Ahora los que marcan tendencia en moda son ellos

Hubo un día en que Marcelo Tinelli dejó atrás el jean y las remeras lisas -siempre blancas o negras, sin más innovación que una eventual inscripción-, y se lanzó de lleno en el mundo de los trajes de colores, los pantalones chupines, las camisas de estampados estridentes y las medias decontracté con zapatos puntiagudos. ¿Qué pasó en el medio? La moda. Eso pasó. Y sigue pasando. No sólo a Tinelli, líder de opinión aparentemente hasta en lo que a estilo se refiere. A los hombres en general. Si no, miremos a nuestro alrededor: ¿qué llama la atención de los más minuciosos observadores del buen vestir? Los sacos de Jorge Lanata, las medias de Chiche Gelblung, el sombrero que Pharrell Williams usó en los Grammy, el regreso del moño , los pantalones de colores para ellos y la osadía de los que se llaman "hipsters", con sus gafas de marco grueso, sus sweaters escoceses, sus cortes de pelo locos y sus carteras.

Si Punta del Este es un vidriera de moda por excelencia, sin dudas esta tendencia se hace más que evidente allí: los que dan que hablar son ellos, los hombres. "Cuando el hombre se anima , se anima más que la mujer y lleva su look a fondo, lo que no significa que siempre acierte o elija adecuadamente , sin llegar a extremos", dice Fabián Zitta, diseñador que no perdió ocasión de mirar de cerca lo que se impone durante su estadía en el Este este verano. "Últimamente, veo hombres que se juegan por una prenda de color, el pantalón de baño bien corto, mocasines sin medias o una camisa slim fit y van dejando de lado otras prendas que no los favorecen como las bermudas cargo pasando la rodilla, las camisas extra large, las sandalias de goma o los sacos largos y de corte cuadrado", agrega.

Para el bloggero de moda y diseñador Maxx Viñals (conocido en Twitter como @Maxx_vinals ), los motivos de este renovado interés del hombre por la moda tienen que ver con una liberación de prejuicios: "El hombre argentino está más receptivo a la moda dejando de lado el qué dirán y apostando por lo que realmente le gusta ponerse", explica.

Analizando la tendencia en el marco de la sociedad actual y 2.0 asegura que "en este último tiempo la moda se fue ‘democratizando’ y ‘viralizando’". "Tanto hombres como mujeres tienen las mismas opciones en cuanto a la vestimenta. Esto era impensado años atrás cuando sólo ellas eran el foco de la moda. La globalización y las redes sociales acercan mucho más que antes la visión del hombre europeo a estas latitudes y básicamente creo que el cambio se da en gran parte por esto. Ya no nos miramos más entre nosotros, sino que miramos cómo visten afuera", continúa. La caída de paradigmas y prejuicios, por un lado, la búsqueda de inspiración en las mecas de moda internacional, por otro, parecen ser los paladines de esta transgresión que encabezan los hombres. Según Zitta, hay un redescubrimiento de la moda como algo de lo que ellos también disfrutan: "Cuando el hombre viaja y ve cómo se lookean en Milán o en Nueva York, adopta ese look en esos lugares pero lo sigue sosteniendo en Buenos Aires, en su vida cotidiana. Una vez que le tomó el gusto a la ropa de diseño, de buen corte, que los estiliza y los hace ver más jóvenes, es difícil abandonarla y volver al viejo jean ancho y gastado".

El mirar e imitar, también trae como consecuencia un interés por ser mirados. Ya no sólo se espera que las actrices y modelos impacten con sus atuendos. Ellos posan y son protagonistas. Y el boom de los blogs de moda , donde los cazatendencias retratan y señalan todo lo que se está usando, también los alcanza: "Nos empezamos a dar cuenta que no sólo ellas son fotografiadas en eventos sociales y que nosotros también podemos, al menos por un momento, ser el centro de atención, lucir seguros y chic sin sentir que se está disfrazado por ser trendy ", comenta Maxx Viñals, pero aclara: "Más allá de mantener una identidad estilística y estar al tanto de lo que usa el hombre europeo, lo importante es ser fiel al estilo propio, no copiar o imponerse looks imposibles de llevar, es la clave del éxito a la hora de vestirnos".

Sentirse cómodo con la extravagancia tampoco es tarea fácil. Los argentinos se caracterizaron siempre por ser clásicos en lo que al vestir se refiere. "Es muy difícil sacarlo del jean y remera o del saco y la corbata", señala Viñals. Desde su punto de vista, los argentinos suelen animarse sobre todo a innovar con los accesorios: "Se ve mucho que buscan darle un toque a su outfit ya sea con algún accesorio que se destaque sublimando el conjunto, como por ejemplo un foulard de seda, unos buenos gemelos, gafas vintage y por qué no, una elegante bow tie ".

¿En qué se inspiran los "it-boys"?

Maximiliano Patané, modelo internacional y cara de H&M, es uno de esos chicos que nunca pasa desapercibido. Una suerte de Concepción Blaquier, versión masculina. Siempre busca provocar y gana en originalidad. Camina con anillos marroquíes, collares hindúes y chalecos de cuero comprados en algún lugar recóndito de Africa. Admite que para su look busca lo "artístico".

"Creo que el verdadero buen look o estilo va más allá de las modas. Hoy por hoy lo que se destaca es el estilo propio. Por eso aplaudo a Alan Faena o a Maxi Patané. Un verdadero cazador de tendencias no copia lo que ve textual en una vidriera, eso ya fue", dice Javier Iturrioz, arquitecto y decorador que se caracteriza por su gusto refinado tanto a la hora de ambientar eventos o casas como para vestirse. "En mi caso particular yo idolatro los años 50, los años 20, a Valentino, a Jay Gatsby. Me inspiran los íconos de Hollywood en blanco y negro. Por eso adoro el dandy look . Me gusta desde Lord Byron a Oscar Wilde o el Llanero Solitario, pasando por Ralph Lauren, Tom Ford y Alain Delon. Me gusta el look de Paul Newman en los 60. Amo los preppy boys de los Hamptons o de Palm Beach. El estilo british , el de weekend de los cazadores en Francia , al baron Von Trapp con su austríaca tirolesa... Me gustan los uniformes militares y la vestimenta dressy con personalidad y mucho estilo", ennumera Iturrioz, aunque aclara: "Es fundamental tener el equilibrio para darte cuenta qué te queda bien. Y, además, tener la suficiente personalidad para usarlo y sentirte cómodo. No hay nada peor que un lookeado que se vea acomplejado".