Condenan a un motochorro a prisión perpetua
El asesino baleó a un estudiante de 13 años cuatro días después de salir de la cárcel, en diciembre de 2017
"¿Qué mirás? Para vos también hay", le gritó Luis Alberto Soto a Cipriano Cardozo después de dispararle un balazo en la espalda a Martín Leguizamón porque se resistió a que le robara la mochila en la que llevaba los libros.
El testimonio de Cardozo, vecino de la localidad de Laferrere, constituyó uno de los elementos con los que el Tribunal Oral N° 1 de La Matanza condenó a Soto a prisión perpetua, más la accesoria por tiempo indeterminado, por el homicidio del estudiante, ocurrido el 22 de diciembre de 2017, cuando salía de la clase de inglés.
Los jueces Alfredo Drocchi, Matías Rouco y Andrea Schiebeler consideraron que Soto asesinó al adolescente para evitar que lo denunciase y que pudiese identificarlo en un nuevo proceso penal en su contra, que podría mandarlo otra vez a la cárcel.
Según fuentes judiciales, el monto de la pena coincidió con la condena solicitada por la fiscal Celia Cejas Martín.
Cardozo desarmaba un ventanal de su casa cuando observó cómo Soto tironeaba la mochila del adolescente y lo tomaba del cuello. Entonces se acercó para ayudarlo, pero en ese momento escuchó el estruendo del disparo. A pocos metros, el vecino vio cómo se desfiguraba la cara del chico al mismo tiempo que caía en la vereda.
El agresor advirtió la presencia de Cardozo, le apuntó con el revólver calibre 32 y, mientras abordaba la moto negra en la que lo esperaba un cómplice, le gritó: "Para vos también hay".
Así, el testigo describió cómo Soto asesinó de un balazo en la espalda al adolescente. Luego, Cardozo recordó que, junto a otros vecinos, intentaron ayudar a Leguizamón y que lo llevaron al hospital, pero no pudieron hacer nada para salvarlo. El balazo había provocado daños severos en el corazón del adolescente.
Soto fue detenido por efectivos de la policía bonaerense un mes después del asesinato. La captura se concretó luego que dos menores, vecinas del barrio, viesen en la red social Facebook la foto de Pocho de Laferrere. Según declararon las adolescentes, el asesino pasó delante de ellas después de matar a Martín.
Una de las chicas le escuchó gritar: "Nos salió mal". El sospechoso al que se referían tenía un tatuaje en la mano derecha, era de contextura robusta, usaba un aro en el labio superior y tenía una cicatriz grande en su perfil derecho. La descripción coincidía con la foto de Pocho de Laferrere, quien en realidad era Luis Alberto Soto. Esa imagen había sido publicada por el imputado en su perfil de la red social Facebook.
Pocho solía arrebatarles a los alumnos sus pertenencias. Cuatro meses antes, Soto había sido detenido por robarle un celular y la tarjeta SUBE a un chico cuando salía de un colegio. Recuperó la libertad y cuatro días después de salir de la prisión asesinó a Martín. El cómplice de Soto, quien conducía la moto, nunca fue detenido.
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