Un Gobierno sin brújula

La Argentina es un país que sólo puede desorientar al mundo y, lo peor para un país serio, es dar señales incoherentes.

¿Cuál es la Argentina real? Vea algunos ejemplos muy recientes y, luego, decida usted mismo.

Primero. Ayer, en Hannover, la presidenta Cristina Kirchner se reunió con los CEO de empresas alemanas (Wintershall, Bayer, Siemens y Ferostaal). Pero, por el otro, desde Twitter fustigó a la empresa Shell, porque la Justicia, a su pedido, dictó una medida cautelar que autorizó el aumento de los combustibles (una resolución de la Secretaria de Comercio lo impedía).

La Presidenta hizo, también, otros comentarios sugerentes: "¿Dictan medidas cautelares a los evasores que te roban hospitales, escuelas, caminos y casas? No. Las medidas cautelares siempre son contra el Estado".

¿Acaso la Presidenta está equiparando a Shell con un ladrón? O, tal vez, ¿estará pensando en Bunge y condenándola de antemano, aún antes de que la Justicia llegue a alguna conclusión?

Segundo ejemplo. La Presidente le asegura a la canciller Angela Merkel que está dispuesta a pagar la deuda con el Club de París, pero, por otra parte, rechaza la condición que le pone Merkel: someterse al FMI. Y, para aclarar los tantos, el canciller argentino, Héctor Timerman dijo en declaraciones radiales -más destinadas al consumo interno que a las relaciones internacionales- que lo tiene "sin cuidado lo que diga el FMI" sobre la Argentina.

Se podrían mostrar muchas contradicciones semejantes.

Pero en los discursos la Presidenta viene trazando una estrategia clara: su Gobierno es sinónimo de Estado y de la sociedad argentina, mientras que del otro lado están las corporaciones, llámense Shell, Clarín o cualquier otra.

Hace poco quedó en claro que el Gobierno imagina un país sin Justicia. Por eso no cumplió con el fallo de la Corte que decidió extraditar a Chile a Apablaza Guerra (una afrenta para la democracia chilena) y, por eso, también respaldó la desobediencia al fallo del tribunal que ordenó a Santa Cruz reponer a Sosa en el cargo de procurador (hoy se realizará un acto en el club de box de Río Gallegos, un lugar más que sugerente). También imagina un país con empresas débiles.

¿Hay coherencia en los mensajes? ¿Son los mensajes adecuados para atraer inversiones?