Solá trató la situación con jefes de la fuerza
LA PLATA.- El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, convocó ayer a altos jefes policiales de la policía bonaerense y junto con el ministro de Seguridad de la provincia, Juan Pablo Cafiero, analizaron el recrudecimiento de la violencia contra uniformados en servicio activo o retirados que, en las últimas 24 horas, terminó con cuatro personas muertas en enfrentamientos con delincuentes.
Fuentes de la gobernación indicaron que Solá quedó "impactado" al enterarse de los hechos ocurridos en las últimas horas en distintos puntos de su distrito y pidió a Cafiero que organizara el encuentro, del que también participó el jefe de la fuerza, comisario general Alberto Sobrado.
"No se descarta que hechos como los ocurridos en las últimas 24 horas tengan alguna intencionalidad de provocar mayor temor en la sociedad y plantear supuestos síntomas de debilidad en el sector político e incluso dentro de la propia fuerza" policial, señalaron fuentes de la gobernación consultadas por LA NACION.
No obstante, anoche, el mandatario provincial se encargó de desechar cualquier "intencionalidad política" detrás de las muertes de los dos policías en actividad y los otros dos retirados que fallecieron.
En el cónclave, que se desarrolló en la sede porteña del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Solá pidió a funcionarios y autoridades policiales una evaluación de la situación, agregaron los informantes.
La semana última Solá había advertido que la inseguridad "es tomada como un tema de campaña electoral cotidiana y bastardeada como política de Estado", y denunció que quienes lo hacen "son unos irresponsables que no saben nada y quieren aprovechar el clima" para sus fines políticos.
En tanto, un centenar de personas se hizo presente ayer en el velatorio del sargento primero de la Policía Federal Juan González, de 53 años, asesinado de un balazo en el pecho, en Los Polvorines. De pie junto al ataúd estaba el oficial inspector Mariano González, de 26 años, uno de los hijos de la víctima, que cumple funciones en la comisaría Malvinas 2a., con jurisdicción en la zona del crimen. Fue el primer policía en acudir al lugar del hecho y ver a su padre sin vida.
"El hijo lo vio, se dio vuelta y se fue del lugar", contó el dueño de un taller mecánico situado en la esquina de Los Eucaliptus y Boedo, donde ocurrió el hecho.