El departamento de Puerto Madero y el apoyo desde que estalló el escándalo marcan la presencia incondicional del publicista; su mujer, Victoria Tolosa Paz, exministra, tomó distancia
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Pileta climatizada, salón de usos múltiples, cochera, cine y gimnasio son algunas de las amenities que ofrecen las dos torres del complejo River View, en Puerto Madero. Desde hace dos semanas que las cámaras apostadas sobre Juana Manso al 700 enfocan el piso 12 de la torre donde Alberto Fernández vive hace más de 15 años, con la quinta de Olivos como interregno. Por estas horas, ese inmueble representa para el expresidente mucho más que el lugar donde prepara su defensa en el terreno judicial y transita la reclusión y el aislamiento.
Desde el comienzo de su mandato presidencial, Fernández dejó en claro que el titular del departamento que habitaba no era él sino un amigo que se lo prestaba: el histórico publicista del justicialismo, Enrique “Pepe” Albistur. En efecto, en las expensas el departamento figura a nombre de Albistur.
Ese vínculo, de una amistad firme en el tiempo, parece revalorizarse en estas horas aciagas: Albistur, que se hizo cargo de la situación habitacional de Fernández a lo largo de años, no solo lo acompaña de cerca desde que estalló el escándalo sino que, lejos de correrse o soltarle la mano, es un hombre clave en su defensa judicial: Albistur se encarga, tal como publico este medio, de tejer tras bambalinas para amortiguar el impacto de las declaraciones que podrían complicar el cuadro judicial de Fernández. En el entorno de los amigos dicen además que Albistur fue quien contactó a Fernández con quien hoy lo representa legalmente, la abogada Silvina Carreira. En las últimas semanas circularon versiones que sostenían que se la acercaron supuestos abogados relacionados con servicios de inteligencia.
La diputada nacional Victoria Tolosa Paz, exministra de Desarrollo Social de Fernández y pareja del publicista Albistur, rompió el silencio este lunes –un silencio que asoció a la “prudencia” que merece un caso tan sensible– y dejó mensajes que zigzaguearon entre el acompañamiento y la distancia.
En una entrevista brindada a Radio con vos, la diputada de Unión por la Patria puso el foco sobre la importancia de que sea la Justicia la que se encargue del asunto: sostuvo que la sociedad ya tomó partido –en contra de Fernández–, habló de una condena mediática y, al ser consultada por las reacciones en el arco peronista, aludió a un “carancheo” político que, dice, ella buscó evitar con su silencio. Habló también del departamento de Puerto Madero: dijo que hubo algunas épocas en las que Albistur se lo prestó a Fernández y que ahora se lo alquila.
En línea con la prudencia aludida en la entrevista, Tolosa Paz evitó acompañar con su firma el comunicado difundido por los casi 40 diputados de su partido –la gran mayoría mujeres– por el cual manifestaban una “profunda preocupación” por los hechos denunciados, y con el que ratificaron la “convicción política” de creerle a la víctima en los casos atravesados por violencia de género.
No obstante, Tolosa Paz tomó distancia en más de un tramo de la entrevista. ”Mi relación con Fernández es a través de Pepe”, dijo la diputada, que durante el gobierno de Fernández ocupó diversos cargos antes de desembarcar en el Ministerio de Desarrollo Social y, posteriormente, por influjo también de Fernández, accedió a la boleta de candidatos al Congreso. De hecho, el propio Albistur también fue un funcionario subordinado de Fernández durante la presidencia de Néstor Kirchner.
Tolosa Paz afirmó que el expresidente deberá “demostrar su inocencia”, habló de imágenes “horrorosas” y, casi anticipándose a una decisión de la Justicia, avisó: “No va a haber amistad de mi marido o mía que pueda tapar esta sentencia”.
Defensa
Algo similar dijo Fernández en la entrevista que le brindó al medio español El País: en estos casos, sostuvo el exmandatario, la carga de la prueba se invierte y es el hombre quien debe probar su inocencia. Técnicamente no es así, pero Fernández probablemente aludió a la condena social y política que ya pesa sobre él. “La voy a probar”, insistió.
Esa tarea recayó sobre Carreira, una abogada de la provincia de Buenos Aires, experta en temas de familia, que está aterrizando en Comodoro Py con una causa que busca radicar en los tribunales de San Isidro.
Desde que Carreira tomó las riendas de su estrategia judicial –justo después de que Fernández diera la entrevista al diario El País– el expresidente bajó todavía más el perfil.
La relación de Albistur con Fernández se inició mucho antes de que coincidieran en la gestión cuando Néstor Kirchner eligió al expresidente como jefe de Gabinete y trasladó bajo su órbita a la Secretaria de Medios, que quedó en manos de Albistur.
Por lo menos, el vínculo se remonta hasta mediados de los 90 –cuando Fernández era legislador por el peronismo porteño, al cual Albistur estuvo históricamente ligado– y su desarrollo en el tiempo logró sortear un contrapunto en el plano político: “Pepe” era un férreo defensor de Cristina Kirchner cuando Alberto Fernández recorría los canales de televisión hablando pestes de quien, no mucho tiempo después, lo elegiría como mascarón de proa en la fórmula presidencial que se impuso en 2019.
Hoy, con un caso de violencia de género en el medio, las turbulencias son de otra índole, pero Albistur, que no respondió la consultas de este medio, continúa cerca de exjefe de Estado.
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