Roni Bandini es la mente detrás de Reggaeton Be Gone (una antena para interferir el parlante Bluetooth del vecino) y RinGPT, un portero eléctrico inteligente; es uno de los exponentes locales de la cultura maker y dará una charla gratis este sábado en la expo Nerdearla
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Es, lo que se dice, un creativo. Alguien que inventa cosas. Incluso inútiles en términos productivos y comerciales. Pero justamente a eso le gusta enfocarse. “En tecnología todos estamos muy requeridos por la industria para hacer cosas que van en la dirección a los pedidos de la industria. Y de repente hacer ese “desperdicio” de recursos y conocimientos para alguna otra cosa, me parece que abre posibilidades”, confiesa Roni Bandini, 50 años. Autodidacta. Escritor. Programador desde chico, quien desde hace tiempo se dedica a crear productos tan fascinantes como fugaces. Y que este sábado estará disertando en la expo Nerdearla a las 2 de la tarde, con un título que lo describe: “Contracultura Maker”.
Reggaeton Be Gone y RinGPT
En los últimos meses sacó dos productos a la luz: el Reggaeton Be Gone, que interfiere el parlante ajeno cuando está sonando ese género musical y se viralizó este verano, y el RinGPT, un portero eléctrico que da respuestas siempre, para evitar dar señales de ausencia en el hogar. Antes, creó otros productos relacionados con la literatura y la tecnología.
@ronibandini Historia del Reggaeton Be Gone. #reggaeton #maker #diy #raspberry #python #ia #machinelearning #bt #argentina ♬ original sound - Roni Bandini
“Empecé haciendo una máquina, la primera fue el Rayuelomatic, de hecho. La novela Rayuela de Cortázar tenía esta estructura, donde él plantea la posibilidad de leerla secuencialmente hasta un capítulo, después con capítulos insertados. Y deja planteada una tercera opción, que a la vez son muchas opciones, de armar un recorrido propio por los capítulos. Y él incluso en un libro publica unos planos de una supuesta máquina para la rayuela, que en realidad era una especie de mueble y nunca se fabricó, obviamente. Entonces yo tomé esta idea, ya me parecía maravilloso pensar una máquina que tuviera ese propósito. Y ese fue el primer proyecto que hice. Y me gustó. Después le encontré también una veta que tiene que ver con el activismo, con hacer algo que uno no se supone que debe hacer”, describe.
La pasión por la literatura (si bien hizo letras, se formó en talleres con Liliana Heker) siguió con otra que se llamaba la Máquina de Pensar en Gladys, inspirada en la obra del escritor uruguayo Mario Levrero. Le siguió, aunque no cronológicamente, un dispositivo capaz de leer un texto de un libro y crear una obra musical a partir de ello.
-¿Y el bloqueador de reggaeton cómo surgió?
-A diferencia de lo que se publicó y se difundió, no es que el caso para mí era insoportable, es decir, no me gusta esa música, eso está claro, pero no es que el caso era insoportable y por eso tuve que recurrir a hacer una máquina. Yo hago máquinas todo el tiempo y busco disparadores que me sirvan para motivarme a hacer algo. Y acá lo que pasó fue eso, pensé enseguida, ¿qué tipo de máquina podría encargarse de manera autónoma de resolver este problema? Y ahí surgió la idea de hacer el Reggaetón Be Gone. Bueno, con algunas tecnologías que ya venía trabajando, porque la parte del reconocimiento que usa inteligencia artificial, usa una rama de la inteligencia artificial que es Machine Learning para pequeños dispositivos, y yo ya venía haciendo cosas con eso, entonces estaba bastante confiado de que la parte del reconocimiento del estilo lo iba a poder resolver fácil. Y después la otra parte me requirió un poco más de investigación, que tenía que ver con este tema de “atacar”: no me gusta mucho el lenguaje bélico, pero no sé de qué otra forma ponerlo, contraatacar, no sé, controlar, en definitiva, el parlante del vecino. Y ahí fue necesario un poco más de investigación y de pruebas. Y bueno, aparte de lo que originalmente pensé que iba a pasar, no sucedió lo de desconectar al emisor, pero sí deteriorar la calidad del sonido hasta el punto donde básicamente fue prácticamente lo mismo.
-¿Qué hacía la máquina?
