La Corte envió a la Cámara Nacional Electoral las quejas de Servini sobre la organización de las elecciones
Ahora los camaristas elaborarán una respuesta a la magistrada que los había cuestionado; esta disconformidad entre la jueza y sus superiores se da a horas de las PASO
La Corte Suprema de Justicia envió a la Cámara Nacional Electoral las quejas que elevó la jueza María Servini contra el tribunal porque entiende que se entromete en sus funciones al dictar normas generales para la organización de las elecciones.
Ahora los camaristas Santiago Corcuera, Alberto Dalla Vía y Raúl Bejas trabajarán en un texto para exponer sus consideraciones ante las quejas de la magistrada. Servini, en desacuerdo con algunas decisiones, de la Cámara Nacional Electoral, dispuso algunas particularidades en la organización de la elección porteña.
La jueza había alertado a la Corte por las “graves circunstancias que afectan el normal desenvolvimiento de las elecciones” al cuestionar las decisiones que tomó la Cámara. Servini se quejó de una “intromisión constante” de la Cámara que “solo consigue entorpecer” el trabajo y dijo que pretende erigirse en el único órgano para decidir sobre las cuestiones electorales, por encima de los jueces federales con esa competencia.
“La intromisión constante de la Cámara Electoral solo consigue entorpecer el desarrollo de nuestra labor, perjudicando a todos los que poniendo el cuerpo desde la trinchera y lejos de la comodidad de los despachos donde se teoriza sobre la cuestión, trabajan denodadamente y muchas veces sin descanso, para poder concluir un proceso electoral exitoso que permita a la ciudadanía expresarse en las urnas”, escribió la jueza.
Las pujas entre la jueza y su superior, la Cámara Nacional Electoral, llevan más de una década, pero esta vez se materializaron en una nota de 12 carillas a la que accedió LA NACION, enviada por Servini a la Corte, en la que le pide que se avoque a este problema porque considera que esta situación perjudica la organización de las elecciones, “lo que resulta indispensable asegurar para garantizar la vida democrática de la Nación”.
El desafío de Servini a la Cámara se tradujo en concreto en que en la Ciudad de Buenos Aires las personas de riesgo o mayores de 70 años votarán sin hacer cola todo el día, y no solo durante dos horas; en que en lugar de ocho urnas por lugar de votación, en algunos lugares habrá más y en otros menos urnas; y en que no se obligará a hacer la cola afuera de los lugares de votación en todos los casos, pues en algunos lugares es preferible hacerla adentro para reducir aglomeraciones en el exterior.
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