"La tecnología debería servirnos para incluir"
"Gracias, eternamente gracias por enseñarme para qué servía ese aparatito que resultó llamarse mouse y al que no me atrevía a tocar cuando iba a limpiar una casa. Gracias por sacarme del analfabetismo digital en el que estuve inmersa 52 años".
El testimonio es de María del Carmen González, egresada de uno de los cursos de informática de la Fundación Equidad, que presiden la periodista y exsenadora María Eugenia Estenssoro y su marido, Haroldo Grisanti. Era tanta su gratitud que quiso dejarla por escrito: "No imaginan siquiera lo valioso que resulta aprender en su escuela y lo agradecidos que estamos de haber conocido eso tan importante llamado tecnología".
Con la carta en sus manos, Estenssoro reflexiona: "La principal brecha es la desigualdad, y la tecnología puede servir para igualar, equiparar, dar el gran salto, o, al contrario, para dividir". Dice que ese fue el objetivo de la creación de Equidad: convertir la tecnología en un instrumento de inclusión.
Nacida en 2001, la fundación trabaja con personas de sectores vulnerables para promover, mediante cursos, su integración social, educativa y laboral a través del uso de las nuevas tecnologías. En diciembre de aquel año llevó adelante en Manzano Amargo, un pueblito de Neuquén, la primera conexión de una escuela rural a la Web.
Desde entonces ha corrido mucha agua, pero algunas cosas progresaron muy poco. De un total de 2800 escuelas rurales que hay en el país, solo 540 tienen conectividad. El Gobierno promete que a partir de este año se va a llegar a cientos de escuelas más mediante señal satelital. "No hay forma de justificar que a estas alturas ya no estén conectadas todas las escuelas del país, rurales y no rurales –dice Estenssoro–. Si los chicos que están en el colegio estudiasen con computadoras personales e Internet como nosotros usábamos el pizarrón, el salto sería extraordinario".
Al igual que muchos especialistas, insta a ir a "otra pedagogía", trabajar en las aulas por proyectos, por objetivos, y fomentando tanto la autonomía personal como la integración de equipos.
En Equidad sostienen que hoy la educación pública es una "educación pobre para los pobres", y que si no se hace algo urgente, los sectores postergados serán cada vez más amplios porque quedarán excluidos del mercado laboral.
Desde hace varios años, la fundación imparte en la ciudad de Buenos Aires, con fondos asignados por el Ministerio de Desarrollo Social del gobierno porteño, cursos gratuitos de tecnología digital destinados exclusivamente a personas de bajos recursos –en su mayoría, vecinos de villas, desempleados, beneficiarios de planes sociales– que no han completado sus estudios. En la actualidad asisten anualmente unos 1000 alumnos de entre 25 y 60 años.
Estenssoro vuelve a mostrar la carta de María del Carmen, la señora que no se animaba a tocar el mouse. "Es muy lindo todo lo que escribió, pero al mismo tiempo nos debe hacer pensar. Es imperdonable que estemos así".
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