Divide a los expertos la idea de despenalizar
En una problemática tan controversial y compleja como la despenalización del consumo de drogas ilícitas, las posturas de especialistas consultados por LA NACION aparecen salomónicamente divididas respecto de la conveniencia de su descriminalización.
En lo que sí hubo plena coincidencia, sin embargo, fue en la calificación de la Argentina como un país de acendrado y creciente consumo de estupefacientes y no como mero lugar de tránsito, como afirmó el ministro de Justicia, Aníbal Fernández. También concordaron en la percepción del consumidor no como un delincuente, pero sí como un enfermo al cual el Estado debe asistir.
José María Rshaid, psicólogo especialista en abuso de drogas y director de Casa del Sur, una ONG que en sus 14 sedes en el país asiste a 500 drogadependientes por año, parangonó la despenalización del consumo de drogas con el virtual abandono de personas vulnerables. "A los 7 días de ingresar en los programas de rehabilitación, los chicos y sus madres agradecen que hubieran sido obligados por un juez a hacerlo. Entender como una opción un tratamiento denota, en el mejor de los casos, un total desconocimiento del tema. Y en el peor, una actitud criminal", explicó Rshaid. Afirmó que su experiencia de 30 años en la materia le ha demostrado que el 80% de los pacientes tratados logra reinsertarse con éxito en la sociedad.
"Es irresponsable, mentiroso y hasta criminal sostener que la drogadependencia se desvincula del delito o que las cárceles están llenas de consumidores -agregó-. Son justamente los jueces, de acuerdo con el Código Penal, quienes sustituyen la prisión por medidas curativas y educativas." Y mencionó el crecimiento exponencial del "paco" como una epidemia que afecta a los sectores marginales, acentuada a partir de la crisis de 2001.
Rafael Arteaga, subjefe del Departamento de Prevención del Centro Nacional de Reeducación Social, opinó que "las acciones privadas que no afecten a terceros no pueden ser consideradas delitos, pero sí debería ser un agravante conducir bajo los efectos del alcohol", la sustancia cuyo uso, elevado ya a un nivel epidemiológico, es la que más preocupación suscita entre las adicciones.
Para el diputado Eugenio Burzaco (Pro), al igual que para el especialista en adicciones Eduardo Kalina, despenalizar el consumo significa, en los hechos, legalizarlo y propiciar desde el Estado una tolerancia social que es claramente un mensaje equivocado.
"Hay que reformar el Código Penal y someter sólo a tratamiento al consumidor, lo cual no significa dar un mensaje de permisividad", apuntó Burzaco, y recordó que un reciente informe de las Naciones Unidas ubica a la Argentina como el país de mayor consumo de drogas en la región. "Por otro lado -dijo-, la ubicua presencia del «paco» es la demostración cabal de la existencia de laboratorios de clorhidrato de cocaína."
Kalina, por su parte, se preguntó, azorado: "¿Cómo no se va a prohibir el consumo de sustancias como el «paco», que producen efectos letales en el lóbulo frontal y matan en vida a los chicos? A la palabra adicto en la antigua Roma se la vinculaba etimológicamente con la noción de esclavo. Los drogadependientes son esclavos de sustancias y de otras carencias y las drogas son la antiesencia de la libertad. Al no penalizarlas, se facilita y se alienta el consumo. Es descabellado como política pública", opinó el especialista.
La doctora Verónica Dubuc, presidenta honoraria del Capítulo de Drogodependencia de la Asociación de Psiquiatras Argentinos, se mostró en favor de la despenalización siempre y cuando esté "acompañada de un programa de asistencia que contemple medidas de prevención". Pero el consumo se ha complejizado e incrementado, alertó.
En esa misma línea, no fueron pocos quienes ubicaron el consumo de alcohol como una epidemia mayor y más grave que el abuso de drogas, pero la mayoría de los entrevistados desestimaron tajantemente la desvinculación de la drogadependencia con acciones delictivas, sobre todo en casos de menores.
"El adicto no es un delincuente, ergo no se puede encarcelar a alguien que utiliza droga para su consumo personal", opinó el Javier Didida Attas, especialista en adicción de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Señaló que la Argentina fue históricamente un lugar de tránsito de droga, pero su consumo creció de manera exponencial. "Estamos frente a una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento", dijo.