Un lote compacto se proyectó esta casa transparente y de líneas simples con la única pretensión de privilegiar los elementos de la naturaleza.
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Observadora sagaz y con el oído bien entrenado tras años de experiencia, la arquitecta Ximena Fontán Balestra interpretó rápidamente las necesidades de sus clientes, una pareja con hijos grandes: independencia para convivir en armonía, espacios pensados para los distintos aspectos de la vida (social, privada y profesional) e interacción permanente con el verde.
Sobre una construcción de dos plantas y de estilo depurado, trazó ejes que dividen la casa y marcan una distribución precisa con usos bien definidos: uno de los volúmenes contiene, en planta baja, las áreas de uso diario y, arriba, la suite principal y el estudio. El otro, se destinó al playroom y, en el primer piso, a los dormitorios de los hijos. Lejos de ser rígido, este planteo ordenado se nutre de elementos naturales: los espejos de agua fluyen y el paisajismo de Alejandra De Dominicis acompaña la sucesión de ambientes y regala sensaciones diferentes a cada paso.
Adentro también es afuera
El interiorismo, diseñado por la arquitecta Ximena Fontán Balestra y realizado por el Estudio Ajedrez, se basa en muebles de líneas simples y tonos neutros que no compiten con el entorno.
"Por lo general, la gente se resiste a resignar jardín. Pero aquí avanzamos casi hasta el fondo del lote y trajimos el verde adentro con un paisajismo que da sensación de amplitud y profundidad "
Arq. Ximena Fontán Balestra, fundadora del estudio XFB, responsable del proyecto y el interiorismo
Desde la entrada, en el bloque de la derecha se suceden cocina, living-comedor y la galería que remata en la pileta. “En un lote compacto, el orden es un gran aliado para potenciar cada metro”, señala Fontán Balestra.
Las paredes podrían haber quedado despejadas para cuadros, pero la elección se demoró. Para no correr riesgos, las estanterías fueron la mejor opción: flanquean la mesa de modo contundente y aportan simetría.
Blanca y luminosa
Las ventanas se abren y la cocina queda totalmente conectada con el patio de entrada a la casa. La isla, que funciona como mesa de comedor diario y espacio de guardado, es un diseño del estudio XFB.
“No quisimos sumar más alacenas sobre la pileta. Optamos por un nicho con estantes para exhibir objetos decorativos y en los laterales, torres con espacio de guardado”
Al playroom también se puede acceder desde el sector del jardín que contiene el volumen del quincho.
Un planteo coherente
Las coordenadas de planta baja se repiten arriba: hacia el final del puente, a un lado se encuentra el cuarto principal en suite y, hacia el otro, los dormitorios de los hijos.
La obra de Ana Dardik se eleva y acompaña la doble altura de la construcción sin perder su sentido artístico.
“Para los dueños de casa, estar en contacto con el paisaje era una prioridad. Por eso, buscamos que en cada ambiente la vista tuviera un escape hacia el exterior”
Todas las cortinas son de lino, para dejar pasar la luz, y están domotizadas como el resto de los sistemas de la casa. La puerta doble de vidrio con espejo comunica el vestidor con el baño.
Entorno
Si bien la casa es transparente, el cerco garantiza privacidad en el perímetro de la fachada. Los árboles del terreno, como el que está en el patio de entrada, se integraron a la casa y se mantuvieron intactos. Desde la entrada, la casa se aprecia en toda su extensión. Sin embargo, a cada paso revela sorpresas encantadoras.
Con toda su experiencia, Alejandra De Dominicis generó mayores alturas, planos y profundidades que desdibujan los confines del jardín.
La pileta está revestida con piedra índigo que, además de cautivar con su tono verde, contiene un mineral llamado zeolita, que purifica el agua.
Uno de los añosos palos borrachos existentes sirvió como referencia para crear el celebrado sector del fogonero, con un escultural banco de hierro (Números Primos) que convoca con su forma semicircular.
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