Gerardo Morales: “Cristina Kirchner decidió gobernar aún con Alberto Fernández de presidente”
El jefe de la UCR dice que no recibió “ningún llamado” del Gobierno ni de Massa por la crisis y pide cautela a sus socios; tras desembarcar en el conurbano, se mostró junto a Larreta en Santiago del Estero
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LA NACION
Mientras el peronismo hace malabares para frenar la agonía de la alianza del Frente de Todos y la economía camina al borde del abismo por la disparada del dólar, Gerardo Morales puso en marcha su proyecto presidencial con miras a las elecciones de 2023. El jefe de la UCR y gobernador de Jujuy no solo estrenó por estas horas una suerte de eslogan para su campaña nacional -”un cambio radical”- y lanzó un spot en el que reivindicó las gestiones de Hipólito Yrigoyen, a quien Mauricio Macri tildó de “populista”, Marcelo T. de Alvear o Raúl Alfonsín, sino que desembarcó en el conurbano bonaerense, y se mostró en el interior del país junto a Horacio Rodríguez Larreta, su nuevo aliado en el ala moderada de Juntos por el Cambio.
Frente al resurgimiento de Macri en la oposición, Morales y Larreta estrechan lazos y exhiben buena sintonía. Hoy, volvieron a enviar señales en clave interna: esta mañana compartieron una actividad en Santiago del Estero, distrito gobernado por el kirchnerista Gerardo Zamora, donde apoyaron a los candidatos locales de la coalición opositora para las elecciones municipales del 7 de agosto próximo, y se reencontrarán en Tucumán, para participar de la vigilia por un nuevo aniversario de la declaración de la Independencia. Con Macri no volvió a hablar después del affaire Irigoyen
En el larretismo se ilusionan con la idea de sintetizar una fórmula con un referente de la UCR, pero Morales pretende por ahora medir fuerzas con Facundo Manes y testear sus chances de pelear por la Casa Rosada.
Apenas desembarcaron en Santiago del Estero, el jujeño y el jefe porteño compartieron su preocupación el devenir de la crisis económica-financiera. Tanto Morales como Larreta afirman que no recibieron durante las últimas horas “ningún llamado” por parte del Gobierno ni de Sergio Massa, luego de que los funcionarios nacionales Eduardo de Pedro y Fernando “Chino” Navarro hablaran de la necesidad de lograr acuerdos con la oposición en medio de la profunda crisis. Ambos ya sufrieron el fuego amigo por sus conversaciones con Fernández o Massa.
“Los diálogos con el oficialismo se van a dar en el Congreso a través de nuestros bloques, pero el problema es que ellos no se hablan y se están peleando. A esta altura, este gobierno ya es anárquico”, asegura Morales a LA NACION.
Morales machaca con que Juntos por el Cambio mantendrá una actitud “responsable” y “prudente” frente a la crisis, sin “agitar” o empujar al Gobierno en un momento de fragilidad institucional. “Estamos hablando poco y reclamando seriedad e instándolos a no pelearse. No estamos agitando nada, estamos con un actitud de mucha cautela”, dice.
A la vez Morales dice que el conglomerado opositor se plantará en el Congreso para “impedir atropellos, mayores restricciones a la economía o la generación de nuevos impuestos que presionen más a la producción”. El domingo, se juntará por Zoom con Patricia Bullrich (Pro), Maximiliano Ferraro (CC) y Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal) para definir la hoja de ruta de la fuerza. Ante el aceleramiento de la crisis, no descartan organizar una reunión presencial de la mesa nacional del espacio para el próximo miércoles.
Para el jefe de la UCR, el origen del “problema de la economía y de la ingobernabilidad” es la “puja de poder” entre las distintas facciones del peronismo y el quiebre de “la estructura política del Frente de Todos”. Desde que Silvina Batakis asumió al frente del Ministerio de Economía en reemplazo de Martín Guzmán, Morales está convencido de que “Cristina decidió gobernar aún con Alberto Fernández de presidente”. “Si no arreglan el problema de fondo, la anarquía y la puja de poder, todo lo que se haga no va a estar bien y vamos a ir para peor. Espero que resuelvan y se sientan a dialogar”, insiste Morales desde Tucumán.
El cacique radical no reprime las críticas al Gobierno, aunque opta por mostrarse prudente a la hora de opinar sobre el futuro de la economía. Larreta comparte su inquietud por la crisis. De hecho, el alcalde y Morales se vieron esta semana con Hernán Lacunza y Eduardo Levy Yeyati, referentes económicos de JxC, quienes les trazaron un panorama sombrío.
En ese marco, Morales toma distancia de la marcha contra el Gobierno convocada para mañana a través de las redes sociales, a la que adhirieron sectores del ala dura de Pro: “Eso no ha sido resuelto en la mesa de JxC. Son decisiones unilaterales que toman algunos actores. En mi opinión, hay que estar tranquilos y dejar que actúen. Generar problemas en las calles preocuparía más a la gente”, dice, atento al creciente hartazgo social con la clase dirigente que reflejan las encuestas de opinión pública.
Si bien comparte el diagnóstico crítico de Carrió, quien pidió cautela a sus socios y que no se concentren en la discusión por el armado electoral frente al proceso de “disgregación y atomización” del Poder Ejecutivo y “una enorme crisis económica”, el jujeño activó su plan presidencial durante los últimos días. Ayer, estuvo en Vicente López, bastión macrista en el conurbano bonaerense, donde mantuvo reuniones con empresarios -visitó la sede de Mercado Libre- y representantes de pymes. Y la semana próxima irá a Lomas de Zamora, territorio de Martín Insaurralde.
Durante su paso por Buenos Aires, instó a recuperar “la cultura del trabajo” y convertir los planes sociales, excepto la AUH, “en ingreso para el empleo”. También pidió poner en marcha un plan de inversiones en producción y energía. Escoltado por Maximiliano Abad, titular de la UCR bonaerense, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, entre otros aliados, buscó mostrar músculo en la pulseada con Pro por el liderazgo de JxC: “El radicalismo también es un partido de gestión”, afirmó.
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