“Solo me importaba River”. Un custodio admitió que debía vigilar a Pachelo el día del crimen, pero lo desatendió por el Superclásico
Víctor Contreras dijo que se quedó escuchando el partido del “Millonario” con Boca y no prestó demasiada atención al hombre cuyos movimientos tenía que reportar; otro dijo que, aunque le habían encomendado la misma misión, ni siquiera conocía la cara de su objetivo
LA NACIONTres exempleados de seguridad del country Carmel mencionaron que el día del crimen de María Marta García Belsunce hubo irregularidades en la vigilancia que se había dispuesto internamente sobre el vecino Nicolás Pachelo debido a que se lo señalaba como autor de varios robos dentro de barrio cerrado de Pilar.
Uno de ellos, incluso, admitió que había omitido cumplir la orden expresa de vigilar los movimientos del díscolo vecino porque se había quedado escuchando las alternativas del Superclásico. “Ese día solo me importaba River”, dijo el excustodio Víctor Hugo Contreras.
Las fallas de seguridad de ese día fueron narradas por él y sus excompañeros Claudio Maciel y Martín Peretti, ante los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 de San Isidro.
El primero en declarar fue Maciel, que estaba a cargo de los vigiladores del turno noche –19 a 7 horas- aquel domingo 27 de octubre de 2002. Fue propuesto como testigo por las defensoras oficiales María Eugenia Nigro y María Ventresca, que representan al vigilador José Ortiz, imputado como coautor del crimen con su excompañero Norberto Glennon y Pachelo.
El exvigilador detalló que era usual que los empleados de seguridad ingresaran entre 15 y 20 minutos antes de su turno para cubrir los puestos y dijo que los libros de registros donde se anotaban los ingresos y las novedades del turno “se llenaban a mano”.
Con respecto a Pachelo, Maciel indicó que “el country había dispuesto una persona que lo custodiara”, quien estaba encargada de anotar cuando entraba y salía, y que la planilla con esos datos se llevaba diariamente a la administración del country.
También explicó que del ahora imputado Ortiz era el encargado de custodiar esa noche el “Puesto 5″, ubicado frente a la casa de Pachelo.
”El de Pachelo era el único puesto que no se dejaba de cubrir”, afirmó Maciel, quien reconoció que la seguridad de Carmel “tenía fallas”.
Luego recordó que el encargado del Carmel, Alberto White, le preguntó si Pachelo había estado vigilado el día del crimen, a lo que él le respondió que sí, pero que no recuerda quién había sido asignado para esa tarea.
Los dichos del testigo fueron cuestionados por el abogado del viudo Carlos Carrascosa, Gustavo Hechem, quien dijo que con anterioridad el vigilador había declarado otra cosa, por lo que Maciel quedó a disposición de la fiscalía cerca de cinco horas por si se requería un careo con los otros exempleados, lo que finalmente no sucedió.
Otro de los testimonios importantes de la jornada fue el del vigilador Contreras, quien aseguró que en 2002 ocupó dos puestos de vigilancia, uno detrás de la casa de Pachelo y el otro enfrente a la vivienda.
En varios tramos de su declaración, Contreras dijo no recordar cuestiones que le fueron preguntadas por los fiscales y el tribunal y reconoció que la tarde del crimen de María Marta se quedó escuchando el partido de River y Boca en una casa ubicada frente a la vivienda de Pachelo, por lo que no cumplió su función, ya que no lo vigiló como debía.
”Yo el trabajo que hacía era porque no me quedaba otra, ese día me importaba River. No le presté mucha atención a Pachelo”, se sinceró el testigo.
Contreras dijo que esa fue la única vez que le tocó custodiar a Pachelo durante el breve tiempo que trabajó en Carmel y que creyó ver los dos vehículos del acusado estacionados en su casa.
”Siempre digo la verdad, más en un tema tan importante como este. Yo digo lo que me acuerdo y sobre lo que no me acuerdo no miento. No recuerdo haber modulado que Pachelo salió hacia el estacionamiento o el Club House”, dijo.
Finalmente, del TOC N°4 escuchó al vigilador Peretti, quien estuvo encargado de seguir a Pachelo durante el mes de octubre de 2002 en Carmel.
”No lo conozco al señor Pachelo. Me dijeron el nombre y la casa donde vivía, nada más. Físicamente no lo conozco. Yo tenía que reportar si salía. No le conocí la cara”, dijo, ante la sorpresa de los presentes.
”Cuando tomé el puesto no recuerdo si había alguien en el puesto 5. Tenía que decir si esa persona se movía y para dónde. La orden me la daba el jefe de guardia, Maciel”, expresó.
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