Modelo, estudiante y músico, agradece la libertad que le dio su familia de artistas: a los 21, cantará junto a su abuelo Palito en el Luna Park
Entrevistar a un chico de 21 años recién cumplidos, con una cabeza en ebullición y el corazón en la mano, resulta una experiencia movilizadora. Sin prejuicios ni clichés, sin la mínima intención de aparentar.
El personaje en cuestión es Dante Ortega (hijo de Sebastián Ortega y Guillermina Valdés, nieto de Palito y Evangelina, sobrino de talentosos), un centennial que trabaja en una agencia de modelos, empezó a estudiar periodismo para “bajar a la tierra” y se luce con sus primeros temas como cantante, entre varias cosas más. Como su abuelo, el Rey, también él tiene ganas de comerse el mundo.
–Sos del 2001. Parte de la generación de jóvenes que nacieron en plena crisis bajo el lema “que se vayan todos”.
–Sí, nací en un año de lío total, muy crítico para la Argentina. Por eso, viendo cómo somos nosotros, siento que venimos a cambiar las cosas en muchos aspectos. Esta generación llegó con una mente distinta, más abierta al mundo y sin ganas de peleas. Es otro universo, y todo pasó en tan poco tiempo que realmente impresiona. Hoy se puede hablar de casi todo con los padres, y eso está buenísimo. Por suerte se van cayendo los prejuicios. Tal vez yo lo viva mejor porque mi familia es especial, en mi entorno es más fácil porque siempre reinó lo artístico. Y cuando el arte atraviesa las familias, todo se habla con más naturalidad. Imaginate con la tía que tenemos [N. de la R. : se refiere a Julieta Ortega] si no vamos a saber de feminismo... Y tampoco el tema de la sexualidad es un tabú sino todo lo contrario. Yo pude hablarlo apenas terminé el colegio, en 2018.
–Pero sabiendo que del otro lado había contención, que llegaba el abrazo...
–Nunca lo dudé. Creo que lo artístico es una entrada a la libertad y en casa reina un montón el poder hablar. Y a mis hermanas les pasó lo mismo. Los tres somos muy abiertos y no nos fijamos en el género a la hora de enamorarnos. Es algo muy de esta generación, en la que no existen las etiquetas. Nosotros nos fijamos en las personas.
–Además de padres interesantes y sensibles, ustedes tienen una abuela descomunal, que entiende todo, ¿no es cierto?
–Evangelina es espectacular, la gran madre de la familia. Con mi abuela podemos hablar de todo. Incluso de lo complicado que era antes este tema. Yo no puedo dejar de pensar la que tuvo que vivir mi tío Martín. Ser gay en esa época, en un país post dictadura, donde nadie entendía nada y se señalaba todo. Hoy, poder hablar esto con mis abuelos habla de un mundo que, en algún aspecto, mejoró.
–¿Con Palito también hablás?
–No estas cosas; él respeta todo pero es más introvertido. No tuvo papás que lo contuvieran de chico y era otra época. ¡Otra galaxia! Por eso me sorprende todo en él. Admiro esa capacidad de ayudar a todo el mundo, lo empático que es. Pocas palabras, infinitamente generoso.
–Familia atravesada por la música, además.
–Yo creo que esa es un poco la clave. Si conectás con el arte es muy probable que siempre estés del lado bueno de las cosas. Yo ahora, además de la universidad, estoy a full con la música. Saqué un tema que se llama “Volado”. Hago reggaeton.
–¿Qué estudiás?
–Estoy arrancando periodismo. Como soy muy de estar en las nubes, me pareció interesante hacer una carrera que te baje a la tierra. Mi mamá me carga diciendo que, a lo mejor, gracias a estos estudios, deje de tirar tanta teoría y empiece a escuchar al otro. Pero la verdad lo hago para tener cultura general. Yo consumo noticias y con esto de la guerra estoy adicto. En realidad no puedo creer que haya una guerra. Yo creía que había caducado pero lamentablemente hay potencias que son muy egoístas, que resuelven todo de la peor manera.
–¿Cómo surgió lo de estar en una agencia de modelos?
–Lo pensé como un “mientras tanto” porque siempre, desde los doce años, supe que lo mío era la música. Es compatible y me salieron laburos interesantes. Antes había trabajado en bares y como ayudante de coach en Cantando por un sueño. Además, ser modelo hombre, en la Argentina, no da muchos frutos.
–¿Te interesa la política?
–No, la verdad es que no sé mucho así que prefiero no meterme en ese campo. Es obvio que me lo preguntan porque vengo de una familia que siempre se involucró. Pero no soy nada. Estoy descontento con todo. Hay un montón de factores que tenemos que cambiar como sociedad. Y lo de la grieta es un asco. No ayuda a sacar un país adelante.
–¿Viviste cruces familiares o entre amigos?
–Algún cruce en asados pero que no pasa a mayores. No quiero sonar soberbio, pero mi familia es medio única. Entre nosotros nada es tabú. Y siento que mi abuelo es la persona más buena del mundo, está siempre afuera de los conflictos. Como buen pisciano, le gusta ayudar al prójimo. Así fue con Charly García y otra gente querida. Vive para los demás, es feliz dando amor desde el escenario. Pero eso sí, nunca lo verás llorar. Se reprime. Su campo emocional lo puede.
–Todo lo contrario a tu madre. Por lo que se ve en sus posteos: lágrimas, pura sensibilidad...
–Es súper sensible y tiene una historia de vida que admiro un montón. Primero, aprendió a ser mamá siendo muy chica. Es del interior, hija de un veterinario que debía hacer magia para llegar a fin de mes. Después sufrió mucho cuando él falleció. Se vino a trabajar de modelo siendo muy pendeja. Por eso, como la vivió, me da consejos distintos. Siempre me dijo que debo independizarme, me recuerda sus primeros tiempos remándola sola en la ciudad. Su mini departamento y esas cosas. Me conecta con lo esencial. Es una gran maestra.
–¿Y tu papá?
–Un personaje total. Y un gran líder, un tipo que encabeza sus proyectos y los concreta. Tiene una cosa muy lúdica que me encanta. Le gusta jugar. Ahora nos armó un tobogán espectacular junto a la pileta. Y la pasamos bomba con mis hermanas.
–Son muy unidos los tres, ¿no?
–¿Con mis hermanas? Muy. Las quiero y admiro. Me gusta la libertad que tienen. Helena es muy rápida con la comunicación, seductora, se gana el corazón de todos. Y Paloma tiene esa cosa con los animales, la naturaleza. Colabora en refugios, se la juega siempre, es vegetariana.
–Falta que nos digas algo de Tinelli y combo completo.
–Cero drama, tenemos una relación buenísima. Él siempre fue muy generoso con nosotros, es una persona abierta, con hijos que son lo más. Entiendo lo que genera Marcelo porque es muy mediático y está expuesto a las críticas, pero mi mamá lo acompaña muy bien y nos regalaron algo precioso que es nuestro hermano más chico, Lolo. El nos unió un montón como familia. Igual, más allá de que nos llevamos bien, que nos invita a viajar y esas cosas, lo que vale realmente es que la hace feliz a mi mamá.
–¿Un sueño?
–Puede suceder el 22 de abril, noche que toca mi abuelo en el Luna Park, y tal vez hagamos un tema juntos. Él me invitó para que cante lo mío pero le dije que no. ¡Abuelo, es tu show! Me parecía raro, así que le propuse adaptarme a lo suyo, buscar un tema que nos quede bien a los dos. Y después sí, se viene “Volado”, mi tema, que presentaré el 10 de marzo. Estoy re emocionado.