La Policía de San Luis escolta a las hermanas Garay para que hagan cuarentena

Victoria y Antonella Garay junto a Eloy de cinco años -hijo de Antonella- no podrán hacer el duelo por la muerte de su padre con su familia. Después de manejar 3100 kilómetros desde Río Grande (Tierra del Fuego) llegaron a Casimiro Gómez, en San Luis, y las detuvo la Policía.

Las van a encapsular pese a que llevan certificado de hisopado negativo y las trasladarán a la universidad de La Punta custodiadas por un patrullero para que hagan cuarentena. Estaban a 120 kilómetros de Quines, donde vive su mamá.

El lunes pasado se enteraron a la noche de la muerte de su padre en San Luis, a donde viajaban en auto desde Tierra del fuego para despedirse, la Justicia Federal de Río Grande resolvió hoy a la mañana que se les permita el ingreso para asistir al velorio de su papá. Sin embargo, los restos de Martín Garay fueron inhumados ayer.

Hoy miércoles en ruta supieron hermanas de la decisión judicial, mientras ingresaban a la provincia de La Pampa. Y apenas ingresaron a San Luis quedaron frenadas.

La resolución de la jueza federal Mariel Borruto, ante la cautelar presentada por las hermanas, señala: "Disponer que les sea franqueado su tránsito con destino a Quines, en San Luis, en pos de presenciar el velorio del occiso, Martín Garay, respetando las normas de protocolo impuestas: a saber cuarentena semanal en la Universidad de La Punta, asimismo no podrán estar en contacto con personas en San Luis y empleo de tapabocas en todo momento" en el velorio.

En el cuerpo de la resolución, aclara que la magistrada habló con la ministra de Salud puntana, que le dijo que "en todo momento permitieron el ingreso de las hermanas Garay, en tanto se cumpliera con las medidas sanitarias". El Comité de Crisis –según consta en la documentación- rechazó en diez oportunidades el permiso para entrar a despedir a Garay, que agonizaba por un cáncer terminal. Recién aprobó la última presentación cuando el caso se hizo público y, al conocer la urgencia de las hermanas por ver a su padre. El organismo estableció como requisito una cuarentena "excepcional" de siete días en la residencia de la universidad estatal.

La jueza falló después de ser notificada, el martes por la mañana, de la muerte de Garay y conociendo que las hermanas viajaban en auto para hacer los 3200 kilómetros, sin posibilidad de detenerse nada más que para cargar combustible. Deben dormir y comer en el vehículo. Del texto se desprende que, si hubieran podido llegar al velorio, después tenían que cumplir la cuarentena.

El domingo por la noche Victoria dijo a LA NACION: "¿Hasta qué punto puede estar pasando esto? –se pregunta–. Queremos cumplir, hacer las cosas bien y estar tranquilas. Deberíamos estar enfocadas en mi papá y no ventilando esta historia. Ya estoy cansada de ser civilizada, así que viajamos".