-La máquina monitorea el audio que está sonando en el ambiente. De ese audio hace un muestreo, lo envía a un modelo de inteligencia artificial y obtiene un porcentaje que responde a la pregunta: “¿es esto reggaetón” básicamente. Y de acuerdo a un límite que uno pone, si por ejemplo tengo certeza del 80% de que esa música que está sonando es reggaetón, se dispara la segunda etapa. Ahí la máquina lo que hace es intentar comunicarse con el parlante Bluetooth, que está identificado con una dirección MAC, y le hace muchísimas peticiones. O sea, si bien está en otro emisor, la máquina todo el tiempo intenta comunicarse y le baja los recursos a ese parlante y se empieza a deteriorar la calidad del audio. Hay distintas versiones de Bluetooth e implementaciones, entonces no es universal el efecto que se logra; pero en general, sí, inclusive hay parlantes que permiten que se conecten dos emisores, entonces, por más que esté emparejado, sigue escuchando peticiones y hay posibilidad de interferir esa comunicación original. La idea original es que se desconecte el emisor; esto en el caso de la versión de Bluetooth que estaba usando no fue posible, pero sí fue posible deteriorar el sonido del parlante; el tener que escuchar las peticiones que yo le mandaba, en adición a las originales del emisor, iba produciendo microcortes y se hacía imposible escuchar. Lo que pasó es que terminó moviendo el parlante del lugar y después ya no lo escuché más, no sé qué pasó después, pero básicamente logré el objetivo en términos que nadie puede disfrutar la música cuando se está cortando todo el tiempo. Como si fuera una radio mal sintonizada.
-¿Y RingGPT? ¿Por qué lo hiciste?
-Trabajo desde mi casa y como le pasa a mucha gente, por mi casa tocan el timbre muchísimo, algunas veces con pedidos auténticos, otras con pedidos sistemáticos que no tienen nada que ver con un requisito real. Entonces, me puse a pensar en qué tipo de máquina podría encargarse de atenderlos, porque una vez que no respondí al timbre, me empezaron a romper los bronces de la puerta. Entonces pensé: no puedo no atenderlo, pero tiene que existir algún dispositivo que atienda, y que se le pueda encargar a una inteligencia artificial resolver esto. Y ahí se me ocurrió sacar el timbre, que es un timbre bastante antiguo, un portero clásico, y tomar lo que están diciendo, convertirlo a texto, mandárselo a ChatGPT a través de la API, y siempre poder atender y dar una respuesta (incluso si no hay nadie). Y en algunos casos, bajo ciertas palabras, generar una notificación de que hay alguien en la puerta, situaciones concretas que se pueden gestionar sin mandarlas a ChatGPT. Y subí un tuit contando el proyecto, y algunas de estas cosas creo que activan mucho a la gente, porque son muchos los que experimentan este tipo de problemas y se sienten identificados. Pero nunca son proyectos comerciales.
-¿Y llegaste a desarrollarlo, el RinGPT?
-Sí, lo monté. Tuve que desmontar el timbre para montar esto, y grabé unos demos y demás, y lo tuve un tiempo, después lo volví a sacar. No me interesó dejarlo permanentemente, porque las respuestas a veces son desopilantes.
Su vida laboral
Actualmente trabaja en proyectos con una rama de la inteligencia artificial que se llama Edge Machine Learning, que es Machine Learning para dispositivos muy pequeños. “También doy talleres y charlas, y los talleres ahora los empecé a orientar hacia estas cosas que estoy haciendo, contracultura maker, inteligencia artificial para Arduino, Raspberry, modelado 3D; todas cosas alrededor y en relación con la cultura maker y la gente que quiere fabricar”.
Bandini sabe que este es un momento muy especial de la IA. “Todos los que trabajamos con tecnología sabemos que tenemos ciclos de recambio que son muy vertiginosos y ahora con la inteligencia artificial todavía un poco más -sintetiza-. Pero, quizá tenga que ver con mi momento personal y el estar empleando la creatividad permanentemente y al tanto de muchas cosas que están pasando. No siento que haya un agotamiento, al revés, me parece que es un tiempo muy desafiante y a la vez muy interesante para tomar lo que está pasando y plantear escenarios alternativos, ir a buscar, rescatar historias”.