La historia de un sueño convertido en realidad
Ala historia de este sueño convertido en realidad no es fácil colocarle una fecha exacta de gestación. Mi vida transcurrió durante décadas de mucho trabajo, intentando encontrar el camino adecuado para plasmar mi cada vez más creciente y profundo interés por el arte y el coleccionismo. Esa búsqueda era paralela a mi necesidad de dedicar mi vida a la difusión del arte y la cultura con un profundo sentido social y de inclusión muy definido.
Creo en este sentido que la cultura por el trabajo y la educación que me transmitieron mis padres, inmigrantes italianos, insertados en un barrio porteño por excelencia como el Abasto, fueron determinantes en mi deseo de radicar este proyecto de vida en mi país y en otro barrio tan ligado a la historia como lo es San Telmo.
El museo como hoy se lo ve fue pasando por varias etapas de maduración y transformación dentro de mi pensamiento. La necesidad de la colección de contar con un espacio suficiente para albergarla y mi deseo de hacerla pública dentro de una estructura que permitiera no sólo observarla, sino también desarrollar programas educativos para la comunidad, fueron decisivos en el momento de decidir fundar el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (Macba).
La búsqueda, entonces, del espacio donde instalar el museo se convirtió en una prioridad absoluta, y creo que la ubicación finalmente elegida permitirá afianzar definitivamente la zona sur como un polo cultural de suma importancia, en el que tanto los argentinos como los turistas podrán disfrutar de una amplia oferta de espacios museísticos y galerías, conviviendo con el tango, los anticuarios y los edificios históricos.
La colección, que comenzó a definir su actual línea curatorial a partir de la adquisición de una emblemática obra de Vasarelly, permitirá realizar muestras con distintas propuestas interpretativas de la misma, que convivirán con muestras temporales, más el programa de itinerantes tanto en nuestro país como en el exterior, donde seguiremos a través de las ellas promocionando a artistas argentinos.
Hoy puedo decir, luego de 3 años de mucha dedicación y sacrificios junto a mi esposa, que estoy feliz de haber podido concretar este sueño en mi patria, que se realizó a partir del trabajo sin pausas no sólo de nosotros, sino también de todos los que de alguna manera estuvieron cerca y/o participaron de su construcción.
Espero que las personas que visiten el museo disfruten y valoren lo que con tanto esfuerzo hemos construido.
Aldo Rubino