Consiguieron un tres ambientes de época, con arquitectura personal y una buena refacción anterior
Una pareja encontró en una vivienda colectiva de Barrio Norte un departamento que se vive como una casa, con patio andaluz y todo.
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PARA LA NACIONClara Llorente
“La primera vez que lo vi, tuve una sensación espectacular. Este lugar no se adivina desde la calle y, a medida que vas entrando, bajás el ritmo”, nos dice Angie Bianchi, creadora de la marca de textiles y objetos para el hogar Philomena Home. Como en todos los flechazos inmobiliarios, la suerte ayuda aun antes de que nos demos cuenta. Cuando ella y su pareja, la bailarina y coreógrafa Carola Diehl, les comentaron a unos amigos que buscaban dónde mudarse, les dieron el dato de un deptartamento que estaba por quedar libre. La primera sorpresa grata fue que quedaba justo enfrente de su casa. La segunda, está a la vista.
A la unidad, ubicada en el primer piso de una vivienda colectiva, se accede después de atravesar un patio andaluz, un pulmón que brinda luz, verde, fresco y mucho silencio.
Entrada a un sinfín de detalles clásicos
El departamento: fue totalmente remodelado por su dueña anterior que preservó detalles que tanto a Angie como a Carola les encantan, como techos altos, pisos de pino tea y aberturas originales. Así que, de a poco, se concentraron en una ambientación equilibrada con muebles nuevos, hallazgos del Mercado de Pulgas, obras de arte que van rotando, fotos propias y recuerdos de viajes.
“Este departamento es como una casita: los ambientes son amplios, los techos altos dan aire y los ventanales compensan la ausencia de un balcón. Nunca sentimos que nos faltara espacio”, comparten las dueñas de casa.
En todos los ambientes, usaron géneros en tonos crudos, arena y beige para generar espacios ordenados. Las fundas de los sillones son lavables y los tonos de los almohadones van cambiando, sobre una eficaz base clara.
“Para darle un toque de color al living, pintamos de gris la pared más despejada, que desde la entrada no se ve”.
El cuarto principal
“Los textiles tienen un efecto transformador. Cuando terminás de colgar las cortinas o de ubicar los almohadones, recién ahí sentís que un ambiente está completo”, dice Angie, conocedora del rubro por su emprendimiento.
Una cocina soñada
“Por la luminosidad y las dimensiones que tiene, la cocina es el espacio que más usamos. Aquí comemos todos los días, yo trabajo o charlamos mientras preparamos algo”, dice Angie sobre un espacio que, en un tres ambientes, suele por lo general ser reducido.
Los muebles, revestimientos y el piso son nuevos, pero con aire vintage.
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