“Ayudarse hasta el final”: el insólito acuerdo de dos argentinos para cruzar juntos la meta de la Maratón de Buenos Aires
Son dos de los mejores atletas del país, Martín Méndez y Miguel Maza; quedaron segundo y tercero en el podio nacional
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El pasillo humano era tan largo como ensordecedor. Miles alentaban a esos pocos que iban llegando como punteros de la Maratón de Buenos Aires, esta mañana. A ambos lados de la avenida Figueroa Alcorta, volcados sobre las vallas de contención, empujaban con gritos y aplausos a la elite que pasaba disputándose, a casi 20 km/h, los primeros puestos. A través de ese corredor atronador se zambulleron dos de los mejores atletas del país, Martín Méndez y Miguel Maza.
A la par, calcando sus zancadas, sin lograr medio cuerpo de ventaja. El arco de llegada se acercaba, pero la paridad no se rompía, luego de 42 kilómetros; ninguno lograba definir quién sería el segundo mejor argentino y quién el tercero. Todo el esfuerzo se plasmó en el mismo segundo para ambos, algo insólito en ese nivel, en esa distancia; era imposible saber quién había pasado primero. ¿Se habrían puesto de acuerdo?, se preguntaban en las tribunas. Y la respuesta era que sí, a pesar de que hicieron todo lo posible para que no.
“Miguel es un amigo y quería hacer la preparación de la maratón con él”, contó a LA NACION, al salir de la carpa de control antidopaje, el entrerriano Martín Méndez. Explicó que tienen marcas similares y que les sirve entrenar juntos, aunque al final no fue posible. Miguel se quedó preparando la distancia en su Jujuy natal y Martín se fue a la altura de Cachi, Salta, para afinar su cuerpo y sus ritmos. Hasta que la línea de largada de la edición 40 aniversario de la Maratón de Buenos Aires los volvió a encontrar.
“Le dije que con Leo [Malgor, su entrenador] habíamos decidido hacer una carrera conservadora, táctica, el día no estaba para arriesgar. Y estuvo de acuerdo en salir juntos”, detalló Miguel sobre su charla con Martín en los minutos previos a la largada, poco antes de la 7 de la mañana de hoy, cuando el termómetro ya trepaba a unos muy húmedos 18°C y ambos se encontraban en el sector especial solo para los mejores, debajo del arco de salida. Detrás, 14.500 corredores le daban forma al récord de convocatoria de la prueba.
“Luego de la primera mitad juntos, empecé a atacarlo más; luego él pegó más cambios de ritmo”, confesó Miguel sobre todos los intentos de ambos para que la carrera mostrara cuál de los dos era más fuerte. Pero ninguno logró vencer la zancada del otro. “Del kilómetro 30 al 34 charlamos y nos pusimos de acuerdo: el clima estaba muy duro y era preferible ayudarse hasta el final”, reveló Martín. “Nunca me había pasado de terminar así una carrera”, aseguró Miguel sobre esa paridad. Juntos pasaron al tucumano Pedro Gómez y ya tenían la certeza de que serían el segundo y el tercer argentinos, aún sin saber qué puesto para quién.
En las carreras, desde los 100 metros hasta la maratón, no existe el empate. No se puede ir a penales ni gol de oro. Alguien, siempre, llega por delante del otro. No importa que Miguel Maza y Martín Méndez cruzaran la línea de llegada a la par. La fiscalización a cargo de la Federación Atlética Metropolitana dictaminó que Maza estuvo unos centímetros por delante de Méndez; por eso, le asignaron 2h19m27s al jujeño y un segundo más el entrerriano.
“¿No te molestó que llegando juntos te pusieran detrás y tercero en el podio argentino?”, preguntó LA NACION. Y Martín sonrió con calma: “No. Es lo mismo. Debo haber corrido unas siete maratones de Buenos Aires; excepto la última, que llegué mal entrenado, siempre hice podio argentino: segundo, tercero, tercero, segundo… Pero nunca primero”. Sin intentar impresionar, agregó: “Espero que me queden los años de vida para poder lograrlo”. Y aclaró, en medio de una carcajada: “El tema es que ahí no voy a arreglar para llegar junto con otro”.
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