Descubren una banda de pedófilos que capta chicos en las divisiones inferiores
Estalló un nuevo escándalo en Avellaneda: una red de pederastas usaba la pensión de Independiente para captar a chicos que juegan en las inferiores del club, a los que prostituía a cambio de 800 pesos por cada encuentro sexual con un cliente adulto. La situación quedó al descubierto porque uno de esos adolescentes, de 14 años, ya no pudo con el peso de la situación y se quebró, le contó todo al psicólogo del club y el coordinador de las divisiones menores hizo de inmediato la denuncia ante la Justicia.
La noticia golpeó a Independiente. Pero como varios de los integrantes de la organización que explotaba sexualmente a los chicos forman parte del ambiente del fútbol, los investigadores sospechan que la banda habría captado a menores con fines inescrupulosos en las pensiones de otros clubes de primera.
Anoche, por orden judicial, la policía realizaba una serie de allanamientos en Olivos, Escobar y Trenque Lauquen. Además, se pidió la detención del sospechoso identificado por fuentes policiales como Martín Bustos, un árbitro asistente de primera división vinculado al caso. El escándalo amenaza con crecer con el correr de las horas. Además del juez de línea están imputados un futbolista de las inferiores del club de Avellaneda, de 19 años -al que Independiente ya expulsó-, y otras cuatro personas, cuyos números de celular fueron aportados por uno de los testigos. LA NACION se reserva sus identidades para proteger la privacidad de los menores implicados en el caso.
Además, los investigadores no descartaban que algún empleado del club hubiese facilitado que los menores salieran de la pensión para participar de los encuentros sexuales. Las autoridades del club se pusieron a disposición de la Justicia.
Ayer a la tarde la fiscal María Soledad Garibaldi recorrió la pensión del club, situada en el predio de la institución en Villa Dominico, para corroborar los dichos de los dos testigos que escucharon el relato del menor que se quebró y puso al descubierto la red de trata con fines sexuales.
Allí se enteró de que habría otros tres menores víctimas de la banda. Por tal motivo, activó los mecanismos para tener cuanto antes el relato de los hechos de boca de las propias víctimas. Por tratarse de chicos de entre 14 y 15 años, antes de declarar deben ser entrevistados por un psicólogo y luego hablarán en una cámara Gesell.
Al recorrer las instalaciones de la pensión del club, la fiscal también obtuvo una serie de referencias sobre ingresos, accesos e instalaciones que servirán para contextualizar los relatos de las víctimas.
Por la mañana, la representante del Ministerio Público le tomó declaración testimonial al psicólogo de las inferiores de Independiente, Ariel Ruiz, que es quien escuchó el relato del primero de los futbolistas que denunciaron la situación.
A partir de la reconstrucción realizada por los investigadores policiales y judiciales se pudo determinar que el jugador de la cuarta división de Independiente -que aunque tiene 19 años seguía alojado en la pensión porque había sufrido una lesión en la rodilla- habría sido el "reclutador" de los menores.
El primero de los cuatro chicos que habrían sido víctimas de la red de pedófilos le dijo a uno de los responsables de la pensión, dirigida por Fernando Langenauer, que aquel jugador -J.V., según las iniciales de su nombre y apellido- le había ofrecido tener sexo con adultos.
Según ese relato, los encuentros sexuales eran durante el horario escolar. Los futbolistas menores, cuyas familias viven lejos de Buenos Aires, quedan al cuidado del club. No obstante, sus padres habían firmado autorizaciones para que los chicos pudieran estar fuera de la pensión hasta no más de las 20.
La víctima le dijo al psicólogo que el presunto entregador la llevaba hasta el patio de comidas de un centro comercial situado a un costado del Acceso Sudeste, en Sarandí, a no más de diez cuadras de la pensión.
Allí se encontraban con un mayor que los llevaba a un departamento de Palermo, a una casa de San Isidro y a un edificio de La Plata. Allí se concretaban los encuentros sexuales. Por cada sesión, los chicos recibían $800. La banda se quedaba con el doble por entregar a los chicos. Anoche, los investigadores analizaban los listados de llamadas de las cuatro líneas de celular aportadas por los testigos y cruzaban las comunicaciones para establecer relaciones entre los sospechosos y determinar los vínculos con el entregador. Se presume que el joven J.V. y el árbitro Bustos tenían una relación previa que se rompió el viernes pasado.
Qué dijo el club
Cuando el escándalo tomó estado público, la comisión directiva de Independiente emitió un comunicado en el que informó que había hecho la denuncia y "puso todos los elementos que están a su disposición y al personal vinculado al área para que la Justicia actúe en consecuencia". La institución que preside Hugo Moyano indicó que lamenta "este tipo de acciones y que irá hasta las últimas consecuencias para que se esclarezca lo ocurrido".
En tanto, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) revocó la designación de Bustos, que figuraba en la terna como juez de línea en un partido del torneo Nacional B. El acusado forma parte de la Asociación Argentina de Árbitros; es de categoría 4, lo que le permite dirigir en el Nacional B y en Primera B Metropolitana y participar como asistente en los cotejos de la Superliga.
La noticia sobre las sospechas contra el juez de línea causó estupor en el ambiente del arbitraje. Quienes conocen al juez de línea lo señalan como una buena persona, soltero, que vive con sus padres en la zona norte y trabaja en el Palacio de Tribunales.
Atención para los adolescentes
El vicepresidente segundo de Independiente, Carlos Montaña, dijo ayer que "ahora lo más importante es trabajar con los chicos para brindarles protección". Al respecto, sostuvo: "Reforzaremos el trabajo con profesionales y con los organismos correspondientes; hay centros de asistencia que ya se contactaron con nosotros para resguardar a los jugadores para salir de esta situación lo más rápido posible". El dirigente explicó que "hay un psicólogo permanente y otros dos que acuden entre dos y tres veces por semana para hablar con los 53 chicos de la pensión".