Muy cerca de Madrid, la ciudad es un hito de la lengua castellana, la cultura y, ahora también, el cine; aquí se entrega el Premio Cervantes de Literatura
Cuando se llega al Aeropuerto de Barajas, entre lo planificado y las ganas, la ansiedad resume un “quiero ver todo”. ¡Bien! Dentro del programa –si se tiene tiempo– una buena decisión es jugarse una escapada a solo 30 km de Madrid: Alcalá de Henares. ¿Motivos? Tiene muchos. Este municipio madrileño de origen celta, auge romano e influencia musulmana, se promociona como “Ciudad del saber” porque convergen civilizaciones y apasionantes historias.
Uno de los acontecimientos históricos primordiales aconteció el 20 de enero de 1486, cuando los Reyes Católicos se reunieron con Cristóbal Colón, quien les sembró la idea de que se podía llegar a las Indias navegando hacia Occidente, relato casi fantástico que los dejó perplejos e incrédulos. Sin embargo, concluyó años después cuando la reina Isabel (porque fue ella la entusiasta) le concedió el apoyo económico y culminó con el descubrimiento de un nuevo continente.
El determinante encuentro se dio en el Palacio Arzobispal, hecho que recuerda una placa en el frente del museo-biblioteca ad hoc “Casa de la Entrevista”, otrora iglesia de un antiguo convento. (Una salvedad: existe cierta polémica porque la andaluza Córdoba también se adjudica la cita).
En cuanto al caballeresco don Miguel de Cervantes Saavedra, el genial autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, nació en 1547 en un tiempo en el cual maestros y estudiantes circulaban ávidos de conocimiento por la ciudad merced a un modelo ejemplar de arquitectura y urbanismo universitario: la prestigiosa Universidad de Alcalá.
Fue una de las razones que la hicieron merecedora del lauro de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Es que fue inédito. Era una ciudad independiente, con normas y jueces, y cárcel propios, sin estar sometida a los gobiernos ni a las autoridades religiosas, con lo cual le corresponde el mérito de ser el primer campus universitario de la historia.
El edificio principal es el Colegio Mayor de San Ildefonso, fundado en 1499 por el legendario Cardenal Cisneros, quien tuvo la iniciativa de esta obra crucial del renacimiento español al que se le fueron sumando una cuarentena de colegios hasta el siglo XVII; pero 1836 el centro universitario se trasladó a Madrid hasta que en 1977 recuperó todo el brillo y vigor de su glorioso y eminente pasado.
Entre el conjunto de claustros y patios (espectacular el de Santo Tomás de Villanueva) se halla el Paraninfo (el aula magna) donde se entrega cada 23 de abril el Premio Cervantes de Literatura, el Nobel de las letras hispanas, que obtuvieron Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Manuel Mujica Láinez y Juan Gelman.
Asimismo, la figura de Cervantes es clave para que Alcalá sea una pieza esencial del desarrollo de la lengua hispana, ya que es el sitio donde finaliza el llamado Camino de la Lengua Castellana, un recorrido cultural establecido en España sobre los lugares de origen y expansión del idioma en la Edad Media… y que hoy hablamos más de 500 millones de personas.
Otra oriunda notable fue Catalina de Aragón, la infanta de Castilla que llegó a ser reina de Inglaterra. El hecho enorgullece a los locales y así lo testimonia una figura en bronce en la Plaza de las Bernardas. La hija menor de los Reyes Católicos, que vio la luz en 1485 en el Palacio Arzobispal, fue prometida en matrimonio cuando tenía apenas tres años para contribuir políticamente a la relación entre ambas naciones. Doce años después partió a Londres para casarse con el rey Arturo Tudor. Al morir el monarca, contrajo enlace con el hermano menor, Enrique VIII. Fue una relación tormentosa y tortuosa que concluyó con ella desterrada y recluida en un castillo, afligida por el cáncer y la falta de alimentación que le causaron la muerte. Tenía 50 años.
Entre templos, el pasado e historias sensibles
Entre los templos, un caso excepcional es la Catedral Magistral de los Santos Justo y Pastor, frente a la plaza de los Santos Niños, centro de la vida social. Exhibe una mención relevante y nada conocida: Magistral, sí, con M mayúscula. Efectivamente, junto con la iglesia San Pedro de Lovaina (en Bélgica) son las únicas iglesias del mundo con ese rango, mención que identificaba que todos sus clérigos debían ser doctores en teología.
El nombre del santuario recuerda un episodio de la persecución religiosa ordenada por el emperador romano Diocleciano hacia el año 300 en la hispania romana, cuando –según la leyenda– los niños Santos Justo y Pastor (de 7 y 9 años) fueron martirizados y enterrados por oponerse a renegar del cristianismo.
La edificación primigenia sufrió destrucciones, modificaciones y reconstrucciones hasta su último cambio en 1514 en un estilo gótico isabelino donde la portada tiene rasgos flamígeros (casi el fin del gótico) y la torre –a la que se asciende mediante una escalera helicoidal– se concluyó recién en 1618. El último trastorno fue un incendio en 1936 durante la Guerra Civil, siniestro que ocasionó la pérdida de sus tesoros.
