El Gobierno, cruzado por divisiones y pases de facturas
Fábrega y Capitanich terminaron debilitados y envueltos en rumores de renuncia; Zannini emergió errático entre los vaivenes y Kicillof, fortalecido por Cristina
La caída en default desató una crisis interna de pases de factura en el gobierno de Cristina Kirchner. El jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, quedaron mal heridos y cerca de la renuncia, aunque la Presidenta decidió sostenerlos por ahora. En cambio, el ministro de Economía, Axel Kicillof , terminó de consagrarse como un virtual primer ministro, con poder real.
"Hoy Kicillof es el jefe del gobierno. Cristina es la jefa del Estado. A Capitanich lo exterminó. Fábrega quedó herido. Ahora, Kicillof le disputa el poder a Carlos Zannini. Pero hoy tiene más peso", dijo a LA NACION una fuente que habita a metros del despacho presidencial.
El secretario legal y técnico, Carlos Zannini, nunca perderá su lugar de confidente y operador político principal de la Presidenta. Pero Kicillof lo iguala hoy en influencia.
Desde el lunes pasado, Capitanich, Fábrega y Zannini impulsaron el acuerdo para que los bancos locales de Adeba (Asociación de Bancos Argentinos) compraran la deuda impaga a los fondos buitre y así evitaran el default.
La operación fue abortada por Kicillof. El martes en Caracas, poco antes de la cumbre del Mercosur, convenció a la Presidenta de no convalidar lo que antes había autorizado. Cristina bajó el pulgar el miércoles y se desató la tormenta.
En el Gobierno aseguraron a LA NACION que Fábrega quiso renunciar ese miércoles. Las versiones difieren: una dice que funcionarios de segunda línea lo disuadieron; otra, que la propia Presidenta le rechazó la dimisión. El Banco Central aseguró: "Fábrega no renunció en toda la semana y no negoció nada".
Sus amigos aclaran que Fábrega "sólo hizo una gestión que le pidieron Capitanich y Zannini de juntar a cuatro o cinco banqueros". Fábrega seguirá al frente del BCRA, aunque no se descarta que si la crisis se agrava pueda dejar el cargo.
También hubo versiones de renuncia de Capitanich. Pero la Presidenta lo sostiene. En octubre podría retomar el gobierno de Chaco para apuntalar el PJ en esa provincia, amenazado por UNEN, con miras a las elecciones de 2015.
Según pudo saber LA NACION, Kicillof no quiere que Fábrega ni Capitanich dejen sus sillones. Pero los desgasta y les atribuye la autoría intelectual del plan para que los bancos compren la deuda de 1500 millones de dólares a los fondos NML Elliott y Aurelius.
Sus allegados exculpan a Zannini y lo rescatan como "sólo un mensajero" entre Capitanich y la Presidenta. Zannini es hombre de Cristina; no lo pueden culpar. En la Casa Rosada, en cambio, aseguran que Zannini apoyó ese acuerdo, con el visto bueno de Cristina.
El principal argumento de Kicillof para tumbar el acuerdo era que los banqueros, y especialmente el presidente de Adeba, Jorge Brito (Macro), querían "convertirse en los salvadores de la patria y hacerlo con una estafa con los depósitos de los ahorristas". Ambos elementos enfurecieron a la mandataria. El alto perfil de esa operación en los medios terminó de decidirla a desactivar la movida. "Los medios ponían a Brito como un prócer. Eso la irritó más todavía", comentaron en Balcarce 50. Además, la Presidenta sospechó varias veces que Brito encabezó "golpes de mercado".
Kicillof convenció a Cristina y a Zannini en Caracas. Luego viajó a Nueva York para gestionar el miércoles el último intento de acuerdo con los holdouts y con el mediador Daniel Pollack, dispuesto por el juez Thomas Griesa. No hubo acuerdo y sobrevino el default.
"Estaba todo arreglado con los bancos. Pero hubo una decisión de ir al default. Zannini había dado el visto bueno con guiño de Crisitina y por eso se hizo la reunión con banqueros en Puerto Madero. Cuando Kicillof disuadió a Cristina, Zannini no tuvo más remedio que acatar a ambos", dicen en la Casa Rosada.
Kicillof, en cambio, está dispuesto a avalar la compra de la misma deuda por parte de bancos internacionales, como Citibank, JP Morgan y HSBC. Es una de las apuestas para el futuro. La otra es que Griesa destrabe los depósitos de 539 millones de dólares que el Gobierno hizo a los bonistas y que el juez congeló hasta que no se cumpla el fallo que ordena pagar los 1500 millones de dólares a NML y a Aurelius.
Si no prosperan estas alternativas, el Gobierno esperará a enero para un acuerdo con los "buitres".
Fortalecido, Kicillof podría avanzar posiciones en el gabinete en el futuro, reemplazar a Capitanich o poner gente en el BCRA. Incluso, el líder piquetero Luis D’Elía lo lanzó como candidato a presidente para 2015. En Balcarce 50 lo miden.
"Cristina vapuleó a Capitanich y a Fábrega, los desautorizó, ensalzó a Kicillof, pero a aquéllos los necesita: son demasiado útiles como para desprenderse de ellos. Además no hay otros", explicó una fuente oficial en medio de la tensión.
Del lado de Capitanich, en lo ideológico, quedaron otros ministros como Florencio Randazzo (Interior y Transportes), Julio De Vido (Planificación Federal) y Débora Giorgi (Industria). Éstos temen las consecuencias del default sobre los créditos, las inversiones ferroviarias, las obras y la actividad industrial, el consumo y el empleo. Además, muchos sienten que Kicillof avanza sobre sus áreas, pero no plantearán en público sus ideas.
Ahora, otra apuesta del Gobierno será reforzar su capital político con la construcción del enemigo externo para cohesionar el consenso interno de los sectores medios –dicen que Cristina creció en las encuestas– y justificar cualquier retroceso económico futuro con Griesa como chivo expiatorio.
Nombres y roles de una semana agitada
El default dejó ganadores y perdedores luego de un frustrado acuerdo
Axel Kicillof
Ministro de Economía
Se consolidó como el hombre fuerte del gobierno de Cristina Kirchner y disputa poder con Zannini. El martes antes de la cumbre del Mercosur en Caracas convenció a la Presidenta de no avanzar en el acuerdo entre privados para comprar la deuda porque era "una estafa con depósitos de los ahorristas"
Juan Carlos Fábrega
Presidente del BCRA
Sus allegados aseguran que Capitanich y Zannini le pidieron una gestión para reunir a banqueros locales y buscar una salida para comprar la deuda de los fondos buitre. Pero Kicillof le atribuye la autoría intelectual de la operación. Se habló de su renuncia, pero su entorno la desmiente
Carlos Zannini
Secretario Legal y Técnico
El hombre de mayor confianza de la Presidenta dio el visto bueno a Capitanich y Fábrega para ir a un acuerdo con los bancos, con el guiño presidencial. Pero luego Kicillof disuadió a Cristina y el secretario legal acató esta última decisión. Ahora cerca de Kicillof lo rescatan y dicen que "sólo fue un mensajero"
Jorge Capitanich
Jefe de Gabinete
Se reunió con banqueros de Adeba para gestionar un acuerdo con los fondos buitre. Fábrega le acercó a los hombres del sector financiero, pero luego fueron desautorizados por Kicillof y la Presidenta. También hay versiones sobre su renuncia. La Presidenta lo sostiene. En octubre podría volver a Chaco