Máximo Kirchner: “Lo que queremos saber es quién está detrás de Sabag Montiel y de Brenda Uliarte”

El jefe del PJ bonaerense y de La Cámpora, Máximo Kirchner, habló este sábado por primera vez desde el atentado contra su madre Cristina Kirchner. “Lo que queremos saber es quién está detrás de (Fernando) Sabag Montiel y de Brenda Uliarte”, advirtió el diputado, luego de vincular el ataque contra la vicepresidenta a un “esquema de violencia” que atribuyó a “sectores de la política”.

“¿Tanto les costó condenar?”, preguntó con ironía Máximo Kirchner y admitió: “No quiero estar pensando cuando vengo a un acto si alguien va a hacer algo que no tenga que hacer; esa Argentina se tiene que acabar”. Cuando terminó su discurso, los militantes cantaron “Cristina presidenta, Cristina presidenta”.

En ese marco, Máximo Kirchner apuntó contra el expresidente Mauricio Macri. “Todavía estamos esperando que deje de comportarse como un patrón y se siente a discutir cara a cara para enunciar de manera comprensiva y ordenada qué idea de país tiene”, dijo al contestar la frase del líder opositor sobre la necesidad de que el diálogo político se haga “con la Constitución sobre la mesa”.

El hijo de la vicepresidenta también se pronunció en duros términos contra el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien cuestionó por su reacción ante las tomas de escuelas por parte de centros de estudiantes. En esa línea, sostuvo que el alcalde maneja una “policía política” y le reclamó que “sea inflexible con Macri” y no “con pibes y pibas de 16 años”.

Máximo Kirchner habló durante un “Encuentro de la militancia” que tuvo lugar en Morón, al oeste del conurbano, donde lo acompañaron en el escenario el intendente Lucas Ghi; el exjefe comunal Martín Sabbatella y la diputada nacional Mónica Macha, en tanto que en la platea se ubicaron ministros nacionales como Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta; intendentes como Julio Zamora y Damián Selci y funcionarios bonaerenses como Walter Correa y Nicolás Nardini.

“De rodillas”

En un discurso con escasas referencias a la situación económica del país, en el que retomó justificaciones como la pandemia y la guerra en el este europeo, Máximo Kirchner aseguró que “el Estado fue extorsionado y puesto de rodillas por las cerealeras”, que consiguieron durante septiembre el “dólar soja” a $200 para liquidar los granos y engrosar las escuálidas reservas del Banco Central. El ministro de Economía, Sergio Massa, instrumentó esa medida, que concluyó ayer con una recaudación de 8.126 millones de dólares.

“Necesitamos una batería de medidas que logren revertir la tendencia de la inflación, preservar el poder de compra y hacerlo de manera no recesiva, para que la estabilidad no implique enfriar la economía, como proponen las voces de los sectores más ortodoxos”, sostuvo por su parte el intendente Ghi y advirtió que se registra “una apropiación desmedida de sectores concentrados vinculados a la producción de alimentos”, lo que hace necesario “profundizar las políticas de carácter distributivo”.