Un encuentro entre nativos y científicos intentó rescatar los antiguos saberes de esa cultura milenaria
Entre los trabajos que se expusieron durante el 4º Encuentro sobre Salud y Medicina sobresalió una experiencia impulsada por el gobierno de la provincia del Chaco y la Unicef. Se trata del Programa de entrenamiento de comadronas , un ejemplo claro de trabajo intercultural en salud. La asistencia técnica, realizada entre 1996-1998, estuvo a cargo del antropólogo de la Unicef, Marcelino Fontán.
El programa se realizó en la Zona Sanitaria VI de la provincia, ubicada en el extremo noroeste chaqueño, también conocido como El Impenetrable. La región, que concentra la mayor cantidad de población aborigen de la provincia, poseía un alto índice de mortalidad infantil y materna por causas prevenibles.
Se estudió el problema y se vio que la mayoría de los partos se realizaban en el domicilio, entonces cuando había complicaciones las comadronas no contaban con las soluciones alternativas que puede brindar una institución sanitaria. "Había un gran rechazo por parte de las mamás a ir al hospital, porque decían que las trataban mal. El doctor se enoja, porque quiere que yo empuje, pero yo acostada no puedo, decían, por ejempo", cuenta el antropólogo Fontán, especializado en antropología médica.
"Hubo que trabajar mucho, primero para capacitar y ablandar la relación de los médicos con los otros, para que comprendieran que se trataba de una cultura que funciona distinto, y que también tiene una gran experiencia en técnicas de parto que muchas veces son superiores a las occidentales", continua el coodinador técnico.
Los logros
El equipo realizó un amplio relevamiento de conocimientos, creencias y prácticas gineco-obstétricas tradicionales de los grupos tobas y wichis de la región, antes de comenzar con el gradual entrenamiento de cien parteras o comadronas de la zona. Los resultados de la experiencia se hicieron esperar, pero llegaron y son muy satisfactorios.
- Se valorizó la cultura indígena y sus saberes.
- Se brindó a los aborígenes, a través de una figura muy querida como es la comadrona, información que ellos desconocían. La diferenciación entre aparato digestivo y reproductivo no era clara, por ejemplo.
- Por primera vez, los médicos vieron que del otro lado hay un saber sanitario valioso. Como consecuencia de esto se admitió: la libre elección de la posición de parto (las mamás prefieren las posturas con el canal de parto vertical), la devolución de la placenta a la familia; se permitió que la comadrona se interne con la madre y asista el parto, con un médico a su lado que realiza un seguimiento por si surgen complicaciones.
- Aumentaron las consultas y controles hospitalarias tanto de madres embarazadas como de niños. Disminuyó la mortalidad materna.
"La tarea de integrar la medicina oficial y la de los pueblos originarios, es importante porque las dos tienen sus saberes adquiridos y sus aportes. Son muchos los países que admiten la existencia de un sistema pluralista de salud, y lo reflejan en la formación académica de sus médicos. Hablar de legalización de la medicina aborigen parece incluso hasta irrespetuoso, porque ella existe muchísimo antes que aparecieran los doctores. Lo que tiene que haber es una ley que reconozca que la única medicina válida es la que cura", concluye Marcelino Fontán.
Integrarse
Como integrante de la Comunidad de Estudiantes de las Primeras Naciones de América (Cepna), Raúl Mamani señala la escasez de gente indígena y no indígena que se dedique específica y exclusivamente a la salud y la medicina aborígenes. Si bien están los agentes sanitarios, ellos trabajan en programas de los gobiernos provinciales, pero sin una preparación previa para darle un enfoque cultural al tema de la salud.
"Otro tema importante es que los indígenas que conocen la medicina puedan ejercerla y enseñarla, porque hay muchos saberes milenarios y valiosos que se están perdiendo. Pero para eso necesitan el apoyo de su comunidad y el de las instituciones gubernamentales. A veces hay casos de médicos indígenas cuyo rol comunitario se fue desvirtuando a partir de un contacto indiscriminado con la gente que no es de la comunidad. Se hacen famosos, entonces la gente hace cola para atenderse, los médicos los llevan a congresos, y terminan desbandándose", agrega el representante aborigen.
Hay experiencias en otros países, como Cuba, México, Perú, Ecuador, donde es el propio gobierno el que va a buscar a esta gente, y le brinda apoyo y todo lo necesario para que pueda enseñar y continuar practicando la medicina dentro del marco comunitario y sin exponerse a manejos perjudiciales.
Pachamama
Cepna agrupa a aborígenes que están capacitándose. Hay muchos que estudian medicina, economía, sociología en la Universidad de Buenos Aires. Para ellos, el desafío es nutrirse con nuevos conocimientos, sin perder su identidad indígena, y aprovecharlos para mejorar la situación de sus comunidades. "Pero también nos preocupa ayudar a la sociedad que no es indígena con nuestros conocimientos", comenta Rosalía. Por eso, sus miembros dan charlas gratuitas en la Universidad y los profesorados. En las escuelas primarias, donde hay posibilidades se les enseña a los chicos la Ceremonia de la Pachamama; de esta manera aprenden a relacionarse con la tierra a través de un contacto respetuoso.