Ampliarán una zona del puerto para los cruceros
La terminal Benito Quinquela Martín, puerta de entrada de los cruceros que llegan al puerto metropolitano de todas partes del mundo, está quedando chica. Por eso, comenzarán las obras para ampliarla y amoldar su estructura a la creciente demanda.
En 2001, cuando la terminal que funciona en la dársena B y C del puerto de Buenos Aires se inauguró para hacer frente a la llegada de estas enormes ciudades flotantes, el flujo de pasajeros era de 60.000 por temporada. Este año, esa cifra se quintuplicará, con 143 arribos.
Además, han crecido las dimensiones de los cruceros que visitan la ciudad, lo que muchas veces dificulta las maniobras en el puerto. En los 90, el buque tipo que llegaba al puerto metropolitano medía 180 metros de eslora. Hoy, las naves ya superan las tres cuadras.
Otro problema es la simultaneidad de arribos. En la temporada pasada, cinco cruceros coincidieron en el mismo día en dos oportunidades, mientras que para los próximos meses se espera que esa cantidad se produzca en siete ocasiones, lo que produce un cuello de botella prácticamente insalvable. Incluso, esta temporada habrá jornadas en las que coincidirán hasta siete buques de gran envergadura en 24 horas.
Aunque ya hubo algunas mejoras, la idea es hacer una reforma estructural con miras al año del Bicentenario. La ampliación de la terminal, que costará unos 90 millones de pesos y empezará en abril próximo, cuando termine la temporada de cruceros, estará a cargo de la empresa concesionaria Terminal Río de la Plata.
Entre otras reformas, se buscará aumentar a 12.000 pasajeros la capacidad de atención diaria, lo que implicaría un incremento del 50% de la capacidad actual. Además, se construirá un edificio de 10.000 metros cubiertos, con una sala de espera para 2000 personas, oficinas administrativas, locales comerciales, estacionamiento y un sector vip.
"Se trata de una solución intermedia, ya que está en discusión si es necesario tener una terminal propia y exclusiva para los cruceros u otra compartida con los buques de carga", dijo a LA NACION el gerente general de Terminales Río de la Plata, Gustavo Figuerola.
Este proyecto es una obra de corto plazo, que estará lista para la temporada 2010-2011, pero esta reforma solucionará el problema sólo por diez años. Luego, se cree que la terminal volverá a quedar chica.