Griesa abre las puertas del crédito internacional
El Gobierno tiene dos prioridades de corto plazo para afianzar su iniciativa política, mantener las expectativas favorables de la población y retener el apoyo que está dando gran parte de la oposición.
Una es poder mostrar índices de inflación decrecientes. La otra, hacer viable el financiamiento de su programa fiscal gradualista que incluye sostener y mejorar -racionalizado- el gasto social hasta que la economía empiece a crecer. La decisión que acaba de tomar el juez Griesa contribuye a ambas.
Griesa acaba de expresar en una orden indicativa su voluntad de levantar las restricciones que pesan sobre la Argentina sujeto a que el Congreso derogue las leyes cerrojo y de pago soberano y a que la Argentina pague a los holdouts con los que alcance un acuerdo antes del 29 de febrero.
Hasta ayer, en que venció el descuento reducido de 27,5 %, la Argentina había acordado por un valor minoritario de aproximadamente 1400 millones de dólares (fondos EM Limited y Montreux Partners, acreedores de la acción de clase Brecher y grupo Capital Markets FS).
Si la Argentina cumple, como ocurrirá, con las condiciones de Griesa, los acreedores que no acuerden hasta el 29 próximo podrán seguir litigando, pero no impedir que el país pague a los bonistas reestructurados y acceda a los mercados internacionales. Este elemento de presión hace previsibles nuevos acuerdos en los próximos días.
Si se alcanza un monto significativo, la emisión necesaria de deuda puede llegar hasta 8000 millones de dólares. No es nueva deuda, al punto que ya figuraba en las cifras oficiales -pero imperfectas- publicadas, por 11.600 millones dólares.
Si los acuerdos alcanzados dejan un monto relevante de holdouts litigando, es impredecible qué calificación darán las rating agencies, y se verá qué tasa de interés pedirán los mercados. Pero la tasa será menor que la actual.
Los anuncios recientes sobre el impuesto a las ganancias facilitaron las expectativas de que las paritarias tengan un desenlace compatible con la pauta inflacionaria de 20-25%. Y la decisión de Griesa, al abrir las puertas al financiamiento, quita presión a los pedidos de fondos que de otro modo Hacienda haría al Banco Central, responsable primario de bajar la inflación y que ya tiene la expansión monetaria comprometida por los intereses de sus títulos Lebac.
La decisión de Griesa también abre las puertas al programa financiero para cubrir el déficit fiscal de 7% del PIB y buscar, además, el roll over de los vencimientos de capital con el mercado. La receptividad de éste está alimentada por la percepción de que las tenencias privadas de deuda del Tesoro son comparativamente bajas . Y la previsión de entradas de divisas ayudará a la estabilidad del mercado cambiario.
No sólo el Tesoro podrá salir a captar recursos, sino también las provincias, a las que el Gobierno ya alentó.
Más importante aún, se abren las puertas al financiamiento para el sector privado y las inversiones, de modo de acelerar la vuelta al crecimiento y el empleo, que serán las demandas sociales prioritarias en los próximos meses.
El autor es economista y ex gerente del Banco Central
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