El reciclado de basura electrónica sigue sin una ley nacional

Un proyecto de ley que regula a nivel nacional la recolección y disposición de residuos informáticos, y que ya tiene media sanción del Senado, espera su tratamiento en la Cámara de Diputados. Si no se trata antes de fin de año perderá su estados parlamentario y volverá a fojas cero todo el proceso.

"Nació en 2008, pero recién en 2011 pasó a Diputados, y ahí quedó -explica Eugenia Testa, directora política de Greenpeace, una de las organizaciones que impulsa este proyecto -. Todavía no hubo tratamiento ni dictamen, y si eso no sucede antes de diciembre perderá estado parlamentario y habrá que empezar todo el proceso de nuevo. La Argentina fue pionera en discutir este tema en la región, pero hoy está retrasada respecto de Brasil, Chile o Costa Rica, que ya legislaron sobre el tema. Lo que nos falta es una ley que permita crear un sistema de gestión de la basura electrónica, que hoy está en una zona gris. Y el mayor problema es que los residuos electrónicos son lo que más está creciendo en la basura domiciliaria, necesitamos una ley que permita organizar su reciclado y desechado".

En la Argentina, tal como publicó LA NACION en noviembre último , se desechan 120.000 toneladas de residuos tecnológicos al año, pero sólo se recicla el 5 por ciento, aunque el 90% de los materiales con los que se hacen estos dispositivos puede recuperarse, ofreciendo el acceso a los que virtualmente es un tesoro oculto por la cantidad de metales preciosos que contienen esos residuos.

Mientras, en la provincia de Buenos Aires dispone desde fin del año último de una ley que prohíbe tirar a la basura residuos tecnológicos (unas 50.000 toneladas al año en la provincia); además, el proyecto E-Basura de la Facultad de Informática de la Universidad de La Plata, recibe computadoras en desuso y las reacondiciona para donarlas. Desde 2009, cuando comenzó a funcionar, recibió más de 3000 computadoras, de las que recuperó 230; el resto, unas 13 toneladas de material (que incluye impresoras, monitores y demás) fue desechado como residuo electrónico.

Por su parte, la Unión Europea actualizó por estos días su directiva de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos , que define cómo deben actuar los países miembros frente a la chatarra electrónica.

Aprobada hace un mes por el Parlamento Europeo, la nueva reglamentación obliga a los integrantes de la Unión Europea a implementar políticas que les permitan, en 2016, recuperar el 45% del equipamiento electrónico en venta para que sea reciclado o desechado en forma adecuada.

También se contempla que las tiendas de ventas minoristas con locales de más de 400 metros cuadrados dispongan, a partir de febrero de 2014, de sectores en los que deberán recibir dispositivos electrónicos para ser reciclados (independientemente de que los clientes compren algo o no).