Coronavirus en la Argentina. Estuvo al borde de la muerte, se recuperó y pasó cuatro meses sin poder ver a su familia por la cuarentena
CÓRDOBA.- Laura Ferreyra, de 43 años, quedó al borde de la muerte cuando, en octubre pasado, un delincuente intentó arrebatarle la cartera mientras iba en moto por San Francisco, a unos 215 kilómetros al sudeste de la capital de Córdoba. El hombre la tiró, su cabeza golpeó en el pavimento y quedó en coma al sufrir traumatismo de cráneo, una fisura en el oído y sangrado en su cerebro.
Un mes después salió de coma, algo inesperado incluso para los mismos médicos. Internada en Córdoba para su rehabilitación, la cuarentena la encontró separada de sus dos hijas, de 3 y 13 años, de su hijo de 18 y de su esposo. Cuatro meses de trámites les llevó para que pudieran verse.
Martín Delgado, esposo de Laura, tiene un almacén en San Francisco y debió atenderlo sí o sí porque es la fuente de ingresos de la familia; por meses tuvo una empleada pero los números no le dieron. Su pedido al Centro de Operaciones de Emergencia (COE) era poder viajar a con sus hijas a Córdoba capital y no hacer la cuarentena de 14 días y así no tener que cerrar el negocio durante ese tiempo. El pedido "desesperado" era que le permitieran traer a las hijas para ver a su madre.
Laura no recuerda lo que le pasó; incluso reconoce a sus hijas pero ellas deben recordarle sus nombres cada vez. "Los médicos pedían que viniéramos para avanzar en la terapia; pero todos eran ‘no’. Del intendente, del COE, de la jueza de faltas. Nadie nos autorizaba", cuenta Martín a LA NACION.
La vida de la familia cambió después del ataque a Laura: hasta la cuarentena, su esposo prácticamente se mudó a Córdoba para acompañarla; dejó la casa que alquilaban y se fue a vivir con sus padres para que sus hijas tuvieran con quién estar.
La última vez que Francesca, de 3, y Martina, de 13, habían visto a su madre fue el 3 de marzo. Martín la vio el 19 de ese mes y por cuatro meses solo hubo videollamadas. "Francesca le pedía la teta cuando la veía porque cuando la golpearon a su mamá ella la amamantaba -describe el esposo-. Incluso cuando la vimos inconsciente, ella le hacía el sonido y Laura le dio la teta. Tienen una conexión increíble".
Nueve horas
Después de cuatro meses de trámites y presentaciones de documentación, la familia completa estuvo nueve horas junta la semana pasada. "La vimos bien, despierta. No tiene una conversación fluida pero cantó, abrazó a las chicas. Camina con ayuda y tiene problemas de movilidad en una mano, pero va saliendo. Era muy importante vernos", insiste Martín.
El permiso del COE era solo para el 20 de julio; antes de viajar le hicieron el test. El objetivo es renovarlo cada 15 días porque las visitas "son de mucha ayuda" para Laura.
El traslado de ella a San Francisco tiene como límite que la casa de sus suegros es para cuatro personas y ella necesita algunos espacios especiales. Martín empezó a construir un departamento al fondo de la vivienda de sus padres, pero necesita de ayuda económica. "Pedí a la Municipalidad un préstamo, que me presten materiales del corralón que iré pagando pero la respuesta fue que no. Insistiré. Con ese lugar terminado Laura puede volver", dice.
Los especialistas con los que Laura hace la rehabilitación enfatizaron en que necesitan trabajar con ellos para "ir asociándolos, para que la aprendan a ayudar" y ella siga evolucionando. La familia espera que el COE la autorice a viajar en el día, cumpliendo con el test antes y después de estar en Córdoba. El delincuente que tiró a Laura de la moto fue detenido un mes después y sigue preso.
"Los médicos me dicen que después de vernos quedó entusiasmada, con más energía -subraya su esposo-. Volver a vernos fue un drama, lloramos todos. Nos costaba despedirnos".
Después del golpe al caer de la moto por el robo, la mujer fue operada pero rechazó los medicamentos, sufrió una hipertensión cerebral y se le produjo un nuevo coágulo que la dejó en estado vegetativo. Los médicos hasta llegaron a plantear la posibilidad de la donación de órganos, por eso su reacción y recuperación es, para ellos, un "milagro".