“Te voy a matar, te voy a matar”: auge y caída de una violenta banda dedicada a robar Rolex y otros relojes de alta gama

Gervasio C. no tuvo tiempo de hacer nada. A las 11.03, caminaba por Figueroa Alcorta y La Pampa, en Belgrano, cuando fue atacado por la espalda. Un delincuente lo tomó del cuello, le lanzó un brutal “¡te voy a matar, te voy a matar!” y le arrancó el reloj, un Certina DS1. El ladrón se subió a una moto en la que lo esperaba un cómplice. Los motochorros escaparon a toda velocidad.

El hecho ocurrió el 30 de agosto del año pasado y fue registrado por las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) de la Policía de la Ciudad. Fue el primero de diez ataques perpetrados por una organización criminal que operaba en los barrios de Belgrano, Puerto Madero, Recoleta, Palermo y Retiro.

En los últimos días, tras una investigación de detectives del Departamento Inteligencia contra el Crimen Organizado de la Policía Federal Argentina (PFA), de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri), a cargo de José María Campagnoli, y del juez en lo criminal y correccional porteño Diego Slupski, fueron detenidos ocho sospechosos, entre ellos, un oficial de la Policía de la Ciudad.

Al respecto de este policía, fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño dijeron a LA NACION que “se colaboró con la Justicia cuando se supo lo de este oficial, que está detenido y en situación de revista pasiva, es decir, el paso previo a la desvinculación” de la fuerza.

En un dictamen al que tuvo acceso LA NACION, el fiscal Campagnoli explicó: “En su funcionamiento [la organización criminal] destaca la ejecución de una modalidad delictiva particular, por la cual, en forma coordinada, [los delincuentes] protagonizan el seguimiento de las víctimas elegidas en la vía pública en el ámbito de esta ciudad y luego las interceptan violentamente por detrás, para despojarlas, mediante el uso de la fuerza y de la violencia, de sus relojes pulsera de alta gama e importante valor pecuniario en el mercado que llevan colocados en sus muñecas”.

Para avanzar en la investigación, personal de la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE), que depende de la Ufecri, analizaron al detalle las imágenes de las cámaras de seguridad del CMU porteño. Los detectives lograron determinar que, en los ataques, los motochorros contaban con el apoyo de cómplices que circulaban por la zona en un VW Polo

El segundo ataque adjudicado a la banda ocurrió en Puerto Madero el 30 de octubre pasado, en horas del mediodía. El modus operandi fue similar. El botín, esa vez, fue un reloj Hublot. Al analizar las filmaciones se pudo determinar cuáles eran las chapas patentes de la moto y del auto en el que circulaban los delincuentes.

“La modalidad delictiva que predomina en los hechos que son consecuencia del obrar coordinado de este grupo de personas da cuenta de que sus integrantes ejercen un rol distinto, pero concatenado, que conduce a la ejecución de planificados desapoderamientos”, explicó Campagnoli en su dictamen.

Según el representante del Ministerio Público, uno de los ladrones era el encargado de “marcar” a la potencial víctima y de avisar del objetivo a sus cómplices.

“Tras continuar avistando desde el interior de los autos, por un tiempo prudencial, a la potencial víctima previamente seleccionada, aguardarían el momento propicio para que los damnificados estén distraídos y, en ese momento, aprovecharían la oportunidad para descender de los vehículos y ejecutar el ataque”, sostuvo el fiscal Campagnoli.

En noviembre pasado, los sospechosos volvieron a atacar. En esa oportunidad fue en Palermo, en la avenida del Libertador y Salguero. Sustrajeron un reloj marca Cartier.

Los robos de relojes Rolex y Omega Seamaster continuaron en Retiro, Recoleta, Palermo y Belgrano. El modus operandi no tenía modificaciones.

El último ataque que se le adjudica a la organización criminal ocurrió en horas del mediodía del 19 de marzo pasado, en la avenida del Libertador y Blanco Encalada, Belgrano. La víctima, María Cristina R., de 66 años, fue interceptada por la espalda. Le arrancaron un Rolex de su muñeca izquierda y la tiraron al suelo. Sufrió distintos tipos de heridas.

“Los detectives pusieron de resalto el modo de ejecución de los ilícitos y aclararon que el motociclista y su acompañante, que interceptaba a las víctimas, no actuaban en solitario. Otro hombre, que se hallaba a pie y previamente en el lugar del hecho, se encargaba de seleccionar y marcar a la potencial víctima que poseía colocado un reloj de alta gama, como así también contaban con automotores de apoyo que les permitían acceder al sitio y huir sin ser advertidos por la autoridad policial”; sostuvo Campagnoli.

Según fuentes de la investigación, el oficial de la Policía de la Ciudad detenido era el conductor del VW Polo utilizado para dar apoyo a los motochorros.

“El personal policial que participó de la investigación realizó arduas tareas investigativas, las cuales constaron principalmente en el análisis de registros fílmicos, averiguaciones, escuchas telefónicas, vigilancias y seguimientos que permitieron determinar los vehículos utilizados por la banda y la identificación de ocho sospechosos”, explicaron fuentes de la Policía Federal.