La ola de asesinatos no cesa y se proyecta en Rosario el año más sangriento de la historia

ROSARIO.-La violencia narco no tiene freno en Rosario. En solo dos horas se produjeron otros dos homicidios con la misma mecánica que emerge desde hace tiempo: sicarios en moto que ejecutan a la víctima y huyen. Esa mecánica se usó en los tres asesinatos que ocurrieron el miércoles, por lo que que suman cinco crímenes en poco más de 24 horas y 161 en lo que va de este año.

Cerca de las 21 del miércoles en el barrio Godoy, de la zona oeste de Rosario, los vecinos llamaron al 911 porque habían observado un cuerpo en la calle. Cuando la policía llegó a la calle Luis Ouvrard al 8000 se topó con el cadáver de un joven al lado de una moto.

La víctima fue identificada como Agustín Méndez, de 22 años. El cuerpo de Méndez tenía una herida de bala en la cabeza y se sospecha que fue ejecutado desde una moto. El joven tenía domicilio en Cabin 9, un barrio de la localidad de Pérez, vecina a Rosario, donde la semana pasada se hallaron los cuerpos de dos mujeres que fueron ejecutadas a balazos y arrojadas a un basural.

El otro asesinato se produjo en Villa Gobernador Gálvez; en las afueras de esa ciudad también vecina a Rosario fue encontrado el cadáver de un hombre que aún no fue identificado. El cuerpo, que tenía varios disparos de arma de fuego, fue hallado en el cruce de la ruta 22 y la avenida Granaderos a Caballo. El cadáver tenía siete impactos de bala.

La policía encontró horas después un auto incendiado cerca del lugar donde apareció el cuerpo de este hombre. Los detectives comprobaron que el vehículo tenía pedido de captura y había sido robado el martes pasado. Se investiga si es el mismo vehículo que se usó para la ejecución de esta persona.

El miércoles se habían conocido tres asesinatos en pocas horas, entre ellos el de una mujer de 22 años que fue acribillada junto a su hijo de cinco años –que resultó ileso- en el barrio Empalme Graneros.

El incremento de los asesinatos derivados de enfrentamientos entre bandas narco, cada vez más atomizadas y fuera de control, rompió todas las estadísticas. El primer semestre del año fue el más sangriento desde que se tiene registro, con 139 homicidios, cuatro más que en 2014. Si no desciende el nivel de violencia este año podría ser el más sangriento de la historia.