Emilio Monzó: “Milei tiene que ser un líder negociador; no nos gobierna un dictador”
El diputado del bloque Hacemos Coalición Federal considera que el Presidente “tiene reacciones de adolescencia tardía” y cuestiona la forma en que se gestionó el proyecto, que aprobó en general
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Emilio Monzó prefirió no anotarse en la lista de 200 oradores que animaron el extenuante debate por la ley ómnibus, pero tiene ganas de hablar. Son los minutos posteriores a una votación que le permitió a Javier Milei tomar aire y conseguir un primer logro legislativo. Apenas irrumpe en la sala, el diputado nacional de Hacemos Coalición Federal, uno de los cuatro bloques aliados que le dieron un apoyo decisivo al Presidente, se muerde los labios y echa la cabeza hacia atrás. Aún atónito, recuerda escenas de la puja soterrada con el Gobierno para cerrar un acuerdo. Desgastado e inquieto por el futuro del experimento libertario en la Casa Rosada, remarca que Milei “no estaba preparado para gobernar” y advierte: “Él tiene que ser un líder negociador; no nos gobierna un dictador”.
-¿Qué lecciones deja al Gobierno y a la oposición dialoguista esta primera discusión legislativa?
-Estos 40 días tienen que haber servido para que entiendan que están gobernando y cambien los criterios de campaña por los de gestión. Esto implica tener una mayor cautela y moderación discursiva, más diálogo, negociación o pausa y, por supuesto, más precisión en la demanda de las herramientas legislativas. Para nosotros, fue un conocimiento de quiénes gobiernan.
-¿A qué atribuye esas deficiencias del Gobierno?
-De alguna manera quedamos asfixiados por la euforia doctrinaria de [Federico] Sturzenegger, con un paquete de artículos y de reformas imposible de tratar desde el punto de vista racional y de la responsabilidad que nos toca como legisladores.
-¿Milei no tiene interés en negociar con los aliados o hubo mala praxis e inexperiencia?
-Milei no estaba preparado para gobernar. Creo que para él fue una sorpresa. Entonces acudió a Sturzenegger, quien sí estaba armando un paquete de reformas con Patricia Bullrich, pero esas reformas tendrían que haber sido tratadas de manera parcial. Lo urgente era el equilibrio fiscal.
"Milei terminó con Cristina y con Macri"
-¿Ganó o perdió Milei con el paquete de reformas que quedaron en pie en la ley ómnibus? ¿Sale debilitado o fortalecido?
-Si lo toma como experiencia, puede haber sido un insumo muy importante de aprendizaje para la gestión. En lo inmediato, sin duda, perdió. Nos generó un estrés institucional y personal muy importante, porque hubo una permanente agresión a los diputados, sobre todo, a los dialoguistas. Milei quedó en modo campaña. Eso impide lograr consensos y nos lleva a que, a pocas horas de la votación en particular, todavía no tenemos los acuerdos. Esta metodología de buscar siempre un culpable o un adversario, aunque sea falsa esa apreciación, erosiona los acuerdos.
-¿Sospecha que fue demasiado ambicioso o buscó confrontar sin ningún interés por el aval legislativo ya que tiene el crédito social?
-Podríamos haber tratado y aprobado el equilibrio fiscal antes del 31 de diciembre y dejar toda la reforma legislativa para la sesión ordinaria. Y el Gobierno lo tenía solucionado.
-¿Por qué atribuye el error de Milei a la “euforia doctrinaria” de Sturzenegger?
-Sturzenegger es erudito. Y su erudición no le da paso a la inteligencia. Este paquete no fue ingresado de manera inteligente. Y esto lo llevó al Gobierno, que están en minoría, a tener un desgaste muy importante. Yo hubiera jugado esto con mucha más delicadeza.
Milei no estaba preparado para gobernar
-¿Piensa que el proyecto puede trabarse en el Senado? ¿LLA cometió un error al no negociar en paralelo con la Cámara alta?