Otra construcción sobresaliente es el Palacio Arzobispal, que fue residencia de los arzobispos de Toledo, donde nació Catalina y sitio del cónclave Colón - Reyes Católicos. De gran belleza, fue nutriéndose de restauraciones a lo largo de centurias desde el XIII. En su estructura y ornamentación se combina lo mudéjar con el barroco o lo renacentista.
Un viaje a lo antiguo, al inicio de Alcalá, es visitar el yacimiento arqueológico romano de Complutum, de donde proviene el gentilicio complutense que identifica a los lugareños. Se conocen edificaciones como la fachada monumental, una infraestructura hidráulica, el mercado, termas, calles… El paseo comprende también la Casa de los Grifos para visualizar cómo se vivía entonces y una pintura romana que es la mejor conservada de España.
A caminar y detenerse cada dos por tres
El punto de partida del recorrido por el centro histórico puede ser la medieval y encantadora Calle Mayor, que va desde una esquina de la Plaza de Cervantes hasta la plaza de los Santos Niños, con ¡396 metros de recova! (la más larga de España con esta particularidad arquitectónica de veredas techadas). La soportan columnas de piedra de orden toscano –aunque algunas tienen volutas estilo corintio– que forman parte de los edificios, los cuales tienen a la vista desagües pluviales que concluyen en el suelo empedrado en forma de gárgolas.
Hasta 1492, cuando esta arteria fue la zona de la judería, los comerciantes tenían su negocio en la planta baja y vivían arriba, en tanto que las calles transversales se refieren a los antiguos gremios: Tocinería, de los Manteros, Cerrajeros, Carnicerías… Con un adoquinado de 8 m de ancho, cada tramo de la calle y sus edificaciones adornadas con flores tienen retazos de historias o leyendas.
En el N° 99 de la Calle Mayor, asombra la farmacia del Dr. Julio Chamorro, fundada en 1896, que permanece en manos de la familia de boticarios hasta llegar a la quinta generación. Las estanterías de madera son originales como el cúmulo de potes de porcelana. Conserva añosos envases y sus contenidos, así como implementos de la actividad cuando lo natural (hierbas, cortezas, flores, minerales) era fuente esencial de cualquier tratamiento, muchos de los cuales eran “preparados magistrales” surgidos de una de una delicada balancita o potes.
Hablando de salud y sobre el N° 46, el tiempo se detiene al ver una puerta sólida y rústica en un frente estilo mudéjar que da paso al Antiguo Hospital Benéfico Nuestra Señora de la Misericordia u Hospital de Antezana, con la inscripción del año 1483. Un oscuro zaguán conduce a un patio con columnas y barandas de madera con salitas protegidas por techos con tejas. En aquella época el establecimiento sirvió para brindar contención y atención a las dolencias gracias a la caridad espiritual.
Es la entidad sanitaria más antigua de Europa que jamás cerró sus puertas. Todo, gracias a los nobles Luis de Antezana y su esposa Isabel de Guzmán, quienes la fundaron con el propósito de cuidar gratuitamente a enfermos pobres y transeúntes. Posteriormente fue también llamado El Hospitalillo. Hoy tiene varias funciones, entre ellas, ser residencia de mayores y albergar el Museo de la Medicina del Siglo de Oro creado por la Fundación Antezana.
En la misma travesía está el sitio más fotografiado de Alcalá: la pareja de estatuas de bronce lustrosos de tanto roce de Sancho Panza y el Quijote, del escultor Pedro Requejo Novoa. Ocupan la vereda de la casa natal de Cervantes y dentro del edificio, hoy Museo, la experiencia es apreciar en varias salas cómo era la vida de una familia acomodada en aquellos años, aunque el apodado Príncipe de los Ingenios solo la habitó hasta los cuatro años.
Por otra parte, el eje urbano pasa por la Plaza de Cervantes, donde se halla su monumento con una estatua de bronce de 2,09 m de altura que se inauguró en 1879. Es una obra del escultor italiano Pedro Nicoli, aunque la pluma en su mano es nueva, se le cambió en 2009.
Y para entender cómo los complutenses ovacionaban las obras cervantinas hay que conocer frente a la Plaza Cervantes el referente de la vida teatral, el Corral de Comedias, uno de los más antiguos de su tipo que se conservan en Europa y que era a cielo abierto. Ahora techado, sigue en funciones con una atractiva programación clásica. No hay que perderse la muy jugosa la visita guiada.
Eso sí, cuando se pasea, cada vez que se levanta la mirada a las cúpulas, torres y campanarios están ellas… Ciertamente, podría decirse que las cigüeñas blancas son ciudadanas ilustres; a pesar de ser responsables de ciertos daños a la arquitectura por sus enormes nidos, los pastos y plumas que los forman, además de las heces. Como en todas partes, afectan molduras, relieves o tuberías. Son tan queridas que hay un servicio de veterinaria con guardería para los cigoñinos que caen de las edificaciones al llegar el verano. Las recuperan y cuando ya pueden levantar vuelo las sueltan en un evento anual con la presencia de niños en la Huerta del Obispo, donde aún se conservan murallas medievales con 16 torres.
