Uruguay recibió a los clásicos
CARMELO, Uruguay.- La calma de esta ciudad se vio interrumpida el fin de semana último por el rugir de 50 motores. Los curiosos pobladores se congregaron sobre la ruta. Ninguno quiso perderse el paso de los automóviles clásicos que llegaron hasta aquí para participar de la carrera de regularidad Las Costaneras II, que unió las riberas de la Argentina y Uruguay.
Las voces de admiración se sentían por todas partes: en las estaciones de servicios, en las calles, e incluso en los despoblados caminos que desandaron las máquinas. Estas verdaderas joyas mecánicas robaron las miradas de todos: entre ellas, un elegante Jaguar XKE, de 1970; un imponente Ford Thunderbird, de 1956; un llamativo Chevrolet Corvette Stingray, de 1963, o un singular Aston Martin MK II, de 1934.
La caravana había partido el viernes por la tarde de Puerto Madero. Tras cruzar en barco el Río de la Plata, la competencia continuó en Colonia del Sacramento, para luego emprender el camino a Carmelo.
La Nación tuvo la oportunidad de vivir la competencia por dentro, como navegante de la exitosa piloto de Fórmula 3 Sudamericana Ianina Zanazzi, que comandó un Porsche 911, de 1970.
Una competencia de regularidad es muy diferente de una carrera convencional. Aquí lo que importa no es la velocidad, sino la precisión.
Cómo es la competencia
Los autos deben cumplir una serie de pruebas especiales ( primes ): tienen que completar una distancia determinada en un tiempo previamente establecido, medido a la centésima de segundo. Por ejemplo, 30 metros en 4 segundos.
Sólo los treinta que más se acerquen a esos 4 segundos exactos sumarán puntos, que se multiplican por un coeficiente. Cuanto más antiguo sea el rodado, mayor será ese índice; por eso pueden competir en igualdad de condiciones un vehículo de 1923 con uno de 1979.
Los primes pueden ser consecutivos; por eso los copilotos utilizan hasta seis cronómetros. Existen también pruebas de promedio impuesto, en las que se debe circular a una velocidad constante.
Esta carrera, organizada por el Club de Automóviles Sport (CAS) y Brescia SRL -también tienen a su cargo las Mil Millas de la República Argentina-, consagró ganadores a Calilo Sielecki y Juan Hervas, que comandaron el auto más antiguo: una Bugatti Brescia, de 1923.
El segundo y tercer puesto fueron ocupados por padres e hijos: César y Juan Pablo Sorkin, con un Alfa Romeo 6 C 2500 SS, de 1950, y Claudio y Arturo Scalise, con un MG A Roadster, de 1960.
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