-Si no hubiera sido por la oposición que quiere ayudar al gobierno, estas leyes no salían. Y no lo digo desde el punto de vista cuantitativo, sino desde lo cualitativo. La oposición -Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal- ayudó desde el primer momento, a sabiendas de la inexperiencia, para que tengan esta herramienta. Ahora, mientras estás ayudando, es difícil poder prever que el Gobierno no se ha dado cuenta de que esta ley puede ser reformada en el Senado. Nosotros trabajábamos en espejo con Pichetto las leyes que entraban por una u otra Cámara para evitar que vuelvan a la primera instancia. Creo que vamos a seguir sesionando sobre esto porque en el Senado la van a reformar. Todo esto ocurre por la inexperiencia del Gobierno.
-¿Milei se equivoca al no cuidar el vínculo con los gobernadores?
-Milei, a quien no conozco personalmente, me invita a pensar que tiene reacciones de una adolescencia tardía. Y me genera preocupación. Si no modera su carácter, si no tiene prudencia… Vamos a un ejemplo concreto. El gobierno tiene una gran oportunidad hoy en el Parlamento que es destruida por estas reacciones inmaduras: bajó la moratoria, el blanqueo y se pierde la chance de hacer la reforma laboral en esta ley porque tiene una mayoría conformada para esos temas.
-¿Plantea sumar el capítulo laboral del DNU a la ley?
-Estábamos dispuestos a incorporar la reforma laboral: la re-determinación de las multas, el fondo de cese de empleo y la prórroga del período de prueba. Y esto no lo hace el gobierno porque sigue queriendo encontrar culpables más que soluciones.
"El gobierno todavía hace campaña, no comenzó a gestionar. Milei tiene reacciones de una adolescencia tardía"
-Milei sugirió que ustedes “extorsionan” al Gobierno y que ponen trabas para “negociar coimas” y amenazó con dejar a las provincias sin un peso. ¿Los descoloca?
-Hay que sacarle el Twitter de sus manos. Criticábamos a Alberto Fernández porque jugaba con las redes sociales y ahora hago la misma crítica al Presidente, que estuvo hasta escrachando -ocurrió en mi caso personal- a varios diputados que estábamos dispuestos a colaborar. Hay una actitud adolescente que me preocupa porque impide el acuerdo con gobernadores también. Lo tomo más por un tema de personalidad que por gestión política.
-¿No cree que es parte de un relato para preservar su identidad y el encanto en el electorado?
-Hay dos cosas. Primero, estimo que tiene una adolescencia tardía. En segundo lugar, hay un esquema de comunicación que les dio resultado en la campaña política y que se sigue implementando en la gestión. Quizás lo hacen para camuflar la incapacidad o incompetencia a la hora de gobernar.
-Miguel Pichetto dijo que Milei deberían hacer un acuerdo de coalición porque de esta manera no podrá gobernar los cuatro años. ¿Coincide?
-Sí. Milei es un medio, nunca fue un fin. Primero fue un medio para dividir al voto de Juntos por el Cambio y, en una segunda etapa, para ganarle al kirchnerismo. Hoy tenemos un presidente híbrido. Es el último eslabón de la polarización. Es un gobierno conformado por kirchneristas y Pro, liderado por alguien que fue virtual y no real.
-¿Milei debe hacer alianzas con los dialoguistas para aumentar la base de sustentación política?
-¿Cómo lográs una base de sustentación política de un dirigente que llegó por esta circunstancia, por un voto reactivo, más que por un voto constructivo? Entonces, más que nunca, no sólo por las leyes, él tendría que cambiar esta mentalidad y comenzar a construir una base de sustentación política más sólida. Hoy Milei gobierna con el riesgo de que su única base de sustentación es la opinión pública. Por eso también el énfasis que le ponen a la comunicación, porque si perdiera la opinión pública de manera temprana, va a ser muy difícil para él gobernar los próximos tres años.
-¿Ese déficit político lo puede debilitar por más que la economía mejore o su plan antiinflacionario funcione?
