El Gobierno organiza equipos para acelerar la concertación
El presidente Fernando de la Rúa dedicó la reunión de gabinete de ayer a armar tres equipos de ministros, que deberán enfrentar la demorada concertación nacional.
Y mandó a su vocero, Juan Pablo Baylac, a aclarar que el Gobierno no piensa realizar una reforma constitucional para reducir el gasto político, tal como lo habían requerido los gobernadores de las provincias peronistas chicas aunadas en el Frente Federal.
"No se tiene previsto incorporar nuevos temas, y mucho menos el de la reforma constitucional. Lo tomamos como una propuesta más que se hace en el marco de la concertación", dijo Baylac, en una conferencia de prensa. Fue antes del acto en conmemoración por las víctimas del ataque terrorista a los Estados Unidos, de la que participaron varios ministros.
Poco antes, durante la reunión de gabinete en el Salón Norte de la Casa de Gobierno, De la Rúa había organizado sus huestes en tres grupos. El primer equipo estará integrado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo; el vicejefe de Gabinete (y ex titular de la AFIP), Héctor Rodríguez, y por el procurador del Tesoro, Ernesto Marcer. Tendrá por delante la difícil tarea de acordar con la oposición cómo será el presupuesto que regirá las cuentas para el año próximo.
En el banco de los "suplentes" de este equipo se sentarán las autoridades de la AFIP y técnicos de los ministerios de Relaciones Exteriores, de Defensa y de Infraestructura.
El segundo equipo estará a cargo del diálogo político con los partidos, los jefes parlamentarios y los gobernadores. Lo integrarán el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo; el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, según lo confirmó Baylac.
En la Casa Rosada esperaban que el debut de ese equipo se produjera ayer mismo, con la llegada de los titulares peronistas del Senado, Ramón Puerta, y de Diputados, Eduardo Camaño. Pero esa cita se canceló a media tarde, luego de que Puerta llamó a Colombo con una excusa: "No puedo reunirme con vos hasta no encontrarme primero con los gobernadores", dijo el titular del Senado, según contó a LA NACION un allegado a Puerta.
Pero el Gobierno redobló la apuesta y se reunió, en cambio, con los gobernadores del Frente Federal (sobre lo que se informa por separado).
El cuestionado ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor, acompañado por los titulares de Educación, Andrés Delich; de Trabajo, José Gabriel Dumón, y de Salud, Héctor Lombardo, formarán la comisión número tres. ¿Su objetivo? Unificar el gasto social disperso en varias carteras, otro de los señalamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Propuestas
La idea es así: en el presupuesto para el año próximo ya se incluyeron los fondos sociales, reunidos en el Sistema de Protección Familiar (Siprof). Ese "dinero contante y sonante", según las palabras de uno de los ministros que forman el tercer equipo, seguiría siendo manejado por el Ministerio de Seguridad Social, vacante desde la renuncia de Patricia Bullrich.
Por otro lado, se crearía la Agencia Social, que se encargaría de controlar que los programas de ayuda focalizada lleguen a la gente y no caigan en manos de punteros políticos. La Iglesia y un grupo de organizaciones no gubernamentales colaborarían con ese control.
Sin embargo, fuentes eclesiásticas advirtieron ayer que la Iglesia sólo constituirá "un ámbito para el encuentro, no será una parte de la negociación".
Las autoridades de la Iglesia temen que desde el Gobierno se instale la idea de que dialogará como una "parte" más y explican: "En nuestro seno hay gente de todos los sectores y debemos respetar eso", trascendió en medios eclesiásticos
Los tres equipos encargados de la concertación "política" debatirán los asuntos "más urgentes, de la coyuntura", según explicaron ayer cerca del jefe de Gabinete. Ellos son: el proyecto del presupuesto 2002, el canje de la deuda, que requiere de una ley en el Congreso para legitimar el tramo internacional de la reestructuración, y el gasto social.
Más relajada, al menos en lo que respecta a plazos, será la edición "nacional" de la concertación, que quedaría bajo la coordinación de Colombo y de obispos, junto con un grupo de técnicos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En ese capítulo del diálogo serán convocados los empresarios, los sindicalistas y las ONG.
"Se trata de temas de mediano y largo plazo, no tan urgentes", explicó a LA NACION uno de los gestores de ese ámbito de la concertación. La reactivación de la economía, la seguridad y la inserción de la Argentina en el mundo, por medio de mercados de integración regional como el Mercosur, el ALCA y la Unión Europea, integrarán el menú que la Iglesia servirá a sus invitados pasado mañana, cuando, estiman en el Gobierno, la jerarquía eclesiástica realice la convocatoria formal al capítulo nacional de la concertación.
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