La ruta 3, saturada de camiones y sin controles
La ruta nacional 3, escenario del trágico accidente ocurrido ayer, es una vía que está saturada de camiones y donde, en los últimos años, estas moles de gran porte fueron protagonistas de choques mortales, derrapes, vuelcos e incendios. Y lo curioso es que los operativos viales de seguridad asignados en esta vía, en ocasiones, consisten en disponer de patrulleros vacíos a un costado de la ruta simplemente como efecto disuasorio no muy exitoso.
La ruta 3, de un solo carril por mano, une las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, en un recorrido total de 3060 kilómetros desde la Capital hasta el Sur. Si bien en el tramo bonaerense tiene asignados varios puestos fijos de controles viales, como Cañuelas, Las Flores, Azul y Bahía Blanca, entre otras, los operativos que realizan los escuadrones de la Gendarmería Nacional, la Agencia de Seguridad Vial y la policía provincial, suele tener serias deficiencias respecto de las exigencias viales, sobre todo la última fuerza mencionada.
En esto coincidieron varios automovilistas que transitan a menudo por esa ruta, donde se constató que en el tramo donde ocurrió el accidente, en el kilómetro 156, está en buen estado de conservación, aunque los controles de tránsito están casi ausentes.
De hecho, anteayer, al recorrer la ruta 3 desde Benito Juárez hasta la Capital, entre las 11 y las 15.30, una periodista de este diario observó varias situaciones curiosas: en Azul, por ejemplo, había un patrullero al costado de la ruta, pero sin agentes. En Cacharí, otro móvil policial se había apostado en la banquina, pero estaba sin ocupantes. Y en la ciudad de Las Flores habían colocado conos anaranjados sobre la ruta, y ni siquiera se advirtió la presencia de uniformados para realizar los pertinentes controles viales.
La ruta 3 está en proceso de repavimentación entre Cañuelas y San Miguel del Monte. Su tramo más peligroso se sitúa entre los kilómetros 110 y 150, ya que no está provista de banquinas por una razón: la ruta acompaña al río Salado y hay varios tramos con guardrail. Allí, los sobrepasos son muy riesgosos. La gran cantidad de camiones hace que la circulación en la ruta 3 sea lenta y muy pocos automovilistas respetan los límites de velocidad.
Ernesto Arriaga, vocero de Vialidad Nacional, dijo a LA NACION que en los últimos ocho años, el 92% de los accidentes ocurridos en la ruta 3 fue por errores humanos. "La primera causa en esa ruta fue por no respetar los límites de velocidad permitido; la segunda, por obviar el sobrepaso vehicular cuando hay líneas amarillas, y la tercera, por conducir cansado", aseguró Arriaga.
Juan Distéfano, que el 14 de febrero de 2002 salvó su vida de milagro en un accidente en el kilómetro 137 de la ruta 3, dijo ayer a LA NACION que dicha corredor vial está saturado de camiones y que, por lo tanto, los sobrepasos son peligrosos. "En mi caso, un auto que salió detrás de mí y se encontró con otro de frente. Tras chocar, cayó sobre el mío y salvé mi vida de milagro", agregó.
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