-Me preocupa que no tengan la capacidad de observar esta descripción. Tiene que gobernar como una coalición. Tuvimos conversaciones con el Gobierno a fin de acordar artículos o reformas de estas leyes y la autoridad máxima que vino a visitarnos, sin ser funcionario, fue su asesor comunicacional [Santiago Caputo], que no tenía ni la más pálida idea de qué estábamos hablando, pero sí tenía mucha idea de qué imagen quería lograr de esa situación en el Congreso. Le importaba más que hagamos la sesión el mismo día del paro de la CGT o que sesionemos el sábado y el domingo, que el contenido. Es como si yo hubiera traído a [Jaime] Durán Barba. Estamos preocupados y sorprendidos.
-¿Milei hace populismo de derecha?
-Es el populista de derecha más relevante de Latinoamérica. Y, lamentablemente, la máxima expresión de un populismo la vimos en Davos. A mí me dio vergüenza ajena. Para simular fortaleza él se puso del lado correcto de la historia, en un mundo tan complejo. En una sociedad con mucha incertidumbre, por la inflación o la pobreza, el populista de izquierda o de derecha proyecta una imagen de seguridad y dice cosas simples sobre una situación compleja y eso genera un atractivo electoral. Y, así, después terminan gobernando.
-¿Macri puede tener un rol más relevante si el déficit político de Milei complica la gestión?
-Si eso se produce, sería un aporte importante. Macri sería un buen aliado para Milei, porque es inteligente en el armado de un gabinete. No podemos decir que el gobierno de Macri no fue ordenado. Quizás nos comió la táctica, pero sí había una estrategia. Eso no ocurre hoy, porque este gobierno fue colonizado; esto no fue acordado con Macri. Para mí, sería aliviador ver una figura como Macri ayudando a este gobierno.
-¿Aventura que Macri podría intervenir en el corto plazo?
-Espero que sí. Y esto no es personal, sino por el país. Milei necesita estadistas al lado de él.
-¿Cómo evalúa la gestión del Gobierno en estos 50 días? ¿Acaso Macri no cometió un error al no hacer reformas desde el inicio?
-Hay que hacerlas rápido, pero de forma inteligente. No están gestionando bien estos primeros 40 días y esto se consume rápido y lo peor de todo: por la mala gestión, están estropeando las buenas ideas. Este es la alerta. Nadie quiere volver para atrás, pero están destruyendo la oportunidad.
-¿A los dialoguistas se les hará difícil seguir colaborando si el Gobierno no cambia la actitud?
-Si el gobierno sigue con esta postura, cada vez más. Tiene que tener operadores e interlocutores válidos, con autoridad, para plantarse también ante el Presidente. No nos gobierna un dictador. Terminemos con los líderes heroicos que quieren matar al otro. Milei tiene que ser un líder negociador.
-En la sesión los volvió a presionar desde las redes. ¿Esa actitud coercitiva desgasta y traba las negociaciones?
-Todo populista es autoritario por su propia personalidad. Nunca existió el otro en su vida. Es un tema de psicología.
-¿Por qué rompió su acuerdo con Patricia Bullrich, quien hoy integra el gobierno?
-¿Qué acuerdo?
-Usted la apoyó como candidata a presidente y tenía a sus colaboradores en el equipo.
-No, no hubo un acuerdo. No tuve convicción por ningún candidato.
-Pero la respaldó a Bullrich públicamente. ¿Por qué se distanció? ¿Lo decepcionó?
-No, no me decepcionó. La aprendí a conocer un poco más. Me gusta más como persona que como política. Es muy genuina y honesta, y me atrapaba más eso que la figura política. Yo tuve que votar, pero no me satisfacía para jugar. Y liberé a la gente que trabajaba conmigo, quienes aportaron mucho en la campaña de Patricia Bullrich, pero yo me mantuve ajeno.
-¿No iba a ser candidato o ministro?
-Con ella yo no rompí ningún tipo de acuerdo. Tengo la misma relación personal que antes.
-¿Hubo excesos o provocación de las fuerzas de seguridad en la protesta?
