El mobiliario de última generación para oficinas propone lugares de trabajo más flexibles y menos prescriptivos
El Covid-19 cambió todo lo conocido sobre el mundo del trabajo. Y nadie sabe exactamente cómo será la oficina del mañana, ni siquiera la famosa marca de diseño estadounidense Herman Miller, una empresa que ha estado amueblando espacios de trabajo durante décadas. Es por eso que la última colección de muebles de la firma está diseñada pensando en tiempos donde reina la incertidumbre.
Llamada OE1, la nueva línea es colorida, modular y adaptable. Estos muebles fueron ideados antes de la declaración de la pandemia. La colección es el resultado de dos años de desarrollo, impulsados por un proyecto de investigación internacional, en el que el equipo entrevistó desde gerentes de oficina hasta escritores de ciencia ficción sobre el futuro del trabajo. Pero a medida que la colección alcanzó su punto máximo en 2020, en medio de un aumento del trabajo remoto en respuesta a la pandemia global, este diseño de futuro se convirtió en una urgencia.
Los empleadores que reabrirán sus oficinas, sin dudas, deberán responder a un cambio de paradigma. Según Herman Miller, el nuevo modelo de espacio de trabajo busca empoderar a los trabajadores. El diseño interior propone un mobiliario móvil y funcional. “Imaginamos un futuro en el que los muebles modulares y flexibles sean los que dominen el escenario, mientras poco a poco los tradicionales irán perdiendo preponderancia”, dice Andi Owen, director ejecutivo de Herman Miller.
Los socios del estudio Superstar, Kim Colin y Sam Hecht, de Industrial Facility, lideraron el proceso de diseño. El equipo es conocido por trabajos que van desde relojes hasta asientos para empresas como Muji, Yamaha y Louis Vuitton. Colin describe a OE1 como un “desfasaje”. Sus componentes están hechos para ser mezclados y combinados, y sin la posibilidad real de estropear nada.
“Desde el punto de vista del diseño, lo que queríamos hacer era crear piezas que hablaran entre sí, pero que igualmente pudieran ser absorbidas y utilizadas en entornos existentes”, dice Hecht.
Los diseñadores llegaron a pensar en OE1 como una línea de muebles de oficina que siguiera con los conceptos básicos de la marca de ropa GAP. Las piezas son simples y se pueden mezclar, pero están salpicadas agresivamente con colores (incluido el verde oliva, el azul del anochecer y el rojo cañón) para atravesar lo que, de otro modo, podría ser un lugar de trabajo gris y monótono. También tienen un precio (relativamente) económico en el mundo de los muebles de oficina. Las piezas comienzan en cientos y parecen superar los US$2000; por su parte, las estaciones de trabajo existentes de Herman Miller pueden llegar a cinco cifras.
Una de las estrellas de la colección es un invento que Herman Miller llamó Micro Pack. Éste es un elegante pedestal que soporta un escritorio para sentarse y pararse. Éstos son muebles pequeños que recuerdan a un espacio de lectura personal en una biblioteca. Lo que tiene el Micro Pack es que puede ser utilizado como un puesto de trabajo tanto individual como grupal. Además, cuenta con la ventaja de que se puede mover con facilidad. “Necesitamos ir más allá de esa visión de ‘esto o lo otro’ de un espacio grupal o un espacio individual”, dice Ryan Anderson, vicepresidente de investigación y conocimientos globales.
“Un tema que requería ser abordado, ya antes de la pandemia, era la densidad del mobiliario, ya que los espacios de las oficinas se están volviendo más caros. Es decir, en un futuro tendremos más personal para ocupar en un espacio más reducido. En esta realidad Micro Pack se presenta como la gran vedette de la marca”, dice Hecht. Y agrega: “Encontrar un punto ideal entre lo pequeño y lo agradable fue el gran reto”. Según una encuesta de 2020 realizada por la red de servicios profesionales KPMG, hasta el 68% de los directores ejecutivos planea reducir el tamaño de sus espacios de oficina para evitar la pandemia.
Cada Micro Pack gestiona todo el cableado complejo que las computadoras necesitan en un solo cable (por lo que no tiene que encontrar TI para mover su escritorio). Además, cuenta con un gancho para la cartera o la mochila.
Un caballete liviano y funcional
Otro mueble sorprendentemente reflexivo es el caballete o panel móvil. A primera vista, se trata sólo de un caballete sobre ruedas. Éste se puede enrollar y desenrollar fácilmente con una mano ya que el caballete pesa solo 2,700 kilogramos y, además, utiliza un mecanismo de resorte integrado que le permite levantar la tabla de forma sencilla.
En este sentido, el caballete móvil puede servir como un separador de ambientes informal e improvisado. También extiende la pizarra blanca hasta el nivel del suelo, lo que no sólo crea la sensación de tener una pared en su espacio, sino que la hace más accesible para alguien en silla de ruedas que una pizarra blanca colocada a la altura del pecho.
La pandemia propone una gran cantidad de cambios a la hora de trabajar. Y ellos impulsan la llegada de nuevos mobiliarios capaces de adaptarse a las nuevas demandas.