La dueña de los ómnibus baleados no encuentra motivos y dijo que “pudo haber sido una masacre”

MAR DEL PLATA. No sale de su asombro Mirta Guanella, una de las propietarias de Micro Sur Viajes y Turismo, una empresa familiar que fleta ómnibus y cuyos responsables vivieron anoche horas de conmoción por casi un centenar de disparos contra dos de sus unidades que circulaban por ruta 2. Y ahora vive horas de preocupación e incertidumbre porque no encuentran explicación a semejante violencia en el ataque sufrido.

“Nunca recibimos amenazas, no entendemos el por qué de algo que pudo haber terminado con gente herida o algo peor, una masacre”, aseguró en diálogo con LA NACION, todavía a la espera de novedades judiciales que permitan conocer algún avance de la investigación que por ahora no tiene sospechosos identificados.

Los primeros peritajes dan cuenta de 88 impactos de bala entre ambas unidades, una con 24 y otra con 27 pasajeros. Todos, al igual que los choferes, resultaron ilesos. Pero les queda esa sensación de pánico tras haber sido blanco de una verdadera balacera a mansalva.

“Los ómnibus tienen agujeros de bala atrás, en los motores, sobre los costados, en las cubiertas, y también en el frente”, aseguró Guanella a LA NACION, conmovida y desorientada por igual. “Ni robos hemos tenido, y está claro que esta gente no quería robar”, detalló.

A su criterio se trató de “un atentado contra la actividad de tour de compras” que, para su empresa, es apenas uno de los rubros para los que les contratan los ómnibus. En este caso, una agencia de viajes de Mar del Plata, con la que hace tiempo trabajan con este mismo recorrido, que tiene por destino los comercios de la avenida Avellaneda y de Once, en la Capital. Siempre con regreso en el mismo día.

Siguen a la espera de alguna pista que la fiscalía de Chascomús, a cargo de Jonatan Robert, les permita encontrar un sentido a la brutalidad de esta agresión.

“Queremos que los medios difundan, que investiguen y que se sepa quién estuvo detrás de esto, porque no podemos permitir que se repita”, remarcó.

Su hijo, que también es parte de la empresa, viajó hacia Castelli para ver cuál es la situación de las unidades atacadas y para organizar su traslado a Mar del Plata. Será a remolque, porque quedaron inutilizadas por los proyectiles que dañaron los motores.

Sobre la mecánica del ataque solo conoce testimonios de algunos de los pasajeros y choferes. Los que pudieron ver con mayor detalle señalan a una camioneta Toyota Hilux con tres ocupantes, desde la que se realizaron disparos.

“Jamás tuvimos una amenaza por esta actividad en tour de compras u otra, hace 40 años que trabajamos y tampoco tenemos problemas con gremios o personal”, insistió Guanella.

Su nuera y también parte de la empresa, Ana Steriatelli, aseguró que lo que sufrieron en los dos ómnibus fue “un ataque vandálico y mafioso” y coincidió en que “pudo haber sido una tragedia”.

“Pudieron haber herido a alguien, o provocado un despiste o un vuelco, que quién sabe qué consecuencias podía tener para el pasaje”, describió y expuso la tensión de los choferes, que “no sabían si parar o bajar, porque no entendían de qué se trataba”.

Les llama aún más la atención que un atentado tan violento se cometa sobre la Autovía 2, que es un corredor muy transitado. “Esto no puede quedar impune”, afirmó.