Alarmante predicción: qué pasará con la Tierra en 500 años y de qué depende su supervivencia

Los científicos pueden hacer algunos pronósticos certeros sobre el futuro. Pero la situación se complica cuando se trata de predecir qué será de la Tierra de aquí a 500 años. Es algo así como pretender que Cristóbal Colón supiera, en 1492, cómo iban a ser en el año 2000 la humanidad y la naturaleza de las Américas.

El medio de divulgación científica The Convesation citó a dos hombres de ciencia para que intentaran relatar qué va a suceder con nuestro planeta en medio millar de años. Así, el antropólogo de la Universidad de Estatal de Nueva York, Michael Little y Wiliam MacDonald, geólogo de la misma universidad, señalaron que el futuro de la Tierra depende, básicamente, de dos factores.

El primero de ellos es el que involucra los ciclos naturales. En rigor, todo lo que está marcado por la manera en que este planeta gira y se mueve alrededor del Sol. El segundo de ellos, quizás el más influyente al hablar de un período tan corto -geológicamente hablando-, es el actuación de los seres vivos sobre el ambiente. En especial, por supuesto, todo lo referente a la actividad humana.

Los ciclos naturales

Los ciclos naturales del globo en el que vivimos tienen que ver con los movimientos de la Tierra en su recorrido por el espacio. Así, el planeta se tambalea, su ángulo de inclinación cambia y también su órbita, que se aleja o se acerca más al sol.

Estas alteraciones fueron y seguramente serán más adelante responsables de los bruscos cambios de temperatura de la Tierra, los que se cree que provocaron las diversas edades del hielo que atravesó nuestro planeta. En estas instancias, que duran miles de años, el hielo llega a cubrir la mayor parte del planeta y las temperaturas se mantienen muy bajas.

Hoy, esos ciclos que cambian la relación de la Tierra y sus movimientos respecto del Sol, llevan el nombre de quien primero los explicó, el matemático y astrónomo serbio Milutin Milankovic. Este científico constató, entre otras cosas, que la órbita de la Tierra, en determinados períodos, pasa de ser circular a ser elíptica.

Esto ocurre cada 100.000 años y hace que el planeta se aleje millones de kilómetros del Sol. La última era del hielo que atravesó la Tierra se inició hace 110.000 años y terminó alrededor de 10.000 años atrás.

La inclinación de la Tierra, que también varía, junto a la modificación de la órbita terrestre, cambian la distribución de la energía recibida del Sol. La variación de estos factores, según Milankovic, podrían desencadenar una era de hielo.

Pero todos estos cambios se materializan sobre nuestro planeta durante miles y miles de años. Si se vuelve a la propuesta inicial, 500 años es muy poco en términos geológicos, y estos ciclos orbitales se supone que no van a influir sobre ella de manera determinante.

La acción del ser humano

La segunda influencia que sí puede hacer que la situación de la Tierra cambie es la influencia de los seres vivos. En particular, los seres humanos, que modifican el planeta en muchas formas.

La tala indiscriminada de bosques para construir ciudades y cultivar alimentos, por caso, han destruido importantes hábitats de vida silvestre. A su vez, los humanos trasladan con sus cambios especies de un lugar a otro del planeta, lo que produce alteraciones de ecosistemas.

Los humanos también están contribuyendo al calentamiento global, principalmente por el uso de combustibles fósiles que liberan gases de efecto invernadero a la atmósfera, muchos más de los que el planeta puede manejar.

Estos gases atrapan el calor del Sol como lo hace el vidrio de un invernadero, lo que hace que la temperatura de la Tierra sea más cálida que lo que sería sin este efecto. Lo que no está mal, en principio, pero puede ser contraproducente para la vida cuando el nivel de estos gases se incrementa.

El resultado del exceso de estos gases, como el dióxido de carbono, es que las temperaturas de la Tierra aumentan, produciendo días de verano peligrosamente cálidos, el derretimientos de los hielos de Groenlandia, el Ártico y la Antártida, que a su vez provocan el aumento de las aguas de los océanos, que derivan inundaciones en las zonas costeras.

Este es, a nivel global, el mayor riesgo que enfrenta la tierra en este momento. Los científicos estiman que, de no cambiarse el estado de las cosas, estos cambios producidos por el ser humano podrían llevar a la existencia de un planeta muy diferente de aquí a 500 años.

La única chance: cambiar

La única posibilidad de que la situación no empeore radicaría en el hecho de que los hombres cambien parte de sus costumbres, ya que un planeta que se calienta puede contribuir a condiciones climáticas extremas como olas de calor, tormentas, inundaciones y sequías que pueden alterar los ambientes de la Tierra.

Y con eso, todas las formas de vida se ponen en riesgo en la superficie terrestre.

Si se mira hacia atrás, comparando con lo que pasaba hace 500 años, la parte de seres vivos de la Tierra, conocida como biosfera, cambió dramáticamente. Los seres humanos eran entonces unos 500 millones y ahora superan los 7500 millones. Más de 800 especies de plantas y animales se extinguieron debido a las actividades humanas durante ese período.

Es que, a medida que crece la población humana, otras especies tienen menos espacio para habitar. Además, el aumento del nivel del mar significa aún menos tierra, y la suba de las temperaturas enviará a muchas especies a migrar a mejores climas.

En conclusión, no todos los cambios en el planeta son causados por los seres humanos, pero ellos sí han causado cambios para peor. Lo ideal sería que la humanidad se pusiera de acuerdo para acabar con las cuestiones que están agrediendo al planeta, como la utilización excesiva de combustibles fósiles.

Si se vuelve a la figura de Cristóbal Colón, probablemente el genovés no hubiera imaginado carreteras repletas de autos, o el uso universal de teléfonos celulares. Pero también es cierto que los avances de la tecnología humana no han sido suficientes como para terminar con los problemas del cambio climático causados por la misma especie.

Entonces, la conclusión de los científicos es que, si el ser humano sigue con las mismas prácticas que tiene hasta ahora, es muy difícil que las cosas en el planeta estén mejor de aquí a 500 años. Posiblemente, entonces, si no se logra un cambio, el planeta en cinco siglos sea un lugar completamente irreconocible a los ojos de hoy.

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