencionales, el Preámbulo advocará al Todopoderoso; el reclamo de la Iglesia fue satisfecho a medias; preocupación del obispo Aguer; cierre de dictámenes.
La palabra Dios no estará ausente del futuro Estatuto porteño. Luego de varias semanas de discusiones, finalmente la Comisión de Declaraciones, Derechos y Garantías acordó, en su último día de labor, invocar "su protección" en el Preámbulo. De esta manera, los distintos bloques lograron allanar un punto controvertido, aunque no logró colmar por completo las expectativas de la Iglesia, que había manifestado publicamente su preocupación al respecto.
En diálogo con La Nación, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Héctor Aguer, se refirió "con pena y preocupación" a la propuesta de evitar la mención en el Estatuto de Dios como "fuente de toda razón y justicia", tal como se lo menciona en la Constitución Nacional. "¿Estamos asistiendo, acaso, a una tercera fundación de Buenos Aires como ciudad atea?", se preguntó.
Aguer estimó innegable la presencia cristiana en el pasado y el presente de la ciudad. "Entre la conciencia religiosa del individuo y las estructuras del Estado se encuentra la cultura de un pueblo, que tiene a la religión como dimensión principal", dijo.
"¿Se puede ignorar esa realidad? No creo que los cristianos no católicos, la comunidad judía y los creyentes del Islam reciban con agrado esta iniciativa de invocación de Dios", sostuvo.
El prelado también mostró su inquietud por las resoluciones sobre procreación responsable y educación pública, laica y gratuita a partir de los 45 días, establecidas en la Convención.
Respecto de lo último, sostuvo que no tiene en cuenta lo aprobado en el Congreso Pedagógico y en la ley federal de educación. Consideró que sería penoso retrotraerse a planteos del laicismo del siglo pasado, en el cual la libertad religiosa era entendida como "beligerancia antirreligiosa, más o menos larvada".
Hoy, sin sesión
"Si bien respetamos el pensamiento de la Iglesia, debemos acordar un Estatuto en función de los intereses generales de la comunidad", explicó a La Nación el titular de la comisión, Victor Santamaría (Nueva Dirigencia). Y agregó: "Es por ello que resolvimos no ser tan categóricos como en la Constitución Nacional y buscamos un punto en común, en el que todos los bloques estuviéramos de acuerdo. Por eso sólo decidimos invocar la protección de Dios> en el Preámbulo". Desde el inicio de la Asamblea, la mención de Dios o no había suscitado largas discusiones en la comisión. De todos modos, el consenso final sobre la cuestión no implicó un acuerdo definitivo entre los bloques sobre un único proyecto de Preámbulo, ya que la palabra "autonomía" también demandó no poco debate.
Las comisiones, cuyo plazo para presentar despachos vencía en la medianoche, trabajaban a destajo al cierre de esta edición para cumplir con el objetivo. Esa labor tuvo como consecuencia, además, el levantamiento de la sesión prevista para hoy.
