Se formó un cañón de fuego en el Sol y generó una tormenta geomagnética: cómo puede afectar a la Tierra

En las últimas horas, expertos detectaron un cañón de fuego que se formó de la superficie del Sol. Esto generó, a su vez, dos eyecciones de masa coronal (CME) que podrían complicar algunos aspectos en la Tierra. El hecho ocurrió durante el domingo y el lunes pasado y las consecuencias ya se manifestaron en el planeta en la mañana del miércoles.

El monitoreo de lo que ocurre en el espacio exterior es constante y permite anticipar fenómenos que podrían ser potencialmente peligrosos o al menos afectar algún aspecto de la vida cotidiana, ya sea temporal o permanentemente. En ese contexto, la formación de un cañón o valle de fuego en el Sol llamó la atención. Según el sitio especializado Space Weather, el fenómeno tiene 20.000 km de profundidad y al menos diez veces más de largo. Según la Oficina Meteorológica del Reino Unido, se produjeron dos erupciones en la parte sur de la estrella.

Más allá de la curiosa manifestación, también se puso atención sobre la CME. La masa coronal que se desprendió está cargada de plasma de la atmósfera superior del Sol. Cuando se pone en contacto con la Tierra, puede afectar el campo magnético del planeta y provocar una tormenta geomagnética.

El primer filamento se desprendió el domingo, mientras que el segundo lo hizo el lunes y todavía se están midiendo las consecuencias. La CME que se generó por la primera erupción ya alcanzó al planeta alrededor de las 9 de la mañana (hora argentina) de este miércoles y se estima que provocó una tormenta geomagnética G1 o G2, en una escala de cinco puntos. Todavía se desconoce si la masa desprendida del fenómeno del lunes alcanzará a la Tierra.

Las tormentas geomagnéticas pueden provocar problemas con los satélites y con los dispositivos que se encuentren en órbita. En algunos casos muy extremos, hasta podrían afectar a las redes que se encuentran ubicadas en la superficie. Sin embargo, para que cualquiera de estas opciones ocurra la tormenta debería ser de gran magnitud, algo que no sucedió con la primera CME. Como aspecto positivo, en algunos casos este fenómeno también puede dar lugar a las auroras boreales.

Según aclara el sitio Live Science, la actividad solar actual es moderada, dado que la estrella comenzó en el último a tiempo a despertarse de un mínimo solar prolongado. Durante los últimos 11 años se extendió una fase en su ciclo de actividad en la que prácticamente no hubo manchas solares. Esta situación empezó a cambiar y se espera que para 2025 se alcance el punto máximo de actividad.

El fenómeno solar que se registró hace algunos días

El 30 de marzo tuvo lugar una llamarada solar que fue clasificada como de clase X, la más alta posible en la escala que se utiliza. La imagen del evento fue capturada por la misión SDO (Solar Dynamics Observatory) de la NASA.

Las llamaradas solares se definen como fuertes explosiones de energía, que al igual que las tormentas geomagnéticas pueden afectar las comunicaciones de la Tierra y poner en peligro a misiones espaciales.

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