El irónico origen del festejo del Topo Gigio de Juan Román Riquelme
LA NACION
El 8 de abril de 2001, Boca y River jugaban el superclásico del Torneo Clausura de ese año. En el partido, que terminó con un amplio triunfo de Boca, y luego de concretar el segundo gol tras un rebote en un penal ejecutado por él mismo, Juan Román Riquelme inauguró un festejo peculiar, el del Topo Gigio.
En ese momento, Riquelme se quitó de encima a todos los compañeros que venían a celebrar su conquista, y tras pararse frente al palco del presidente del club entonces, Mauricio Macri, que se encontraba allí, se llevó las manos abiertas sobre las orejas, imitando al famoso ratón, mientras miraba fijo en dirección a Macri.
Casualmente, este es el mismo gesto que hoy realizó el presidente de la Argentina, Mauricio Macri en el acto de cierre campaña del oficialismo de la ciudad de Buenos Aires en el Club Ferrocarril Oeste.
Lo curioso es que el gesto original de Riquelme, en esos tiempos, fue tomado por muchos como un reclamo del jugador para que el presidente de Boca de entonces escuche cómo lo admiraba la hinchada, en un momento en que se estaba dirimiendo una mejora en el contrato del talentoso 10 del Xeneize.
Riquelme siempre negó esta intención en su festejo. En una entrevista realizada para LA NACION en mayo de 2017, cuando anunció su despedida del fútbol, el jugador habló de su gesto: "Yo lo hice porque el Topo Gigio le gusta a mi hija Florencia. Jodía todo el tiempo con el Top Gigio. Con Macri hemos recordado un montón de cosas, vivimos cosas importantes. Tuvimos la suerte de que nuestros hinchas festejen mucho".
Hoy, Macri imitó el festejo, pero para resaltar lo que le gritaban los vecinos presentes en el estadio de Ferro a él. "¡Sí se puede!, ¡Sí se puede!", cantaban, en referencia a uno de los eslóganes de campaña de Juntos por el Cambio.
