Desplegaron más fuerzas federales en Rosario para contener la violencia narco

ROSARIO.-Después de un fin de semana que dejó al descubierto un recrudecimiento de la violencia en Rosario, con cinco asesinatos en apenas 12 horas, arribaron a esta ciudad unos 300 efectivos de la Policía Federal y de la Prefectura Naval que realizarán operativos de prevención en la zona céntrica, en horarios de mayor circulación.

Los 150 policías federales y otros 150 prefectos, que cumplían funciones en Puerto Madero, no estarán abocados a combatir los conflictos narco en esta ciudad, donde se cometieron 52 asesinatos durante este año y 13 homicidios en los últimos 13 días, sino que el objetivo será impedir que esa ola de crímenes llegue al centro de esta ciudad.

La violencia extrema parece naturalizada en Rosario pero solo en la periferia de la ciudad. La mayor preocupación del gobierno de Santa Fe en este momento es el incremento de delitos comunes, como robo de celulares, hurtos y asaltos a mano armada, en las zonas céntricas donde mayor cantidad de gente circula.

“Se lo pido al gobernador en cada reunión, y al Presidente: necesitamos más fuerzas de seguridad en las calles, investigación para desarmar las economías criminales y una justicia ágil. Nos merecemos dejar de vivir con miedo”, afirmó hace dos semanas, en la apertura de sesiones del Concejo Municipal, el intendente de Rosario Pablo Javkin.

El sábado pasado a la noche un joven de 18 años fue baleado en una pierna en el barrio de Pichincha, en un presunto intento de robo de su celular. El caso nunca quedó claro, pero el sonido de los balazos generó pánico entre la gente que cenaba en mesas ubicadas en la vereda. Al escuchar los disparos decenas de personas salieron corriendo y se refugiaron dentro de un restaurante.

En el gobierno de Santa Fe temen –según altas fuentes de la administración de Perotti- que este tipo de hechos violentos que se producen en el corazón de la ciudad desate protestas masivas como sucedió en agosto 2016, bajo el lema Rosario Sangra, cuando más de 50.000 personas marcharon frente a los tribunales y la casa de Gobierno, luego de que un joven fuese asesinado durante el robo de su celular. Hasta ahora las marchas en reclamo de mayor seguridad no fueron masivas.

La presión política que generaron las multitudinarias manifestaciones de Rosario Sangra derivaron en la firma de un acuerdo de seguridad que rubricaron la entonces ministra Patricia Bullrich con el exgobernador Miguel Lifschitz, que consistió en el envío de gendarmes a Rosario, como ya había pasado en 2014 con el “desembarco” de 3400 efectivos al mando del secretario de Seguridad Sergio Berni. Desde los últimos siete años, cuando estalló la violencia narco, desde el Gobierno nacional enviaron cinco veces contingentes de efectivos federales para apaciguar las recurrentes crisis de seguridad.

Un pedido provincial

“Hace diez días el gobernador de Santa Fe Omar Perotti nos pidió que se refuerce la presencia de efectivos federales en las zonas céntricas para colaborar con el trabajo de la policía de Santa Fe. Esto apunta a una mayor presencia en zonas donde hay más circulación, porque se han incrementado delitos como robos violentos”, afirmó a LA NACION el secretario de Seguridad de la Nación, Eduardo Villalba.

“Estos hechos de inseguridad con mayor violencia causan gran impacto en la sociedad. Es una situación que hay que atender porque si no el clima de temor entre la gente sigue creciendo”, reconoció el funcionario, que aclaró que “se va a seguir trabajando fundamentalmente con Gendarmería en los barrios donde se producen los problemas derivados del narcotráfico”.

Otro hecho que provocó conmoción en Rosario fue el ataque a balazos que llevaron adelante dos sicarios el sábado pasado en una estación de servicio contra el abogado Ariel González Zeballos, de 52 años, que se encuentra internado en grave estado luego de sufrir seis heridas de bala en el abdomen y las piernas.

El letrado fue procesado en 2009 por el supuesto lavado de activos de la organización ilícita liderada por Mario Segovia, catalogado por los medios de prensa como el Rey de la Efedrina.

El secretario de Seguridad de Santa Fe, Germán Montenegro, admitió –en diálogo con LA NACION- que “durante las últimas semanas se percibe un recrudecimiento de los enfrentamientos de organizaciones criminales, que por la crisis tienen un mercado más pequeño que hoy está en mayor tensión”.

Montenegro explicó que “la venta de drogas se transformó durante los últimos años en una economía de subsistencia donde la lógica de conflictos entre bandas barriales se hace cada vez más violenta. La policía de Rosario secuestra un promedio de 40 armas por semana en controles en la calle, lo que marca una gran cantidad de armamento que circula por la ciudad”.

El secretario de Seguridad señaló que “este refuerzo de fuerzas federales apunta a que pueda haber mayor presencia en el centro de la ciudad para descomprimir la tarea de la policía que lleva adelante operativos en las zonas más calientes de la periferia”.