El Gobierno retoma la vía judicial y reclama la salida del mediador en el conflicto

El Gobierno prepara una batería de medidas judiciales para intentar destrabar parcialmente el conflicto con los fondos buitre , después de que la semana pasada no lograra un acuerdo para reponer el stay y facilitar así el pago a los bonistas que ingresaron a los dos canjes de deuda.

Con la negociación paralizada, el viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, uno de los funcionarios a cargo de la discusión, anticipó que hoy el Gobierno presentará formalmente ante el juez Thomas Griesa la remoción de Daniel Pollack, el mediador que eligió el magistrado y a quien la Casa Rosada acusa de parcialidad. "Más que mediador, Pollack se está poniendo la camiseta de los buitres porque no les está pidiendo nada, ni que bajen las condiciones", se quejó el funcionario en una entrevista con la radio Nacional Rock. Anticipó que hoy ingresará un pedido por escrito al juez para pedir la impugnación del mediador.

Los abogados que representan a la Argentina en el litigio con los fondos buitre manifestaron el viernes pasado su rechazo al special master, pero el funcionario agregó que les darán formalidad a esas críticas. "Vamos a hacer la presentación y veremos qué contesta el juez", apuntó. Al menos hasta el viernes Griesa no parecía dispuesto a correr a Pollack de la negociación.

Mensaje presidencial

La propia Cristina Kirchner había cuestionado al mediador por considerar que no tenía imparcialidad, sobre todo por el comunicado que emitió cuando terminó la última reunión, en el que habló de la inminencia de un default y las consecuencias que tendría para los ciudadanos argentinos.

Hoy, a las 18.30, Cristina Kirchner volverá a hablar desde la Casa Rosada, en un acto con anuncios para el sector energético, con el gasoducto del nordeste como tema central, y la puesta en marca de obras de infraestructura en el área de salud.

La expectativa oficial está puesta en las medidas que aún no tomó Griesa, como definir qué debe hacer el Banco de Nueva York con los 539 millones de dólares que depositó la Argentina el 26 de junio y que quedaron bloqueados a la espera de una decisión del juez. Una de las variables es litigar contra el propio banco, que podría incluso presentarse en el país como una "declaración de certeza" para destrabar el pago. Además, desde el equipo económico impulsan a los bonistas reestructurados que no pudieron cobrar a que inicien demandas. Por otro lado, también el propio banco podría apelar la decisión del magistrado ante la Cámara de Apelaciones.

Por otro carril, en el Gobierno trabajan en la estrategia a nivel internacional después de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, insistiera la semana pasada en una apelación ante la Corte de La Haya. Para el Gobierno, esa instancia implicará ir contra los Estados Unidos como país, lo que abre otro frente de discusión. Es una variable que ya se anunció dos veces y no se concretó.

Desde Economía mantienen sin cambios la decisión de seguir pagando los vencimientos de deuda y acelerar el proceso para el próximo desembolso, en septiembre. La variable es intentar el cambio de jurisdicción para que quienes reestructuraron puedan cobrar, ya sea en la Argentina o en otra plaza internacional.

Ayer, Álvarez Agis insistió en resaltar la denuncia que hará la Comisión Nacional de Valores ante la Securities and Exchange Commision (SEC) de los Estados Unidos para que se investiguen las presuntas maniobras por parte de los fondos en litigio para cobrar los seguros contra default.

El funcionario, que acaparó la línea discursiva durante el fin de semana, apuntó nuevamente a la banca nacional tras la supuesta gestión para comprarles la deuda a los fondos buitre y evitar, así, el default selectivo. "Más que una propuesta, era una avivada. Me parece que son especulaciones que se hacen para mover en el corto plazo los precios de los bonos y hacer ganancias especulativas", remarcó. Fue en sintonía con la Presidenta, que acusó a Jorge Brito, aunque sin nombrarlo, el presidente del Banco Macro, de querer presentarse como un "héroe" en medio de la negociación.