Luz, cámara, acción
No es muy conocido, pero la comarca es un gran escenario de filmaciones: hasta Messi corrió por la Calle Mayor y los vecinos lo aclamaron como extras. Claro, entre los tantos mensajes publicitarios mundiales se grabó un aviso de Pepsi Max (Love it, Live it) con el protagonismo de Messi y Marcelo jugando paint ball por el centro histórico.
Desde 1960 cuando Stanley Kubrik filmó la Espartaco con Kirk Douglas, conocidos éxitos de las pantallas tuvieron escenas que se rodaron en este gran set, como Matador, de Pedro Almodóvar o Las cosas del querer, de Jaime Chávarri y más recientemente: La Casa de Papel (temporada 4), Cuéntame cómo pasó (saga que concluyó el año pasado), Amar es para siempre, El Ministerio del Tiempo, Matadero o la serie Machos alfa.
Sumando un poco, la cuenta da al menos medio centenar de escenas de películas, cortometrajes, web series, programas de televisión, documentales y spots publicitarios, tanto de productoras españolas como del exterior (Estados Unidos, Holanda, China y la Argentina) que se realizaron en Alcalá entre 2022 y 2023.
Suspenso, acción drama, comedia, thriller y fantasía son las principales etiquetas de esas realizaciones de Movistar+, Netflix, Disney+, Atresmedia, Amazon Prime Video, TNT, Pampa Films, RTVE, YouTube, HBO y El Trece, de nuestro país.
Calles, negocios, bares del casco urbano, la Calle Mayor, la antigua Fábrica Gal, el IES Antonio Machado, el Palacio Arzobispal, la Plaza Cervantes, la Universidad, el Hospital Antezana, predios especiales y hasta la mismísima Plaza Cervantes fueron locaciones que enfocaron las cámaras.
Los alcalaínos sienten a menudo el ritmo de ver trailers con artistas, equipos electrógenos, operarios con chalecos flúo, grandes grúas con cámaras, artefactos de iluminación, la parafernalia de los efectos especiales, camiones con utilería y altavoces emitiendo indicaciones de filmación. Gran parte de este portentoso impulso por capitalizar rodajes se basa en una entidad del gobierno, Alcalá Film Office, que se dedica a la promoción de la ciudad como locación para generar ingresos e impulsar las áreas de servicios, instalaciones, proveedores y empresas de catering, entre tantas otras. El trato personalizado, las tasas moderadas, las cualidades climáticas, la disponibilidad de espacios y la cercanía con el aeropuerto internacional forman parte del paquete de ventajas para rodar.
Paralelamente, se celebra una de las más importantes premiaciones de cortometrajes del país: el Festival de Cine de Alcalá de Henares (ALCINE). Se creó en 1970, se desarrolla en noviembre y suele reunir unos 15.000 espectadores. Por este certamen han pasado directores que luego adquirieron notoriedad en el mercado del cine como Álex de la Iglesia, Alejandro Amenábar o Isabel Coixet.
Cómo llegar, dónde alojarse y dónde comer
Alcalá de Henares está a solo 30 km de Madrid. Si se renta un auto, se tarda 45 minutos por la autopista A2. Si se opta por un autobús, hay tres líneas que salen de la Av. De América. Y si elige el tren, se tarda media hora, por €4,50. Entre las buenas opciones de alojamiento a un costo razonable y dentro del casco histórico, está el hotel boutique Evenia, de 3 estrellas, en un edificio añejo restaurado que fue Casa de Postas. Ideal para una estancia placentera con un estilo romántico muy relajado. Incluye un variado y exquisito desayuno buffet en un espacio muy acogedor en el ex patio de corral. Otros detalles importantes: tiene parking a metros de la entrada, caja fuerte en la habitación y wifi, LED y aire acondicionado.
Otra posibilidad con similares servicios y comodidades es el hotel El Bedel frente a la Plaza San Diego, como se aprecia desde los balcones. El desayuno tiene alternativas para vegetarianos y veganos o sin TACC. El personal asesora en cuanto al estacionamiento privado en las inmediaciones.
La tierra de Cervantes brinda buenas opciones para tapear en bares y restaurantes junto una cerveza bien fresca y luego proseguir con las caminatas turísticas. Quizás la más reconocida es Indalo en la Calle de Libreros para elegir una tapa por cada bebida o donde la opción puede pasar por un brunch o un almuerzo. El precio medio ronda los €10 euros.
Otra alternativa de tapas es el Restaurante Talanis en la Plaza de los Irlandeses, muy cerca de la Casa Natal de Cervantes, para almorzar o cenar, donde el precio a la carta oscila entre €15 y €20. Dos especialidades son la tarta de queso y la tortilla de bacalao. Otros detalles: en verano la terraza es confortable y ofrecen menús para niños.