El conflicto en la Casa de Moneda ya afecta la producción de billetes

La impresión de billetes, pasaportes y otros valores de seguridad en la Casa de Moneda podría comenzar a recuperar hoy su ritmo habitual , después de un conflicto de varios días por demandas salariales que derivó en un paro por tiempo indeterminado y terminó afectando la producción de la planta.

Sería una consecuencia de la conciliación obligatoria que dispuso ayer el Ministerio de Trabajo entre las autoridades del organismo estatal y los cientos de empleados que mantenían la medida de fuerza.

La orden de la cartera que lidera Carlos Tomada llegó luego de que los empleados de la planta productora cortaron la avenida Antártida Argentina, detrás de la estación de ómnibus de Retiro, en protesta por el despido de entre 30 y 40 trabajadores, cuyos contratos no fueron renovados por sumarse a los reclamos por mejoras salariales.

Tras la orden del ministerio, los trabajadores de la planta desplazados volverán hoy a sus puestos de trabajo, aunque las negociaciones con los directivos de la Casa de Moneda recién se retomarán mañana.

Los operarios de la planta reclaman la reinstalación de un adicional por "manejo de valores" disuelto en los 90 y que equivale al 30% del básico de sus salarios. Pero el pedido fue desechado por la presidenta del organismo, Katya Daura, una funcionaria de extrema confianza del vicepresidente Amado Boudou desde los tiempos de la Anses.

El reclamo, sin embargo, cobró fuerza luego de que los trabajadores verificaron que las autoridades habían intimado a todo el personal -incluso empleados jubilados y hasta fallecidos- para que abandonaran las medidas y, después de comunicar el despido de entre 30 y 40 de ellos.

"Dejamos de lado el reclamo salarial y reclamamos la reincorporación de estos compañeros. Se abrirá un proceso de reincorporación, pero con los compañeros despedidos adentro", planteó el secretario gremial de la Asociación del Personal de Economía y Hacienda (APEH), Vicente Glorioso.

Todos los despedidos recibieron un telegrama en el que la gerenta de Recursos Humanos, Claudia Hilbert -amiga de Daura de larga data-, les informó que sus contratos habían "concluido" y que a partir del sábado pasado contaban con la indemnización "a su disposición", según consta en uno de esos telegramas cuya copia obtuvo LA NACION.

Según Glorioso, los telegramas llegaron durante el fin de semana, aun cuando Daura había planteado el jueves a los trabajadores con los que conversó en el playón de la Casa de Moneda que no tomaría medidas drásticas ante sus reclamos.

Sin embargo, esa promesa se rompió en cuestión de horas, aunque los trabajadores señalan como responsable al gerente general adjunto, Diego Oller, a quien consideran cercano al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y al senador nacional kirchnerista Miguel Pichetto.

La tensión dentro de la Casa de Moneda llegó así a niveles inusitados durante el fin de semana, cuando cientos de trabajadores recibieron cartas documento en las que se los intimó a retornar sus labores "bajo apercibimiento de proceder a despedirlos de sus tareas en esta sociedad del Estado por su exclusiva culpa", según la copia que obtuvo LA NACION.

La reacción de algunos trabajadores, sin embargo, agravó aún más la situación, según el directorio, que denunció "actos de violencia, aprietes y amenazas" a quienes no se sumaron al paro. Eso incluyó "un muñeco ahorcado", según el comunicado que distribuyó ayer el organismo, lo que llevó a las autoridades a prohibir el ingreso "del personal que adhiere a las medidas de fuerza".

Menos billetes

La protesta, de todos modos, registró un altísimo acatamiento entre los trabajadores de su planta impresora, con efectos tangibles. "La producción empezó a mermar: bajó la cantidad de cartones de bingo, de pasaportes y de billetes", detalló Glorioso, lo que fue confirmado a LA NACION por una veintena de empleados durante el corte de la avenida, que cargaron contra Daura y Boudou por su supuesto deseo de debilitar a la Casa de Moneda para favorecer a la ex Ciccone Calcográfica.

La protesta de los empleados especializados en la impresión de valores tuvo otro efecto. Forzó a trabajadores administrativos a cubrir sus puestos, sin la capacitación previa requerida. Y eso conllevó la puesta en circulación de billetes de 100 pesos cuestionables. Ese dinero, según remarcó Glorioso, "no pasó el filtro técnico del control de calidad".

"Como [los billetes] vinieron de Brasil y hay urgencia del Banco Central para poner circulante en la calle, hizo que se apurara ese proceso", afirmó el titular de la APEH. "Seguramente esos billetes que vinieron desde Brasil no pasaron ese proceso. Al no ser revisados como corresponde, salieron a la calle en esa condición", completó.

EXPEDIENTE PERDIDO

La diputada nacional Graciela Ocaña presentó ayer un pedido de informes para que el Ministerio de Justicia responda si el Registro de la Propiedad Inmueble perdió los datos del departamento que ocupa el padre del vicepresidente Amado Boudou en Puerto Madero.

Ocaña sostuvo que se podría estar ante "un agujero negro que atrae y hace desaparecer los expedientes administrativos que demostrarían el inédito incremento patrimonial de Boudou, sus familiares y amigos".

En esa línea, Ocaña recordó que "la Inspección General de Justicia también habría «perdido» un expediente administrativo que interesa a [...] Boudou. En este caso, se trataría de un legajo perteneciente a la empresa The Old Fund", tal como reveló LA NACION. "La seguidilla de extravíos agrava las sospechas que pesan sobre el funcionario y daría cuenta de maniobras tendientes a obstruir el accionar de la Justicia".