Un presidente es un paciente más, dicen quienes operaron a mandatarios

Para ningún cirujano un presidente de la Nación es un paciente más. Fuera del quirófano no sólo espera la familia; también están el entorno presidencial, la prensa y los colegas que quieren aportar su conocimiento o que quieren pasar a la historia. Afuera se encuentra todo un país atento a lo que hagan sus manos y, sin embargo, quienes han estado allí aseguran que la única forma de llevar adelante una cirugía de tal relevancia es, una vez dentro del quirófano, hacer de cuenta de que se trata de un paciente más.

"Cuando operé a Menem había una tensión enorme en el quirófano", contó a LA NACION el doctor Juan Carlos Parodi , al recordar la jornada del jueves 14 de octubre de 1993, en la que operó al entonces presidente de la Nación de una obstrucción en la arteria carótida interna derecha.

"Estaba el ministro de Salud, estaba el médico personal de Menem, estaba otro médico, que se peleaba conmigo porque quería ayudarme... Yo les dije que iba a trabajar con mi equipo habitual y que no iba a aceptar a ninguna otra persona. ¿Se imagina tener un ayudante nuevo justo en ese momento? Afortunadamente, lo entendieron", contó Parodi, hoy jefe de Cirugía Vascular de los Sanatorios de la Trinidad.

"A través de los años, uno aprende a sacar del medio lo que a uno le puede hacer mal -agregó el especialista-. Eso me permitió, cuando operé a Menem, prestar atención sólo a lo que estaba haciendo, y no a lo que pasaba alrededor del quirófano. Uno tiene que concentrarse y no puede estar contestando preguntas cuando está por ejecutar un paso importante de una operación."

Por otro lado, agregó Parodi a LA NACION, en comunicación telefónica desde Miami, "los cirujanos que hacemos procedimientos de alta complejidad tenemos un nivel de atención que es alto de entrada, y no es que uno preste más o menos atención a un caso que a otro. Hay que prestar la máxima atención, pues si uno está tensionado pierde precisión en sus movimientos".

Las mismas decisiones

El doctor Elías Hurtado Hoyo, presidente de la Asociación Médica Argentina (AMA), coincide con Parodi: "Uno debe actuar como médico y debe tomar las mismas decisiones que adopta ante cualquier otro paciente. En ese momento se diluye cualquier otro tipo de responsabilidad y trata al presidente como si fuera cualquier otro enfermo".

Este cirujano de tórax debió atender el 17 junio de 1999 al ex presidente Raúl Alfonsín, tras haber sufrido un grave accidente automovilístico, y luego, ese mismo año, estuvo a cargo de la intervención a la que fue sometidoFernando de la Rúa el 12 de noviembre, para resolver un neumotórax en su pulmón derecho, menos de un mes antes de su asunción como presidente de la Nación.

"El entorno presiona, por supuesto, pero hay que saber mantenerlo alejado -dijo Hurtado Hoyo en comunicación telefónica desde Punta del Este-. Porque en esos momentos aparecen los médicos políticos, los médicos que nunca estuvieron pero ahora aparecen, y está la prensa, que también es muy invasiva."

Hurtado Hoyo reconoce haber tenido un buen entrenamiento para, llegado el momento, poder lidiar con la situación que implica estar a cargo de la salud de un mandatario en un momento crítico.

"Cuando [Francisco] Franco murió, yo estaba en Madrid, era becario, y me tocó participar en cosas muy menores del grupo que lo estaba tratando -recordó-. Entonces ví la importancia de manejarse con la verdad, pero siempre respetando la intimidad de los enfermos y de sus familias; lo que aprendí es que la información que se da a la prensa debe ser muy moderada y muy prudente; decir sólo lo que se va a hacer y lo que corresponde."

EN EL QUIRÓFANO

JUAN CARLOS PARODI

Cirujano cardiovascular

• Jefe de Cirugía Vascular de los Sanatorios de la Trinidad y profesor de la Washington University (EE.UU.), operó el 14 de octubre de 1993, en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), al entonces presidente Carlos Menem de una obstrucción de la arteria carótida interna derecha.

ELIAS HURTADO HOYO

Cirujano de tórax

• Presidente de la Asociación Médica Argentina (AMA), en 1999 estuvo a cargo de la atención médica del ex presidente Raúl Alfonsín, que había sufrido un accidente automovilístico, y operó a Fernando de la Rúa un mes antes de que asumiera.

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