-Falta diálogo. Cuando chocan los dos extremos en las calles tenemos las dificultades que se vieron en estos días. Hay que ir poniendo limitaciones porque había un exceso del gobierno anterior, pero lleva un tiempo; no podemos ponerlos arriba de la vereda de un día para el otro. Ahora, no es que no comparta las medidas de Patricia. No puede ser que 40 personas iban a la 9 de Julio, cortaban y se iban con un premio de Desarrollo Social. Eso no puede existir más.
-¿Los dialoguistas están incómodos? ¿Siente que no tienen lugar en el nuevo escenario político?
-Al revés. Yo estoy feliz del bloque que hemos conformado y de la heterogeneidad que tiene. Esta crisis excede a las posiciones ideológicas particulares de cada uno. Hoy estamos para cuidar las instituciones en ese lugar. Hay volumen político, no hay terminales afuera, y hay conversaciones sinceras y difíciles. Hace mucho tiempo que no veo un espacio político que se discuta en serio como en nuestro bloque. Y no fue una estrategia, nos juntó la situación y la crisis.
-¿Eso se traduce en respaldo electoral?
-Lo veo muy lejano. Hoy estamos para cuidar esta “casa” [por Diputados]. Con tanta crítica que se le hacen, todas las instituciones de la Argentina vinieron a pedir en esta “casa” un equilibrio con respecto a lo que mandó el gobierno nacional.
-¿Qué opinión tiene del DNU? ¿Es inconstitucional?
-Apresurado. No quiero ni mirar si es inconstitucional. Las reformas más importantes entraban en el Congreso y no tendrían hoy la inseguridad jurídica que tienen con este DNU. Fue un DNU precoz, producto de la ansiedad y del desconocimiento. Había que ir con todo, pero con todo acá dentro de la Cámara. Me parece una burrada y una animalada.
-Pero Sturzenegger le había acercado este trabajo para desregular a Bullrich, a quien usted apoyaba.
-Sturzenegger no tiene nada de inteligente; hicieron un mamarracho. Porque el país y nosotros estábamos esperando en el recinto casi todas las cosas que se pretenden implementar en ese DNU, predispuestos todos a votar. Se habrían aprobado el equilibrio fiscal y las reformas laborales que están en el DNU.
-¿Las reformas de Milei podrían esconder negociados? ¿Cambiaría a unas corporaciones por otras, como plantea Martín Lousteau?
-Quiero pensar que Milei no busca negocios y que la reforma es genuina según su ideología. No veo negocio.
-¿La CGT se apresuró a decretar el paro y fortaleció a Milei?
-Viendo la historia, sí. Creo que la CGT tiene que dar un paso adelante. Son inteligentes las personas que manejan este organismo. Ellos tienen claro que tienen que reformar.
-¿El ajuste tendrá viabilidad política sin un plan de estabilización?
-A Caputo le faltó tener en cuenta más lo productivo, porque tuvo en cuenta netamente lo fiscal. Sin equilibrio fiscal, sin bajar la inflación y sin un control estricto del gasto del Estado, no vamos a salir para adelante. En estos tres conceptos estamos totalmente de acuerdo el Gobierno. Este es el marco, el cuadro lo tenemos que pintar entre todos. Esto de que Milei es el 56% es un absurdo. Hay un 70% que no votó por Milei.
-¿A qué atribuye el silencio de Cristina Kirchner?
-A una inteligencia.
-¿Qué intuye que espera?
-No sé si está esperando. En la sesión casi el 90% de los discursos eran pre-Milei. El Pro y La Cámpora querían seguir polarizando. Seguían hablando de las culpas más que de las soluciones. Tuve la sensación de ver un déjà vu. Esa es la discusión a la que la gente le dio la espalda. Milei increíblemente dio vuelta esa página y trajo otra polarización: la “casta” -que se terminó con la designación de Scioli-, y nosotros.
-¿Es otra grieta o se profundizó la polarización con distintos actores?
-Cristina, ya está. Macri, ya está. Milei terminó con ellos. La sociedad, al votar a Milei, dijo: “Basta de esta pelea”. Sin embargo, ayer en el recinto la pelea seguía. Si no nos ubicamos en algo superador a esa circunstancia, vamos a volver para atrás.
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