La Ciudad ya adapta el sistema sanitario para responder a la segunda ola de coronavirus

Ante el aumento de nuevos contagios, la Ciudad empieza a acomodar el sistema de respuesta a la pandemia de Covid-19 con tres ejes: la búsqueda activa de casos con testeos, la adhesión social al cumplimiento de las medidas de autocuidado y la vacunación de la población de más alto riesgo.

A partir de esos “pilares”, como se informó ayer, el gobierno porteño ajustará las decisiones que irán tomando de acuerdo con lo que vayan mostrando los indicadores epidemiológicos que monitorea el Ministerio de Salud local.

En tanto, como en el resto del país, el avance de la vacunación dependerá de la entrega de dosis que coordina la cartera sanitaria nacional. Hasta ayer al mediodía, en la ciudad se había aplicado el 84% de las 424.400 vacunas recibidas para una población de 1,2 millones de porteños de los grupos priorizados en el plan de inmunización contra el coronavirus SARS-CoV-2.

Un repaso del estado de situación de la pandemia en la Capital habla de un aumento de casos que ubica las cifras diarias por arriba de los 1000 nuevos contagios, comparado con los 600-700 el mes pasado, junto con una estrategia agresiva de detección temprana de casos y contactos estrechos a través de los testeos. “Hoy, el aumento en la cantidad de casos diarios nos muestra que estamos ante un rebrote”, sostuvo el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en conferencia de prensa. Lo atribuyó a la llegada del otoño y la aparición de las nuevas variantes del virus, a las que se les reconoce una mayor transmisibilidad.

Ayer a la tarde, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación confirmó que hay transmisión en la comunidad de cuatro variantes del virus de Covid-19 bajo vigilancia, incluida la de Río de Janeiro, como ya informó LA NACION. Ahora, un informe del jueves pasado del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (Proyecto País), que depende de esa cartera, indica que también detectaron las variantes de Manaos, Reino Unido y California en 297 muestras analizadas de personas con y sin antecedentes de viaje de la provincia de Buenos Aires, la ciudad y Córdoba. Esas muestras se obtuvieron entre el 1º de febrero y el 15 de este mes. Recién ayer se difundió a la población.

“Este aumento de casos nos agarra mejor preparados que el primero”, juzgó Larreta ayer, durante una conferencia de prensa en la que también participaron los ministros de Salud, Fernán Quirós, y de Educación, Soledad Acuña. Incluyó en ese diagnóstico un sistema sanitario “fortalecido”.

Este fin de semana, los directores de hospitales porteños recibieron una comunicación del Ministerio de Salud con ocho medidas para la preparación ante un nuevo pico de contagios, “dado el crecimiento de casos positivos de Covid” en la Capital. El sistema de salud está en estado de alerta amarilla.

Formalmente, el sábado pasado se les comunicó a 19 directores: “Comenzaremos la reorganización de la atención hospitalaria para hacer frente a una nueva ola de Covid-19”. Eso alcanza la reasignación de funciones al personal, incluido el refuerzo en las unidades febriles de urgencia (UFU), y la designación de camas por áreas para pacientes con y sin Covid.

Como el año pasado, los hospitales porteños seguirán trabajando en tres anillos: rojo, amarillo y verde. Esta organización se trazó de acuerdo con varios criterios de atención de los pacientes, como el nivel de complejidad, el equipamiento o la experiencia de los equipos profesionales.

Como ya se informó, los hospitales Fernández, Santojanni, Argerich y Muñiz forman el anillo rojo o “de primera derivación”, mientras que los hospitales Pirovano, Tornú, Álvarez, Durand, Ferrer y Ramos Mejía están agrupados en el anillo amarillo o “de derivación secundaria”. En el anillo verde o “de derivación terciaria”, se ubican los hospitales Piñero, Zubizarreta, Vélez Sarsfield, Penna, Rivadavia, Grierson y los monovalentes.

A la vez, se indicó “readaptar las salas de observación” de las guardias con la medidas de aislamiento y protección para el personal y los pacientes.

En los hospitales Muñiz, Fernández, Santojanni y Argerich (anillo rojo), como así también en el Durand y el Pirovano (anillo amarillo), se empezarán a “reducir en un 30% inicialmente” las intervenciones quirúrgicas programadas “de aquellos pacientes que no corran riesgo de vida”. Quedan fuera de esta medida las cirugías de urgencia cuya suspensión podría ser mortal para el paciente.

“Esta medida se hará extensiva a otros hospitales en forma escalonada y en un porcentaje a determinar de acuerdo con la evolución de la curva epidemiológica”, se indicó en la nota enviada desde la Dirección General de Hospitales.