Extraño asesinato de un joven en Talar de Pacheco
Familiares y vecinos culparon a dos policías; en la Unidad Regional Tigre dijeron que fue víctima de un enfrentamiento con ladrones.
lanacionarLA PLATA.- Maximiliano Roque Maidana, un adolescente de 17 años que jugó en las divisiones inferiores de River Plate, fue muerto ayer de un balazo cuando volvía a su casa de una fiesta.
Familiares, amigos y vecinos, culparon a dos oficiales de la comisaría de la zona, pero jefes de la Unidad Regional Tigre aseguraron que el joven quedó en medio del fuego "cruzado de balas" entre los efectivos y un grupo de sujetos que desarmaba un automóvil.
Esos funcionarios dijeron, asimismo, que el muchacho recibió un tiro calibre 3, 57 o 38, y que los policías llevaban pistolas calibre 9 milímetros.
Los dos oficiales -revistan la jerarquía de ayudantes- quedaron ayer detenidos, incomunicados y a disposición del juez penal de San Isidro, Ezequiel Igarzábal, quien ordenó el secreto de las actuaciones.
Asesinado
La muerte acechaba a Maximiliano cuando volvía ayer a su casa, cerca de las 5.30. Volvía de una fiesta de cumpleaños en compañía de un amigo, Raúl Palomo, de 16, en cuyo domicilio iba a quedarse a dormir.
Cuando los jóvenes llegaban caminando al pasaje San Pablo casi esquina Marcos Sastre, apareció un Ford Falcon. Según fuentes policiales, en el coche iban los dos oficiales de la comisaría de Talar del Pacheco, pues se les había informado que en esa esquina un grupo de personas desarmaba un Renault 9.
Lo concreto es que un disparo hirió en el estómago a Maximiliano. De acuerdo con el padre de Palomo, "uno de los tipos que venía en el Falcon comenzó a disparar al aire como si estuviera enloquecido".
Por el contrario, las fuentes de la Unidad Regional Tigre dijeron que, en realidad el menor fue alcanzado por uno de los "tantos disparos que se cruzaron los oficiales y los que robaban el auto".
El menor herido se desplomó en brazos del padre de su amigo. Luego llegó su desesperada madre, Mabel Maidana, quien como otros vecinos salió a la calle alarmada por los disparos.
Al ser interiorizada de lo ocurrido y ver a Maximiliano ensangrentado, la mujer y también el progenitor de Raúl Palomo insultaron a los dos policías, mientras otros pobladores se sumaron a los gritos su condena por el "absurdo y brutal crimen".
Sin embargo, en ese Falcon Maximiliano fue traslado primero a un sanatorio del barrio San Pablo y más tarde al hospital de Tigre, donde falleció.
No quedará impune
Los jefes de la Regional y el comisario Héctor Arrúa, de Talar del Pacheco, reconocieron que el menor era ajeno a los sucesos por ellos relatados, más se negaron a identificar a los oficiales arrestados, debido al secreto sumarial.
No obstante insistieron que los técnicos del SEIT habrían dictaminado que el proyectil que mató a Maximiliano pertenecía a un calibre distinto de las armas usadas por los oficiales.
En esa faz del hecho, no pudieron precisar si algunos de los desconocidos que desarmaba el Renault hubiera estado en poder de un revólver 3,57 o 38, de la que habría partido el fatal balazo.
Un grupo de indignados vecinos de Talar del Pacheco se reunió frente a la seccional aludida y demandó justicia a los gritos.
Los oficiales superiores respondieron a esos pobladores y a la abatida madre del menor asesinado que "investigarán hasta sus últimas consecuencias" y que la muerte no quedará impune "caiga quien caiga".
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