Un chico dominó a dos ladrones a golpes de karate
Tiene 12 años y es tailandés
Mucho se ha hablado de la ola de asaltos que sacude a la Capital Federal y al conurbano bonaerense. Tampoco faltan las crónicas que dan cuenta de casos de justicia por mano propia.
Pero un hecho ocurrido en pleno Paseo de la Costa, en la zona ribereña de San Isidro, contó en esta ocasión con un ingrediente especial: dos delincuentes que pretendieron asaltar a dos niños vieron frustrado su intento cuando uno de los pequeños repelió el ataque como un verdadero maestro de las artes marciales orientales.
Los pocos testigos del inusual suceso ocurrido en plena tarde, a metros de la estación Barrancas del Tren de la Costa, en San Isidro, no lograban salir de su asombro al ver que un joven de 20 años y 1,80 metro de altura se doblaba de dolor como consecuencia de una certera patada de karate que un niño al que casi duplicaba en contextura física y en edad le propinó en el abdomen.
Poco tardarían en comprender la situación: los dos niños, de 9 y 12 años, son los hijos del segundo secretario de la embajada de Tailandia en nuestro país y desde muy pequeños conocen a la perfección los secretos de las artes marciales.
Smithi y Sriddej llegaron a la Argentina hace ocho meses, cuando su padre, Somwang Khruasuwan, llegó para ocupar un puesto en la legación tailandesa en nuestro país.
Muy pronto, la familia Khruasuwan descubrió el Paseo de la Costa, donde acostumbran pasar sus ratos libres. El último fin de semana no fue la excepción. A las 17.30, mientras sus padres salieron a caminar por la ribera del Río de la Plata, los pequeños decidieron alquilar bicicletas para pasear por las sendas aeróbicas del paseo costero.
A la altura del cruce de Manuel Aguirre y Elcano -explicó a La Nación el comisario Jorge Avesani, titular de la comisaría 4a. de San Isidro- dos sujetos se interpusieron en su camino en una de las bicisendas. Con un tono imperativo, los hombres exigieron a los niños la entrega incondicional de los rodados. Pero los pequeños no comprendieron el tenor del pedido, ya que no entienden el castellano.
Ante la inopinada negativa, el mayor de los delincuentes, identificado como Nicolás Jarcowski, de 20 años, se adelantó y tomó bruscamente el manubrio del rodado que montaba Smithi, quien casi cayó de la bicicleta. Sólo entonces los pequeños se dieron cuenta de lo que sucedía. Y ante el inminente asalto, la reacción del mayor de los hermanos, Sriddej, no se hizo esperar.
Como un émulo de Bruce Lee, el gran maestro de las artes marciales, el pequeño tailandés le aplicó a Jarcowski una patada en el abdomen.
Sorprendido, el compinche de Jarcowski -un menor de 15 años, cuya identidad no trascendió por razones legales- se abalanzó sobre Sriddej que, con maestría propia de un luchador oriental, eludió cada uno de los embates.
La sorprendente escena fue advertida por un ciclista que pasaba ocasionalmente por el lugar. La presencia del testigo hizo que los delincuentes intentaran huir.
Pero, evidentemente, no era su día. A tres cuadras del lugar, en la intersección de Vicente López y Planes y Perú, chocaron con la camioneta policial que patrulla la zona, cuyos ocupantes habían sido notificados de la fuga de los maleantes.
Ya en la seccional 4a., los pequeños relataron lo sucedido en su idioma nativo, traducidos al castellano por su padre. En tanto, Jarkowski aún mostraba evidentes signos de dolor, producto del golpe de Sriddej.
Avesani se mostró sorprendido por el hecho, que pareció extraído de una típica película de artes marciales. "Me sentí reconfortado, porque los chicos sólo quisieron defenderse, en ningún momento pretendieron seguir atacando a los delincuentes", confesó.
Al padre de los niños, en cambio, el suceso no lo tomó desprevenido: "Mis hijos fueron educados para defenderse", aseguró.
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