Asesinato en Villa Gesell: tres acusados volvieron a la escena del crimen luego del asesinato

Después del mortal ataque a Fernando Báez Sosa, tres de los diez acusados regresaron a la escena del crimen, pasaron frente al lugar donde minutos antes había sido asesinado el joven estudiante de Derecho y se dirigieron a la casa de comidas rápidas donde comieron hamburguesas. Según fuentes de la investigación, la presencia de los tres imputados frente al boliche Le Brique habría quedado grabada en las cámaras de seguridad de la avenida 3 entre Buenos Aires y la calle 103.

La decisión de pasar por la escena del crimen también quedó registrada en una serie de mensajes de WhatsApp que se intercambiaron los imputados después del asesinato. Aunque los investigadores tienen los nombres de los tres acusados que volvieron al lugar del homicidio, decidieron mantener sus identidades en reserva.

El paso de estos tres imputados por el lugar donde mataron a Fernando se concretó entre las 5.15 y las 6.10, después de que Lucas Pertossi mandase el mensaje de audio desde la esquina de avenida 3 y Buenos Aires en el que expresó: "Amigo, estoy acá cerca del lugar donde está el pibe y están todos a los gritos. Está la policía y llamaron a una ambulancia... caducó".

Lucas Pertossi envió este mensaje a las 4.55. En ese momento, Fernando sangraba y estaba agonizando. Varios jóvenes rodeaban a la víctima y dos de ellos le hacía maniobras de reanimación cardiorrespiratoria (RCP). La ambulancia llegó a las 5.09. Fernando ya estaba muerto.

Para entonces, el grupo de acusados se había dividido. Algunos volvieron a la casa en la que se alojaban. Acordaron que se encontrarían en la casa de comidas rápidas y se cambiaron de ropa. Además, uno de ellos se limpió la sangre de Fernando, según quedó grabado en la cámara de seguridad del supermercado chino Marina, cuando fueron interceptados por efectivos policiales del Grupo de Apoyo Departamental (GAD).

Tres de los imputados tomaron un camino distinto al resto para ir a la casa de comidas rápidas. Dieron un rodeo y pasaron por la puerta de Le Brique. Para entonces, el cuerpo de Fernando había sido retirado de ese lugar. Aunque no se detuvieron a hacer preguntas, los acusados observaron y escucharon a la gente que comentaba el asesinato y siguieron hacia el punto de encuentro fijado con sus amigos.